«El Departamento de Estado ha informado al Gobierno de Cuba de que ha ordenado la salida de 15 de los funcionarios de su embajada en Washington», dijo en un comunicado el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson.
La reducción afecta a casi dos tercios del personal de la embajada de Cuba en Washington, según medios estadounidenses; aunque el Departamento de Estado no ha querido confirmar el porcentaje de funcionarios cubanos afectados.
«La decisión se ha tomado debido al fracaso de Cuba a la hora de dar pasos adecuados para proteger a nuestros diplomáticos de acuerdo con sus obligaciones bajo la Convención de Viena. Esta orden asegurará la equidad en nuestras respectivas operaciones diplomáticas», explicó Tillerson.
El Departamento de Estado ha proporcionado al embajador cubano en Washington, José Ramón Cabañas, «una lista» con los nombres de los 15 funcionarios que deben salir del país en un plazo de siete días, según explicó a los periodistas un diplomático estadounidense, que pidió el anonimato.
«Este paso no significa un cambio de política o una determinación de responsabilidad por los ataques al personal del Gobierno estadounidense en Cuba», subrayó el citado funcionario.
Tillerson, por su parte, aseguró que Estados Unidos «mantiene sus relaciones diplomáticas con Cuba y seguirá cooperando» con las autoridades cubanas «en la investigación sobre los ataques» a los diplomáticos estadounidenses.
El viernes pasado, el Departamento de Estado ordenó la retirada de la mayoría de su personal en Cuba, es decir, de aquellos funcionarios considerados «no esenciales» y sus familiares, por considerar que no podía «garantizar su seguridad» en la isla.
Estados Unidos elevó hoy a 22 la cifra de funcionarios estadounidenses que han experimentado síntomas como «problemas en el oído y pérdida de audición, mareos, dolores de cabeza, fatiga, problemas cognitivos y dificultad para dormir» debido a los incidentes.
El Departamento de Estado no ha llegado a confirmar que los ataques se produjeran con un dispositivo «acústico», como han apuntado algunos medios de comunicación, y sigue investigando los sucesos, que comenzaron a registrarse a finales de 2016 y cuyo último episodio confirmado tuvo lugar este agosto pasado.
El Gobierno cubano ha negado toda relación con los ataques, que está investigando, y ha tachado de «precipitada» la decisión de Washington de retirar a sus diplomáticos y aconsejar a todos los estadounidenses que no viajen a la isla.]]>