Internacionales

China y Taiwán se preparan para la histórica cumbre

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 Xi Jinping y Ma Ying-jeou se reunirán este sábado en Singapur.

China y Taiwán se preparan este viernes para la histórica reunión que mantendrán mañana en Singapur sus respectivos presidentes, Xi Jinping y Ma Ying-jeou, el primer encuentro de este tipo desde la creación en 1949 de la República Popular China.

Xi y Ma se entrevistarán a las 15.00 hora local (07.00 GMT) en el Hotel Shangri-La de Singapur, en un encuentro que se espera que dure una hora, informó este viernes la Oficina de la Presidencia de Taiwán.

Tras la reunión, los líderes, el término elegido por China para evitar que un desliz semántico pudiera sugerir un cierto reconocimiento de Taiwán como Estado, ofrecerán ruedas de prensa por separado, y más adelante cenarán en privado durante un tiempo estimado de poco más de una hora.

Como ya avanzaron ambas partes, no habrá declaraciones por escrito ni firma de acuerdos.

Una agenda y un escenario -neutral y de influencia china como Singapur- controlados para que nada altere la rigidez de una cumbre que vale más por lo que simboliza que por los resultados que se esperan, si bien su celebración es ya de por sí inaudita tras 65 años de disputas a ambos lados del Estrecho de Formosa.

El presidente taiwanés dijo hoy que acude a la cita en busca de «consolidar la paz y el statu quo de no independencia, no unificación y no uso de la fuerza», y también de lograr un mayor espacio internacional para la isla y otras concesiones desde Pekín.

Ma aseguró que espera «dar el primer paso para institucionalizar las cumbres entre los dirigentes de ambos lados del Estrecho», lo que supondría un salto cualitativo en los lazos, según un comunicado de prensa del Gobierno isleño.

Además, calificó la reunión de «hito histórico», pero admitió -al intervenir en un foro internacional- que, «a pesar de que las tensiones han disminuido con el tiempo, aún quedan muchos problemas por resolver y muchas diferencias».

Esas diferencias son especialmente notables y se diría que irresolubles para la oposición política taiwanesa, que desconfía del acercamiento a China de Ma, y que ha objetado que el encuentro se ha organizado sin transparencia y sin supervisión parlamentaria.

Apenas a dos meses de los comicios del 16 enero de 2016 en Taiwán, la candidata presidencial opositora, Tsai Ing-wen, gran favorita según los sondeos, dijo hoy en rueda de prensa que está dispuesta a un encuentro con Xi, si es elegida, «con transparencia, respeto mutuo y sin ataduras políticas».

Mientras la cumbre se espera que dinamice la alicaída campaña del gobernante partido Kuomintang para las legislativas y presidenciales de enero, constituye una promesa china de paz y beneficio mutuo en el estrecho si el próximo líder taiwanés no reta a Pekín.

Un editorial del diario oficial Global Times admite que «es improbable que la relación a ambos del Estrecho (de Formosa) mantenga su actual statu quo, ya que está cambiando todo el tiempo».

«El carisma político de Xi ha impresionado a ambos lados del Estrecho y al mundo entero», enfatiza sin modestia el diario oficial chino, que agrega no sin menos fanfarria que «el aplauso se escuchará globalmente por la victoria de la paz y la racionalidad».

En cambio, la reunión también es la señal de que el Gobierno chino se ha dado cuenta de que el fuerte aumento de las relaciones comerciales y financieras con Taiwán no ha sido suficiente para garantizar la estabilidad de las relaciones, según apuntan analistas isleños.

Tras las amplias protestas estudiantiles del pasado año en la isla contra un acuerdo para expandir el comercio con China y el vaticinio de que el Kuomintang pierda las elecciones, Xi, que ha urgido «alta vigilancia» contra los que llama «separatistas» taiwaneses, sabe que no lo tendrá fácil en el futuro cercano.

Pese a la proclama de paz en el diario oficial, aún hay 1.500 misiles chinos apuntando a la isla, algo que se espera que Ma discuta con Xi sin gran esperanza de cambio, después de que en julio China aprobara una ley de seguridad que subraya la responsabilidad de los «conciudadanos de Taiwán» de proteger la soberanía del país.

Xi llegó hoy a Singapur para una visita de Estado de dos días que combinará con su encuentro con Ma.

Singapur como escenario resultó ser la sorpresa menor del encuentro, ya que allí se celebró en 1993 la primera cita entre negociadores de alto nivel de ambas partes.

Ésta fue posible gracias al «Consenso de 1992», por el que las dos partes aceptaron la existencia de una China pero se reservaban el derecho a sus respectivas interpretaciones, de lo que Xi y Ma volverán a tratar mañana, veintitrés años después y en el mismo lugar.

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