«Sin lugar a dudas, la cumbre 2018 va a consolidar los caminos que ya echaron raíces profundas en Brasilia (2005), Catar (2009), Lima -Perú- (2012) y en Arabia Saudita», dijo Maduro, que centró su discurso en la importancia de crear nuevos mecanismos para fijar los precios de los hidrocarburos.
El presidente de Venezuela, que avanzó que Caracas será la sede de esta quinta reunión, insistió en sus aspiraciones de que «sea una cumbre de consolidación de dos regiones en paz, de dos regiones prósperas, de dos regiones que le den ejemplo al mundo (…) de cómo podemos marchar juntos en un gran diálogo de civilizaciones».
Los países suramericanos y árabes se han comprometido en Riad a continuar profundizando las relaciones económicas y comerciales entre ambas regiones, que en diez años han aumentado de forma exponencial hasta llegar a los 34.000 millones de dólares.
La IV cumbre de ASPA, que arrancó ayer y concluye hoy contó con una destacable presencia de jefes de estado árabes, aunque solo con la participación de dos destacados mandatarios suramericanos, Maduro y el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
También acudieron, entre otros el primer ministro de Perú, Pedro Cateriano; el vicepresidente de Uruguay, Raúl Sendic, representando a la Unasur; las cancilleres de Venezuela, Delcy Rodríguez, y Colombia, María Ángela Holguín, y el de Brasil, Mauro Vieira.