Refuerzan la seguridad en las centrales nucleares de Bélgica
Las autoridades belgas «reforzaron» la vigilancia en las centrales nucleares del país con «medidas de seguridad adicionales», tras los atentados en el metro y el aeropuerto de Bruselas, afirmó a la AFP un vocero de la Agencia Federal de Control Nuclear (AFCN).
«Las centrales nucleares de Bélgica, que ya tenían una vigilancia reforzada, son objeto de medidas adicionales», dijo un portavoz de la agencia, Sebastien Berg, recordando que la seguridad ya había aumentado tras los atentados de París en 2015.
El vocero no quiso dar detalles, pero mencionó que el ejército ya había sido desplegado el pasado fin de semana en esos lugares en el marco de un operativo de seguridad previsto en el país.
«Los vehículos son controlados. La policía y el ejército están en el lugar», señaló de su lado la agencia nacional Belga, en referencia a las dos centrales nucleares con siete reactores con las que cuenta el país, una de ellas en Doel (norte) y la otra en Tihange (sudeste).
Otros dos lugares sensible, un centro de energía nuclear ubicado en Mol (noreste) y el instituto de radioelementos de Fleurus (sur), también son objeto de una seguridad reforzada, según Berg.
Los artefactos explosivos caseros estaban en dos automóviles de la Embajada de Italia en Atenas. Uno de los autos quedó destrozado. Giorgia Meloni atribuyó el ataque a grupos anarquistas
Una primera explosión, en las afueras de Jerusalén, dejó un adolescente muerto y 11 heridos. La segunda, poco después y a poca distancia, hirió al menos a tres personas
Aunque ambos grupos son militantes islámicos sunitas de línea dura, también son rivales y difieren en detalles sobre religión y estrategia, y cada uno dice ser el verdadero estandarte de la yihad, la supuesta guerra santa. El EI-K se ufana de los ataques más mortíferos de los últimos años en Afganistán y Pakistán. Masacró civiles en ambos países en mezquitas, santuarios, plazas y hospitales.