Los gendarmes se unirán a los seis bomberos vaticanos que ayer partieron hacia el centro de Italia para colaborar con la Protección Civil en la búsqueda de personas entre los escombros y en la asistencia a los heridos, informó la oficina de prensa de la Santa Sede.
Los agentes de la Gendarmería llegarán a Amatrice, una de las localidades más afectadas por los daños materiales y con cerca de 200 muertos, para colaborar con la Policía italiana en la seguridad de la localidad y evitar posibles robos en las casas abandonadas por sus propietarios tras el seísmo.
El terremoto que se produjo a las 03.36 hora local (01.36 GMT) de ayer cerca de la población de Accumoli, en la provincia de Rieti, con un hipocentro a tan solo 4 kilómetros de profundidad, ha causado al menos 241 muertos, pero hay aún decenas de desaparecidos, por lo que el número de víctimas podría aumentar.
Francisco decidió ayer no pronunciar la catequesis que tenía preparada para la audiencia del miércoles y pidió a las miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro que rezaran el rosario por las víctimas del terremoto de ayer.
El pontífice dijo estar muy «conmovido» al conocer que hay muchos niños entre las víctimas y al oír las palabras del alcalde de Amatrice, Sergio Pirozzi, quien manifestó que «el pueblo ya no existe».