El autor del ataque de ayer con armas blancas en una escuela de Trollhättan (suroeste de Suecia), que mató a dos personas y fue abatido por la policía, dejó una carta de despedida en la que exponía los motivos racistas de sus actos.
«Todo apunta a un crimen de odio. Hemos registrado su casa y encontrado un documento que muestra que el ataque estaba planeado y que era un crimen de odio», declaró hoy en rueda de prensa el comisario Thord Haraldsson, que habló de «carta suicida».
Las imágenes de las cámaras de seguridad de la escuela de Kronan, donde un alto porcentaje de alumnos es de origen extranjero, muestran que el joven de 21 años, identificado de forma oficial como Anton Lundin-Petterson, charló con varios alumnos de tez clara.
«Eligió a sus víctimas. Atacó a los que tenían piel oscura, en cambio se encontró con varios de piel clara y no los atacó», señaló Haraldsson, que añadió a que la vestimenta -iba de negro y portaba un casco similar al de los soldados alemanes en la II Guerra Mundial- y su forma de caminar por el centro tienen corte «nazi».
Aunque la policía no ha encontrado conexiones con ambientes de ultraderecha, medios suecos han revelado que Lundin-Petterson había publicado en su cuenta de YouTube vídeos de un blogger neofascista sueco y películas que glorifican a Adolf Hitler y al nazismo.
En su perfil de la red social Facebook apoyó además la campaña del ultraderechista Demócratas de Suecia, tercera fuerza parlamentaria, por un referendo contra la inmigración.
Lundin-Petterson usó en los ataques un «espada grande» y un «cuchillo de tamaño notable», señaló Haraldsson.
La primera víctima mortal fue un profesor de apoyo de 20 años que falleció en Kronan; y luego murió tras ser operado en el hospital de Norra Älvsborg un alumno de 17 con daños graves en el hígado.
El agresor falleció también ayer a causa de las heridas en tórax e hígado que le produjeron los disparos de las fuerzas de seguridad.
En el mismo centro hospitalario siguen ingresados otro profesor de 40, con daños severos en el abdomen; y un alumno de 15 años, con heridas en la pleura y que ha salido de cuidados intensivos.
Todas las víctimas eran de origen extranjero, según el diario «Aftonbladet», que apunta a que el alumno muerto llegó a Suecia hace tres años y el escolar que sigue ingresado, hace nueve meses.
Según el diario «Expressen», que cita a testigos presenciales, la primera víctima murió al tratar de parar al agresor mientras este intentaba atacar a varios alumnos en la cafetería de la escuela.
La policía encontró anoche cerca de Kronan el coche que el joven usó para llegar al centro, en el que estaba la funda de la espada.
«Lo planeó todo solo, no parece que nadie más haya estado implicado», afirmó Haraldsson sobre el agresor.
La escuela, que se prevé esté cerrada durante unos días, continúa acordonada mientras agentes de policía buscan pruebas en su interior y siguen los interrogatorios a profesores y alumnos.
La tragedia de Trollhättan ha hecho recordar en Suecia, un país con gran tradición de acogida de refugiados e inmigrantes, otros ataques de inspiración racista en las últimas décadas.
John Ausonius, conocido como «el hombre láser» y que desató el pánico en la población inmigrante del área de Estocolmo a principios de la década de 1990, fue condenado a cadena perpetua por un asesinato y nueve intentos de asesinato.
Peter Mangs, el «francotirador de Malmö», cumple la misma pena por dos asesinatos y ocho intentos de asesinato entre 2003 y 2011. EFE
El Estímulo
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