Los dos mandatarios, de ideología conservadora, mantuvieron una reunión en la residencia presidencial de Olivos, en las afueras de Buenos Aires, tras la cual dijeron a periodistas que Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay mantienen su postura «uniforme» de que el gobierno de Nicolás Maduro debe respetar una serie de principios para seguir siendo socio en la unión aduanera.
Temer realiza una visita oficial a Argentina, desde donde se trasladará posteriormente a Paraguay.
«Le hemos dado un plazo, si no cumplen perderá la condición de miembro activo», dijo Macri en referencia a la fecha límite del 1 de diciembre para que Venezuela promulgue leyes de respeto a los derechos humanos, entre otras.
La administración del Mercado Común del Sur en la actualidad está en manos de delegados de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay hasta tanto Venezuela cumpla con los requisitos para ser miembro pleno. El país caribeño sostiene en tanto que la presidencia temporal la ejerce desde fines de julio pasado cuando Uruguay anunció el final de su periodo administrativo.
Macri también señaló que «es preocupante la violación de derechos humanos» en Venezuela y que «seguiremos atentamente viendo lo que pasa» allí.
En la misma línea, Temer afirmó que los socios fundadores del Mercosur coinciden en su posición para que Venezuela «cumpla con los requisitos necesarios para integrarse».
Los dos mandatarios también se lamentaron sobre las dificultades para que el referendo revocatorio del mandato de Nicolás Maduro no se realice este año.
Por otro lado, expresaron su voluntad de incrementar el intercambio comercial, combatir la pobreza y buscar «coherencias macroeconómicas» entre sus países, los dos grandes socios del Mercosur.
«Percibimos que el mundo tiene una gran atracción sobre Mercosur…. en ese camino nos tenemos que preparar y cuidar los mercados de trabajo; en ese equilibrio queremos trabajar», dijo Macri.
Con motivo de la visita de Temer, los dos mandatarios suscribieron una declaración para incrementar la cooperación.
El presidente argentino señaló que en la reunión bilateral ambos coincidieron en la necesidad de reducir la pobreza, luchar contra el «crimen organizado, el terrorismo y la corrupción» y lograr gobiernos transparentes. Al respecto señaló que los dos comparten una «agenda amplia que nos vincula y trasciende a nuestros gobiernos» y que debe seguir el camino de la integración.
«Tenemos que reducir la pobreza en nuestros países y tenemos claro que eso se logra mejorando la educación y como resultado de eso creando empleo de calidad», sostuvo.
Temer remarcó que ambos países tienen los mismos problemas — la pobreza, y el desempleo — y que los dos pueden «trabajar en conjunto no sólo para fortalecer el Mercosur» sino para incrementar sus relaciones políticas y comerciales bilaterales.
«No son pocas las empresas brasileñas que están en la Argentina y no es pequeño el grupo de argentinos que operan en nuestro país», afirmó.
A las afueras de la residencia presidencial unas cincuenta personas, la mayoría brasileños, se manifestaron en contra de Temer, cuestionado por un sector que cree que su llegada al poder fue producto de un golpe a Dilma Rousseff, quien fue destituida en un juicio político. Entre los manifestantes había grupos izquierdistas argentinos que criticaron el perfil conservador de Temer.
Según la consultora argentina ABECEB, en 2016, el intercambio comercial entre Brasil y Argentina totalizará unos 20.912 millones dólares, lo que determinará una reducción del 46,7% en relación a 2011, cuando había sumado 39.616 millones.
De acuerdo a ABECEB, este año terminará con un saldo deficitario para Argentina de 4.000 millones de dólares, lo que superaría el rojo comercial bilateral registrado en los últimos cuatro años.
La consultora indicó que, sin embargo, «cuando uno mira el sector externo, tal vez la mejor noticia es que Brasil ha dejado de caer y empieza lentamente su recuperación», lo que beneficiará de inmediato a Argentina.