Más tenprano, «Carlos» había denunciado que este era un «proceso absurdo» en su última intervención antes del veredicto del tribunal de París que lo juzgó por el atentado contra una galería comercial.
«Es un proceso absurdo», dijo Carlos, vestido íntegramente de negro, antes de que la corte criminal dicte su veredicto tras un juicio de dos semanas.
También aseguró que «los procesos criminales no me resultan extraños» desde detrás de un cristal blindado y acompañado de dos gendarmes, recordando que hubo ya dos sobreseimientos en este caso.
El fiscal general Rémi Crosson du Cormier solicitó el lunes cadena perpetua contra «El Chacal», ahora de 67 años, al asegurar que «todos los elementos reunidos durante la investigación convergen hacia él».
«No tengo huellas de ADN, huellas digitales o imágenes de videovigilancia. Solo tengo un reconocimiento político de culpabilidad. Pero la racionalidad permite superar la duda razonable. Estoy convencido de que Ilich Ramírez Sánchez fue el autor de este ataque criminal», señaló.
En cambio, para la defensa, que solicitó que su cliente sea absuelto, no existe ninguna prueba que demuestre su culpabilidad.
Carlos, que se presentó ante la corte como un «revolucionario profesional», mantuvo la ambigüedad sobre su implicación en este atentado. «Quizás fui yo, pero no hay ninguna prueba», declaró, provocador.
La investigación estableció una conexión entre Carlos, el atentado y una toma de rehenes que comenzó dos días antes en la embajada francesa en La Haya en manos del Ejército Rojo japonés, un grupo armado japonés de extrema izquierda.
La fiscalía estima que Carlos cometió este atentado para doblegar al gobierno francés en plena negociación con los secuestradores de La Haya que exigían la liberación de uno de sus miembros, detenido en el aeropuerto parisino de Orly.
Carlos fue una figura conocida en todo el mundo en los años 1970 y 1980, considerado por unos como un baluarte del terrorismo internacional y por otros como un revolucionario de leyenda.
Encarcelado en Francia desde que fue capturado en 1994 en una operación del espionaje francés en Sudán, Carlos está cumpliendo ya dos condenas por varios atentados.
– ‘Respeto a las víctimas’ –
En su alegato, el fiscal intentó responder a las críticas sobre la demora de este juicio, que se celebra 43 años después de los hechos.
«Nos dicen que es un caso demasiado antiguo, con un autor ya condenado. Nos acusan de acoso judicial, de negar el derecho al olvido. Pero, en nombre de la verdad, del respeto a las víctimas (…) es nuestro deber celebrar este juicio después de esta larguísima demora», argumentó.
El juicio se abrió el pasado 13 de marzo al término de una larga batalla legal tras la cual la justicia francesa estimó que la prescripción de diez años quedó interrumpida por procedimientos de la investigación en otros sumarios, que a su juicio están conectados con el atentado de 1974.
La acusación se basa también en los testimonios de antiguos camaradas del venezolano y en el origen de la granada utilizada en el atentado. Esta última formaba parte del mismo lote que las usadas por los secuestradores de La Haya y la descubierta en París en el domicilio de la amante de Carlos.
El fiscal citó además una entrevista publicada a finales de 1979 en la revista Al-Watan Al-Arabi en la que Carlos reivindicó el atentado. Para la fiscalía, aunque el acusado negó posteriormente haber dado esa entrevista, en ésta, figuraban «explicaciones que el periodista no podía conocer».
(Con información de EFE)