El papa Francisco inicia este miércoles una visita a Estados Unidos en la que llevará adelante una cargada agenda repleta de temas de alto voltaje para la sociedad estadounidense, en especial los sectores más conservadores.
Francisco, un jesuita argentino de 78 años, aterrizó el martes en Estados Unidos, capital del capitalismo, después de una visita también histórica a la isla Cuba, donde arrastró multitudes, en especial en dos misas campales.
En medio a un gigantesco dispositivo de seguridad, el jefe de la iglesia católica arrancará su gira estadounidense con una visita a la Casa Blanca, donde pronunciará un discurso y se reunirá con el presidente Barack Obama en el Salón Oval.
A la ceremonia en los jardines de la Casa Blanca se espera asistan entre 15.000 y 20.000 personas y por ello la sede presidencial comenzará a recibir a los invitados -mediante un rígido control de seguridad- desde las primeras horas de la mañana.
De acuerdo con el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, Obama, de confesión protestante, no pretende recibir a Francisco con una «agenda política». Será, dijo Earnest, un encuentro entre «dos hombres que tienen muchos valores en común».
Sin embargo, el pontífice ya demostró que puede ser un aliado político de suma importancia para Washington: fue con el apoyo secreto del Vaticano que Estados Unidos y Cuba pavimentaron el difícil camino hacia su reaproximación diplomática después de medio siglo de ruptura.
Al mismo tiempo, Francisco y Obama comparten puntos de vista sobre los problemas derivados del cambio climático, para exasperación de sectores conservadores estadounidenses, que no esconden su irritación con la visita del pontífice.
Misa en español
Después de la reunión en la Casa Blanca, Francisco tendrá un encuentro con unos 300 obispos en la catedral de San Mateo, en Washington, tradicional símbolo para la comunidad religiosa local: fue allí donde fueron velados los restos del único presidente estadounidense católico, John F. Kennedy, y en 1979 Juan Pablo II ofició una misa en ese templo.
Poco más tarde, Francisco oficiará una misa en español en la basílica de la Inmaculada Concepción, el mayor templo católico de América del Norte, para la canonización del franciscano Junípero Serra, quien en la segunda mitad del Siglo XVIII llevó el catolicismo al territorio que actualmente es California.
El papel del famoso sacerdote, beatificado por Juan Pablo II en 1988, es objeto de severos cuestionamientos por representantes de poblaciones originarias de la región de California.
Toypurina Carac, portavoz de la nación Kizh Gabrieleno, denunció la canonización de Serra, a quien consideró responsable de la «muerte de nuestro pueblo y de nuestra cultura».
Para la ceremonia de canonización de Serra, sin embargo, se esperan unos 25.000 fieles, de acuerdo a los organizadores.
Discurso de alto voltaje
El discurso más esperado de Francisco en la capital estadounidense será el jueves, ante las dos cámaras del Congreso.
Allí el Papa pretende centrarse en el medio ambiente y los riesgos por el cambio climático, tema que fue objeto de la encíclica «Laudato Si» y que divide las opiniones del conservador partido Republicano, que controla las dos cámaras del Congreso.
El legislador conservador Paul Gosar -poco conocido hasta ahora y quien se declara católico- adelantó que boicoteará la sesión, precisamente por considerar que el Papa divulga «falsa ciencia» con su posición sobre el medio ambiente y que utiliza una retórica «socialista».
«Cuando el papa elige actuar y hablar como un político izquierdista, tiene que esperar ser tratado como uno de ellos», escribió Gosar.
Más allá del radicalismo de Gosar, no es secreto para nadie que los sectores más conservadores -en su gran mayoría de fe protestante- no aceptan que un líder espiritual de la talla del Papa venga al Congreso a expresar ideas que coinciden con las del presidente, a quien los republicanos combaten día y noche.
En el avión en que viajó desde Cuba, Francisco dijo a periodistas que no planea hacer referencia explícita al bloqueo estadounidense contra Cuba en el Congreso, aunque hará una mención general a acuerdos internacionales.
El embargo a Cuba solo puede ser desmontado por el Congreso y aunque Obama ha pedido que éste elimine esa legislación, los Republicanos no muestran ninguna prisa en hacerlo.
Francisco hablará sobre la protección y recepción de los inmigrantes; la defensa del medio ambiente, con un firme alegato a favor de una revolución energética radical y una desaceleración económica, según fuentes vaticanas.
Tampoco faltarán críticas a la «dictadura» de la tecnología y las finanzas, así como la denuncia de la responsabilidad de los vendedores de armas y las grandes potencias en la «tercera guerra mundial en cuotas» en curso, que denuncia sin cesar.