Internacionales

Crisis en Yemen ante avance de milicias chiitas

Publicidad
Foto: AP Hani Mohammed

La situación se agrava día a día con el avance de las milicias chiitas en Yemen, un país aliado de Estados Unidos en la lucha contra Al Qaida.

Las autoridades en el sur del país cerraron este miércoles el aeropuerto internacional y el puerto de Aden, después de que las milicias chiitas tomaran el palacio presidencial en la capital, Saná.

El Comité de Seguridad de la provincia de Adén, leal al presidente Abd Rabo Mansur Hadi, anunció el cierre del aeropuerto y del puerto en protesta contra «el ataque al símbolo de la soberanía nacional y la legalidad constitucional que es el presidente».

El Consejo de Seguridad de la ONU condenó el martes el ataque contra el palacio y la residencia presidencial y expresó su apoyo al presidente Hadi, al que considera la «autoridad legítima», y pidió para él el respaldo de «todos los partidos y actores políticos» de Yemen.

La situación en el país preocupa asimismo a los vecinos Estados del Golfo, que se reúnen este miércoles en Arabia Saudita para debatir sobre la crisis yemení.

Entretanto, en Saná reinaba una precaria calma este miércoles. Las milicias chiitas, llamadas Huthis por el nombre de su líder, se habían desplegado, muy numerosas, en los escenarios de los enfrentamientos del lunes y martes.

Su joven jefe, Abdel Malek Al Huthi, criticó en un discurso televisado el martes por la noche a las autoridades y amenazó al presidente Hadi, que se hallaba el miércoles en su residencia al oeste de Saná, según un miembro de su entorno.

«Todas las opciones están abiertas», declaró el líder chiita, que portaba un puñal en bandolera. «Nadie, sea o no presidente, quedará al margen de nuestras medidas si fomenta un complot contra nosotros». aseguró.

Huthi afirmó además que su movimiento, Ansaruala, estaba dispuesto a enfrentarse a «cualquier medida» del Consejo de Seguridad de la ONU.

Por su parte, el primer ministro Jaled Bahah seguía rodeado en su residencia del centro de Saná, según testimonio de los habitantes.

Los milicianos huthis se apoderaron de importantes cantidades de armas que estaban en el palacio presidencial, que lograron tomar el martes tras dos días de combates con la guardia presidencial que dejaron 18 muertos.

En su discurso Abdel Malek Al Huthi acusó al presidente de amparar «la corrupción» que reina en el país.

Este rebrote de violencia en Yemen –que es el más grave en los últimos cuatro meses en la capital– se debe al rechazo de los huthis, a aceptar un proyecto de Constitución que, dividiendo el país en seis regiones, los privaría de acceso al mar.

La milicia Ansaruala, que lleva meses intentando extender su influencia en Yemen, ya ha tomado el control de una gran parte de Saná desde el 21 de septiembre.

Sin embargo, responsables militares fieles al presidente yemení acusan al expresidente  Ali Abdalá Saleh de apoyar activamente a las milicias Huthis desde que ingresaron en la capital en septiembre.

Saleh fue expulsado del poder tras un levantamiento popular en 2011, pero mantiene una notable influencia y contactos en el ejército y las tribus, que estableció en sus 33 años en el poder.

Yemen, un país que limita con Arabia Saudita, es estratégico en el tránsito del crudo que sale del Golfo, y sufre desde hace meses una ola de violencia, que aumenta los temores de que se convierta en un Estado fallido.

Publicidad
Publicidad