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Sepa quién es el puertorriqueño que Maduro podría canjear para liberar a López

El presidente Nicolás Maduro respondió este domingo a los llamamientos de funcionarios del gobierno de Estados Unidos –incluido el presidente Barack Obama– para liberar al líder opositor Leopoldo López.

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El mandatario indicó que buscaría la liberación de López si Washington acordaba excarcelar al independentista puertorriqueño Óscar López Rivera, actualmente en prisión en Estados Unidos.

El caso de Leopoldo López, arrestado en febrero y acusado de incitar la violencia y causar varios daños en una ola de protestas opositoras, también ha atraído la atención de Naciones Unidas, que recomendó en octubre su «inmediata liberación», reseñó la BBC de Londres.

Tras meses en prisión y un tribunal cuyas audiencias han sido diferidas varias veces, el caso del líder opositor venezolano parece inmóvil.

«La única forma que yo usara las facultades presidenciales que tengo para liberarlo es para montarlo en un avión que vaya a los Estados Unidos, lo deje allá y me entreguen a Óscar López Rivera; pelo a pelo, hombre a hombre», declaró el mandatario venezolano.

Pero tanto Obama como otros funcionarios estadounidenses han descrito a Leopoldo López como prisionero político, un término que, según Maduro, es más apropiado para López Rivera, quien fue condenado en 1981 a 70 años en prisión por conspiración sediciosa y otros delitos.

¿Quién es Óscar López Rivera?

Tal como sentenció el tribunal que lo condenó, López Rivera era un conspirador que formaba parte de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Puerto Rico (FALN), una organización clandestina que luchaba por la independencia de la isla de Estados Unidos.

En mayo López Rivera cumplirá 34 años en la cárcel.

Es el único de los 16 militantes del Faln que fueron arrestados en aquellos años y que todavía se encuentra tras las rejas.

Cuando en 1981 fue detenido cerca de Chicago, el puertorriqueño estaba en la lista de los más buscados por el FBI.

Se había ido a la clandestinidad con otros compañeros en 1976 después de que fueran encontrados explosivos y armas vinculados a las Faln.

Para ese entonces, el grupo había reclamado la autoría de múltiples atentados en EE.UU. de los más de 100 que alcanzarían a cometer, que dejaron seis muertos y decenas de heridos.

En una entrevista en junio de 2014, López Rivera le dijo a BBC Mundo desde la prisión federal de Terre Haute, en Indiana: «Para poder sobrevivir como pueblo no teníamos otra alternativa».

«Estamos hablando de un momento de bastante persecución y represión, y queríamos sobrevivir. Usábamos lo que se llama ‘propaganda armada’ para llevar el mensaje de nuestra lucha».

Han sido tres décadas que han visto cambiar la dinámica política de Puerto Rico y la percepción de la figura de Óscar López, que en el último año se convirtió en el centro de una campaña que pide su liberación.

Esa condición de símbolo es rechazada desde el otro lado por las víctimas de las acciones de las FALN y sus familiares, quienes exigen que López cumpla su sentencia.

Libertad rechazada
López Rivera pudo haber quedado libre en 2009, pero rechazó la posibilidad.

En 1999, el entonces presidente Bill Clinton, ofreció conmutar la sentencia a 13 miembr

Para él la oferta presidencial incluía la condición de cumplir 10 años más en la cárcel con buen comportamiento.
«No me arrepiento de no haber aceptado. Mi experiencia había sido fatal los primeros 18 años en la cárcel y pensaba que sería imposible salir con buen comportamiento después de todo lo que me habían hecho», le explicó López Rivera a BBC Mundo.

«Además éramos 15 solicitando la clemencia, pero sólo 13 recibimos la oferta, y yo nunca he dejado atrás a nadie, ni en Vietnam, ni en mi comunidad», dice destacando su participación en aquella guerra para la que, como tantos otros, fue reclutado obligatoriamente.

«Recibí una carta del gobierno de EE.UU. diciendo: ‘si usted no se reporta al centro de inducción en tal fecha, puede encarar hasta 5 años de prisión’ y yo lo que menos quería era ir a la cárcel, así que fui», recuerda.
«Imagínese, ahora llevo 33 años, esas son las ironías de la vida y los retos que tenemos que enfrentar».

Lea más en la página web de la BBC de Londres.

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