Almagro pide que en esa sesión se consideren sus informes críticos sobre Venezuela (del pasado 30 de mayo y del 14 de marzo), «así como los efectos sobre el orden constitucional democrático de las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela», según la solicitud, firmada hoy, a la que tuvo acceso Efe.
Almagro invoca el artículo que da potestad al secretario general y a cualquier Estado miembro para solicitar una sesión de «apreciación colectiva de la situación» donde se puedan «adoptar las decisiones que se estimen convenientes» cuando en un país se produzca «una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático».
Esto es algo que Almagro ya concluyó sobre Venezuela en su informe del pasado 30 de mayo con el que invocó por primera vez la Carta.
Sin embargo, los países de la OEA todavía no han proseguido con ese proceso gradual abierto por Almagro y, aunque algunos ya han hablado en público de «alteración del orden constitucional» o de «alteración del orden democrático», no lo han sometido a votación.
La Carta Interamericana está invocada (por Almagro, dos veces), pero no se está aplicando todavía, ya que para que se inicie su proceso se necesita que al menos 18 países (la mayoría simple de los 35 Estados miembros) voten que hay esa «alteración» en Venezuela.
Por el momento la única sesión convocada bajo el artículo 20 fue la del pasado 23 de junio, a petición de Almagro, en la que leyó su primer informe crítico sobre Venezuela, que actualizó el 14 de marzo de este año, en el que pidió la suspensión del país si no hay elecciones generales en 30 días.
La suspensión es el último punto del proceso de la Carta Democrática, que requiere 24 votos (dos tercios de los 35 Estados miembros), y por el momento los países de la OEA críticos con Venezuela la consideran «un último recurso» y prefieren agotar la vía diplomática.
Desde ayer, un amplio grupo de países de la OEA negocia la convocatoria de un Consejo Permanente urgente, pero todavía no se han puesto de acuerdo al respecto, según fuentes diplomáticas consultadas.
Una de las claves es que si el Consejo no se celebra hoy, en la Presidencia de turno dejará de estar Belice y pasará a estar Bolivia, uno de los grandes aliados de Venezuela y que se opone a que la OEA celebre sesiones sobre temas del país sin su consentimiento.
No obstante, la Presidencia del Consejo es un puesto de carácter protocolario que cambia cada tres meses y, de haber los votos, no podría negarse a que se celebraran aunque sí tratar de retrasar los procesos con mecanismos formales, según explicaron a Efe fuentes diplomáticas.
Almagro dio este viernes el paso formal de pedir un Consejo urgente tras calificar ayer de «autogolpe de estado» la decisión del Tribunal Supremo de Venezuela de sustituir en sus funciones al Parlamento, controlado por la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro.
«Aquello que hemos advertido lamentablemente se ha concretado», sentenció el secretario general de la OEA en un comunicado.