«Esto es ahora un asunto para el sistema de justicia internacional. Este hombre tiene que ser llevado ante los tribunales», dijo en rueda de prensa Juncker, tras defender el papel de Colombia en la acogida de refugiados venezolanos.
El jefe del ejecutivo comunitario respondía a una pregunta de la prensa sobre una eventual acción internacional «más decidida» para «aislar la dictadura del señor Maduro». «No nos gusta esta dictadura», respondió el ex primer ministro luxemburgués.
El presidente colombiano, en el cargo desde agosto, agradeció a la Unión Europea (UE) su ayuda financiera para hacer frente a la llegada de migrantes venezolanos y subrayó su objetivo de «seguir denunciando los atropellos de la dictadura en Venezuela».
Según la ONU, 2,3 millones de venezolanos (7,5% de la población de 30,6 millones) vive en el exterior, de los cuales 1,9 millones han emigrado desde 2015, cuando empeoró la crisis económica. Unos 870.000 residen en Colombia y unos 200.000 en España, según estas cifras.
La UE dispuso en junio 35 millones de euros (39,8 millones de dólares) para enfrentar la crisis humanitaria en Venezuela y ayudar a los países vecinos, la mitad de la cual «ya se está ejecutando», dijo la víspera la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
«También hemos decidido seguir trabajando juntos para abordar la cuestión venezolana, no sólo desde el punto de vista humanitario, sino también para encontrar una solución pacífica y democrática» a la crisis, apuntó este miércoles Mogherini.
La UE ya expresó a mediados de octubre, tras una reunión de cancilleres europeos, su voluntad de crear un grupo de contacto para facilitar una solución política en Venezuela, con el apoyo también de actores regionales, pero descartó que esto fuera una mediación.
El bloque impuso en el último año sanciones contra Venezuela, país sumido en una crisis política, económica y humanitaria, por menoscabar, a su juicio la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos.
Además de adoptar un embargo de armas, los europeos impusieron la prohibición de visados y la congelación de activos para 18 responsables europeos, entre ellos la vicepresidenta Delcy Rodríguez, aunque evita sancionar a Maduro, como hizo Washington, para mantener los canales de comunicación abiertos.
Tanto Mogherini como Juncker reiteraron además a Duque el apoyo de los europeos en la implementación del acuerdo de paz alcanzado a finales de 2016 por su predecesor, Juan Manuel Santos, con la guerrilla comunista de las FARC, ahora desarmada.
El jefe de Estado colombiano, que mantuvo también reuniones con el primer ministro belga, Charles Michel, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, agradeció el apoyo, pero precisó que se mantendrá firme con «quienes quieran seguir con la violencia».
Duque, quien asumió el poder hace dos meses con la bandera de «corregir» el pacto que el año pasado desarmó y transformó en partido a la otrora guerrilla comunista, aseguró que su gobierno le cumplirá a aquellos que hagan «genuinamente» una transición de la guerra a la paz.