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Manifestantes argentinos descargan su ira en la silenciosa Cristina Kirchner

Por Juan Carlos Figueroa, desde Buenos Aires.- La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, decidió guardar silencio el lunes frente a la muerte del fiscal Alberto Nisman. Pero anoche miles no se aguantaron y salieron a hacer bulla frente a su Casa Rosada, sede del gobierno. Opositores a su gestión versionaron en Buenos Aires la consigna francesa para declarar “Yo soy Nisman”.Fue a las 8pm (hora local) cuando la masa de manifestantes rebosó la plaza. Pitos, tambores, palmas y gritos. Gritos que pedían “¡justicia!” para el caso del fiscal argentino, que fue encontrado en la madrugada del lunes con un tiro en la sien en su departamento. Gritos que no daban crédito a la versión oficial, que explica que se trató de un suicidio. Gritos en señal de queja porque la Presidenta no hablaba.

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Agencia EFE

“¡Decime vos por qué no habla!, ¿por qué no da la cara?”, escupía una chica ventiañera, morena, encolerizada, bandera en mano. Lo más contundente de la chica no era lo que decía, sino el cartel que tenía pegado en el pecho. “ASESINA”, decía la hoja.

Un papel parecido cargaba la señora Alejandra, una de las tantas que tocaban cacerola. Ella había escuchado la noticia de que las puertas del departamento de Nisman no habían sido violentada, que solo se consiguió una bala, que la lógica dice que fue un suicidio.

“No, eso no es así, ¿cómo se va a suicidar? ¿qué decían las escuchas que había grabado? Él sabía demasiado”, decía la mujer con la boca, y con su cartel repetía la acusación: “¡Asesina!”.

Alejandra se refería a la denuncia del fiscal, quien la semana pasada acusó a la presidenta Kirchner de liderar un “sofisticado plan delictivo” para encubrir a sospechosos del atentado terrorista que en 1994 mató a 85 personas en la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia). También se refería a las grabaciones de llamadas que Nisman aseguró que tenía en su poder y que respaldaban su denuncia. Se esperaba que justo hoy hablara de esto ante una comisión del Congreso.

En un momento de la noche, el “¡asesina!” saltó de los carteles y comenzó a ser coreado por la multitud. “A-SE-SINA, A-SE-SINA, A-SE-SINA”.

Mientras ellos gritaban, Cristina se pronunció. No habló, siguió en silencio, pero se pronunció a través de una carta que publicó en su perfil en Facebook.

“¿Qué fue lo que llevo a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?”, se preguntó la presidenta en la carta. Una de muchas preguntas que lanzó en la misiva. Preguntó por el arma, por quién se la dio, por qué el fiscal interrumpió sus vacaciones y volvió a Argentina para acusarla del encubrimiento. Todo con el mismo aire de sospecha que envolvía la Plaza de Mayo esta noche.

La protesta fue convocada por Twitter y no tuvo vocería de líderes de la oposición argentina. Un grupo pequeño de los manifestantes intentó forcejear con la policía que resguardaba la Casa Rosada, pero al rato desistieron. La mayoría de los que protestaban se retiró cerca de las 10:30pm. Los gritos se callaron en Buenos Aires pero la duda quedó suspendida en el aire.

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