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Cuba podría salir de la lista de terrorismo antes de Cumbre de Panamá

El Gobierno de EEUU está "próximo a concluir" la revisión de la presencia de Cuba en su lista de países a los que considera patrocinadores del terrorismo, pero la Casa Blanca no prevé un anuncio sobre la reapertura de embajadas en Washington y La Habana antes de la Cumbre de las Américas de Panamá.

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En una conferencia telefónica con periodistas para explicar los detalles del viaje de Obama a Jamaica y Panamá, el asesor adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, comentó que esa revisión, en manos del Departamento del Estado, está en su etapa final, sin descartar un anuncio al respecto antes de la cumbre continental.

La cadena CNN, que cita bajo anonimato a un funcionario del Gobierno, aseguró poco después que se espera que el Departamento de Estado recomiende a Obama sacar a Cuba de esa lista y que el anuncio puede llegar tan pronto como mañana, miércoles.

Consultados por Efe, portavoces del Departamento del Estado no quisieron hacer comentarios al respecto y se remitieron a las declaraciones de hoy de Rhodes.

Cuba reclama su salida de esa lista, en la que aparece cada año desde 1982, pero no lo considera una «precondición» para retomar las relaciones bilaterales con EEUU y reabrir las embajadas en las respectivas capitales, aunque los expertos coinciden en que sería un paso muy importante hacia la normalización diplomática.

En el marco del histórico anuncio de diciembre pasado para la normalización de las relaciones, Obama ordenó al Departamento de Estado una revisión de la presencia de la isla en esa lista.

Las razones para mantener hasta ahora a Cuba en la lista -en la que comparte espacio únicamente con Irán, Sudán y Siria- son su presunta acogida a miembros de la organización terrorista vasca ETA y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), además de algunos fugitivos de la justicia estadounidense.

Para sacar a Cuba de la lista, EEUU debe llegar a la conclusión de que «durante los últimos seis meses» el país no se ha implicado «en el apoyo, asistencia o complicidad de actos terroristas internacionales», según explicó recientemente el secretario de Estado, John Kerry.

Además, es necesario contar con un compromiso del Gobierno de Cuba de que no tiene intención de involucrarse o apoyar el terrorismo en el futuro.

Una vez que el Departamento de Estado culmine su revisión, debe enviar su recomendación a Obama, que tiene, por su parte, que notificarlo de manera formal al Congreso.

El Congreso cuenta con 45 días para estudiar la notificación y, en caso de desacuerdo, puede presentar un proyecto de ley para tratar de revocar la decisión presidencial.

En una entrevista con la radio pública NPR transmitida hoy, Obama dejó entrever que actuará con rapidez cuando reciba la recomendación del Departamento de Estado sobre si sacar o no a Cuba de la lista de terrorismo.

«En cuanto tenga la recomendación, estaré en posición de actuar al respecto», afirmó el presidente.

Rhodes recordó hoy que la Casa Blanca no tiene «control» sobre cuándo el Departamento de Estado hará la recomendación a Obama, que ordenó en su momento que la revisión de la presencia de Cuba en la lista se hiciera «lo más rápido posible».

Mientras la decisión parece estar a la vuelta de la esquina, Rhodes comentó que, aunque no lo descarta, no anticipa un anuncio sobre la reapertura de embajadas antes de la cumbre, pero enfatizó que EE.UU. está «satisfecho» con la marcha de las negociaciones y los «progresos alcanzados».

En la misma línea, el principal asesor de Obama para Latinoamérica, Ricardo Zúñiga, destacó que las conversaciones para la normalización de las relaciones bilaterales se están llevando a cabo «con seriedad y eficacia, como debe ser».

Los dos asesores confirmaron que habrá algún tipo de «interacción» entre Obama y su homólogo cubano, Raúl Castro, en los márgenes de la Cumbre, pero por el momento no hay un encuentro bilateral formal programado entre ambos.

La foto entre Obama y Castro es la más esperada de la cumbre, tras el apretón de manos que se dieron en Sudáfrica durante el funeral del expresidente Nelson Mandela y su conversación telefónica de diciembre pasado, previa al histórico acuerdo para la normalización bilateral.

Por otro lado, Rhodes y Zúñiga coincidieron en que la situación en Venezuela y las tensiones entre Washington y Caracas centrarán parte de la atención en la cumbre de Panamá.

Rhodes quiso aclarar que EEUU no cree que Venezuela suponga una «amenaza» para su seguridad, sino que esa expresión forma parte del lenguaje del tipo de órdenes ejecutivas que emite Obama en el caso de sanciones a funcionarios de otros países.

Mientras, Zúñiga remarcó que hay «una clara preocupación» en toda la región por la situación en Venezuela y que EE.UU. apoya los esfuerzos de organismos como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para fomentar el diálogo interno en ese país.

«Queremos una Venezuela pacífica, democrática y próspera», subrayó Zúñiga al recordar que ese país es uno de los mayores socios comerciales de Estados Unidos.

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