Imágenes transmitidas el lunes por la televisora local Kurdistán 24 TV muestran a varios agentes deteniendo al menor mientras dos hombres le cortan un cinturón explosivo. Tras retirarle los explosivos, el menor detenido es trasladado a un auto policial que lo aleja del lugar.
«El niño dijo al ser interrogado que lo secuestraron hombres enmascarados que le colocaron los explosivos y lo enviaron a la zona», dijo el agente de inteligencia Chato Fadhil Humadi.
El niño fue detenido el domingo por la noche, una hora después de otro ataque suicida en una mezquita chií de la ciudad, explicó el vocero del departamento de policía de Kirkuk, el coronel Avrasiya Kamil Wais, a The Associated Press. En ese ataque murió el agresor y dos personas resultaron heridas.
Humadi añadió que el niño fue desplazado de Mosul, que continúa en poder del grupo Estado Islámico, por operaciones militares recientes en la zona. Llegó a Kirkuk hace una semana, dijo Humadi.
La policía conoce el nombre del menor, pero The Associated Press tiene la política de no identificar a los menores que pueden ser víctimas de abusos o sospechosos de crímenes violentos.
La agencia noticiosa Aamaq, del grupo Estado Islámico, se hizo responsable de la bomba en la mezquita, pero no hizo declaraciones sobre el niño.
Kirkuk, una ciudad rica en petróleo en el norte de Irak, es reclamada tanto por el gobierno central de Bagdad como por los curdos en el país.
Kirkuk ha visto un aumento de las tensiones étnicas tras las incursiones del grupo Estado Islámico en el norte y el oeste de Irak en 2014. Las fuerzas de seguridad iraquíes se retiraron de gran parte de Kirkuk y las fuerzas curdas conocidos como los peshmergas tomaron el control de la ciudad. Desde entonces, los milicianos chiíes también se han instalado en los alrededores de la ciudad.
En el área residen árabes, curdos y turcomanos y todos ellos compiten por la zona. Los curdos han deseado desde hace mucho tiempo incorporar a la ciudad en su región semiautónoma, pero el gobierno central de Irak se opone.