Faurie y Grandi mantuvieron una reunión en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, en Buenos Aires, con el objeto de analizar las temáticas de interés mutuo y en el marco de una gira por diversos países latinoamericanos realizada por el jefe de Acnur.
Según un comunicado conjunto, ambos coincidieron en que el desplazamiento de personas refugiadas y migrantes desde Venezuela, en el marco de la crisis que sufre, implica «una situación inédita para la región», en particular para los países que deben acoger a un número significativo de ellas.
En este sentido, el canciller y el alto comisionado resaltaron que, «a pesar de que las circunstancias individuales y las razones de estos movimientos varían, en una proporción significativa se trata de personas que presentan necesidades de protección internacional».
Desde 2012, Argentina ha otorgado residencias a alrededor de 130.000 venezolanos y ha gestionado solicitudes de la condición de refugiado presentadas por personas de esta nacionalidad.
Es por eso que en la reunión se manifestó la importancia de aplicar la definición regional de refugiado contenida en la Declaración de Cartagena, incluida en la legislación de 15 países de la región, a las solicitudes de reconocimiento de esa condición presentadas por venezolanos.
De otra parte, el diplomático italiano reconoció los «altos estándares de derechos humanos» desarrollados por Argentina para la «protección y búsqueda de soluciones duraderas» de personas refugiadas y solicitantes de asilo, así como su compromiso «con el principio de responsabilidad compartida».
Además, en el encuentro se debatió sobre el compromiso de Argentina con el «Programa Siria», basado en el modelo de patrocinio comunitario para el reasentamiento de refugiados de esa nacionalidad