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Régimen sirio arrebata Palmira a los yihadistas del Estado Islámico

El ejército sirio, respaldado por Rusia, asestó este domingo una derrota al grupo Estado Islámico (EI) con la reconquista de Palmira, y prometió expulsar a los yihadistas de sus principales bastiones en Siria.

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Es la victoria más importante del régimen frente al EI desde que en septiembre Rusia intervino en la guerra en defensa de su aliado Bashar al Asad.

A las fuerzas prorrégimen sólo les queda expulsar al EI de Al Alianiyé, a 60 km más al sur, para recuperar el control del desierto y avanzar hacia la frontera con Irak, controlada en parte por los yihadistas.

Asad calificó de «logro importante» la liberación de Palmira, una ciudad de más de 2.000 años de antigüedad cuyas ruinas están clasificadas como patrimonio mundial de la Unesco.

Es «una nueva prueba de la eficacia de la estrategia del ejército sirio y de sus aliados en la guerra contra el terrorismo, en comparación con la falta de seriedad de la coalición liderada por Estados Unidos» contra el EI, dijo.

Los 20 días de combates se cobraron la vida de 400 yihadistas, el «peor balance para el EI en una sola batalla desde su aparición» en 2013, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), una oenegé con una red de fuentes militares, civiles y médicas en el país. También murieron 188 miembros de las fuerzas prorrégimen.

La televisión pública mostró imágenes del museo de Palmira en las que se ven cabezas de estatuas por el suelo y un cráter en el techo.

El ejército está desactivando las bombas y minas colocadas por los yihadistas en la ciudad.

El presidente ruso Vladimir Putin felicitó por teléfono a Al Asad por la reconquista de Palmira, anunció el domingo el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.

En esa conversación telefónica, «Vladimir Putin felicitó a su homólogo por la liberación de la ciudad de Palmira, reconquistada por los militares sirios ante los terroristas, y subrayó la importancia de salvaguardar esta ciudad histórica, única para la cultura mundial», dijo Peskov, citado por la agencia de prensa Ria Novosti.

– Raqa y Deir Ezor –

El ejército, con la ayuda del movimiento libanés Hezbolá y de la aviación y las fuerzas especiales rusas, lanzó el 7 de marzo una ofensiva para recuperar Palmira, que llevaba desde mayo de 2015 en poder del EI.

Reforzado por este triunfo, el mando militar sirio afirmó que la ciudad «será la base a partir de la cual las operaciones militares contra el grupo terrorista se extenderán en varios frentes, sobre todo Deir Ezor (este) y Raqa (norte)», sus principales bastiones.

El objetivo es «estrechar el cerco en torno a los terroristas, cortarles las vías de abastecimiento y recuperar los territorios bajo su control para poner fin a su existencia» en Siria, añadió.

Según una fuente militar, los combatientes del EI «se han replegado hacia Sojna, Raqa y Deir Ezor».

La orden de retirada llegó de Raqa, afirmó el OSDH. Pero queda «un puñado de yihadistas que quiere luchar», añade.

Tras la pérdida de la ciudad, el EI hizo estallar dos coches bomba en las afueras de Palmira y se escucharon disparos.

El EI ha cometido un sinfín de atrocidades en las regiones bajo su control y destruido bienes históricos como los dos templos más bellos de Palmira, el de Bel y el de Balshamin. También destrozó torres funerarias e hizo trizas el conocido Arco del Triunfo.

El jefe de Antigüedades sirias Mamoun Abdelkarim se mostró confiado al afirmar a la AFP que «el paisaje general está en buen estado» y que Palmira «volverá a ser como antes».

– País «desgarrado’ –

Del otro lado de la frontera, en Irak, el EI también es blanco de una ofensiva del ejército para intentar recuperar el control de Mosul (norte), con el apoyo aéreo de la coalición internacional.

Miles de iraquíes huyen de los combates en la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul.

Las grandes potencias se han propuesto acabar con el EI, un grupo ultrarradical que ha reivindicado los atentados de esta semana en Bruselas, que dejaron 31 muertos y 340 heridos, y los de París en noviembre (130 víctimas mortales).

Desde hace un mes, el régimen sirio y los rebeldes no yihadistas mantienen una tregua en Siria. Amparándose en ella, el gobierno y la oposición llevan a cabo negociaciones indirectas en Ginebra para poner fin a la guerra que ya ha causado más de 270.000 muertos desde 2011 y una crisis migratoria en Europa.

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