Internacionales

Asia y Oceanía ante la transición en Venezuela

La prolongada lucha por liberar a Venezuela de la mal llamada “Revolución Bolivariana” está entrando en una nueva fase. Un número importante de países se decantan por una u otra de las partes en pugna según claras demarcaciones ideológicas. Las democracias del continente americano (con la excepción de México, gobernado ahora por el populista de izquierda conocido como AMLO) respaldan abrumadoramente la presidencia interina de Juan Guaidó.

Publicidad
Maduro y Erdogan
Texto: José Clavijo Fotografía: Archivo El Estímulo

La mayoría de los países miembros de la Unión Europea anunciaron su reconocimiento directo, o bien expresaron su apoyo, recalcando la naturaleza interina de dicha presidencia. Mientras, autocracias de toda vertiente y tamaño –desde Rusia y China, a Siria y Corea del Norte– respaldan al régimen de Nicolás Maduro, por ahora. Todas estas naciones, por cierto, son gobernadas por liderazgos personalistas que han centralizado el poder y reprimen la disidencia. La afinidad parece ser cuestión tanto de estilo como de doctrina.

En apariencia, los recientes acontecimientos en Venezuela han pasado casi desapercibidos en la gran masa asiática. Lo cual es, hasta determinado punto, normal. El complejo tablero geopolítico y económico que es el conflicto venezolano no les concierne directamente. Venezuela se encuentra en las antípodas geográficas; es parte de otra realidad. Pero la distancia no implica indiferencia, ni silencio.

Asia Occidental

En Asia Occidental (el Medio Oriente), Irán, Siria y Turquía, al igual que organizaciones calificadas de terroristas en Occidente como Hezbolá y Hamas, apoyan al régimen de Maduro. La alineación era de esperarse, pues la “Revolución Bolivariana” apoya activamente la causa palestina, lo que ha generado simpatía y agradecimiento en partes del mundo islámico. Hugo Chávez y Nicolás Maduro han mantenido cercanos vínculos con la brutal dictadura de Bashar al-Assad en Siria, así como con la teocracia que gobierna Irán con mano de hierro.

Siria, Irán y Venezuela son considerados Estados canallas que conforman un estridente eje antiestadounidense. La presencia en Venezuela de militantes de Hezbolá y de cuerpos de la Guardia Revolucionaria iraní ha sido ampliamente denunciada. Teherán, además, se inquieta por cualquier forma de intervencionismo estadounidense que podría sentar un precedente.

El presidente de Turquía, Tayyip Erdogan -progresivamente distanciado de Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN- envió un contundente mensaje de apoyo a Maduro, mientras su Canciller denunció la injerencia de Washington y de países latinoamericanos en los asuntos internos del país. En un viaje reciente a Caracas en diciembre de 2018, Erdogan ya había criticado las sanciones estadounidenses en contra del régimen venezolano. Por su parte, el presidente turco es, a su vez, criticado por su creciente autoritarismo, sobre todo a raíz de las masivas detenciones y purgas internas luego de un fallido golpe de Estado en 2016.

Ahora bien, refiriéndose a los recientes acontecimientos en Venezuela, un portavoz presidencial señaló que Turquía se opone a todo intento de golpe de Estado, lo que da a entender que esta es la forma en la que Ankara percibe la designación de Juan Guaidó. Cabe señalar que las relaciones económicas entre Turquía y Venezuela se han intensificado en años recientes con el establecimiento de vuelos comerciales y la controvertida exportación de toneladas de oro para ser refinado y procesado en dicho país.

Por otro lado, en los portales de las cancillerías de los países miembros del Consejo del Cooperación del Golfo no aparecen ni comunicados ni posicionamientos sobre la situación en Venezuela. Si bien las monarquías conservadoras del Golfo mantienen buenas relaciones con Venezuela (sobre todo a nivel de la OPEP, también se inquietan por los cercanos vínculos entre Caracas y Teherán, ya que este último es un tenaz adversario regional.

Consideraciones geopolíticas y sectarias, así como la estrecha alianza con Estados Unidos, conducirían a las monarquías del Golfo a reconocer un futuro gobierno, no por su naturaleza democrática sino por su moderación. Es significativo que Kuwait, actualmente miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, votó a favor de la propuesta estadounidense de discutir la crisis venezolana en dicho foro.

Cabe destacar que Israel es el único país de la región que reconoció formalmente la presidencia interina de Juan Guaidó. Esto también era de esperarse. El Estado hebreo mantiene una alianza estratégica con Estados Unidos, y es una de las pocas (quizás la única) verdaderas democracias de la región. Tel Aviv y Caracas no mantienen relaciones diplomáticas; pues Hugo Chávez las rompió abruptamente en el 2009 por causa del conflicto de la Franja de Gaza, y porque fue, además, un acérrimo detractor de Israel. Sin embargo, Tel Aviv buscará un restablecimiento de relaciones con el nuevo gobierno.

Asia Central

Los cinco países que conforman Asia Central probablemente no emitirán declaraciones en torno a la crisis venezolana de gobernabilidad. En todo caso, la afinidad está del lado de Maduro. Las repúblicas islámicas tienen regímenes personalistas y autocráticos con cercanos vínculos políticos y económicos con China y Rusia. Vale mencionar que en 2017, Maduro en su calidad de presidente del movimiento NOAL, participó en la cumbre de la Organización de Cooperación Islámica, celebrada en Astana, Kazajstán y durante la visita se reunió con su contraparte kazajo para estrechar vínculos bilaterales.

Sur de Asia

India, la potencia hegemónica en el Sur de Asia, ha mantenido una posición cautelosa, sin pronunciamientos específicos. Un comunicado del Ministerio de Exteriores señaló que India sigue con detenimiento los acontecimientos en Venezuela, y es de la opinión que el pueblo venezolano debe buscar una solución política para resolver sus diferencias sin necesidad de recurrir a la violencia. El comunicado añadió que la democracia, la paz y la seguridad en Venezuela son esenciales para el progreso y la prosperidad del pueblo venezolano.

Por otra parte, un periódico indio informó que, a pesar de la prolongada crisis, ese país sigue importando petróleo desde Venezuela, el cual se ha convertido en su cuarto mayor proveedor. Así, entre abril y octubre de 2018, el país surasiático importó petróleo venezolano valorado en US$ 4.6 mil millones. A su vez, varios consorcios indios participan en la explotación de pozos petrolíferos. En tanto que India es uno de los pocos países que puede refinar el crudo pesado venezolano. Como vibrante democracia, la mayor del mundo, India probablemente evitará apoyar la dictadura de Maduro y buscará la forma de mantener buenas relaciones con Caracas.

Este de Asia

En el Este de Asia, las posiciones están más divididas. China y Corea del Norte se han alineado con la “Revolución Bolivariana”. El apoyo de China es más económico-comercial que político-doctrinario. El interés primordial de Beijing es preservar sus considerables intereses económicos en Venezuela; que se reconozca la deuda contraída por más de US$ 60 mil millones (es el mayor acreedor), y se mantenga la continuidad del suministro petrolero -cualquiera que sea el gobierno en el poder.

Como era de esperarse, el régimen totalitario y ultra personalista norcoreano, que profesa una singular forma de autarquía conocida como Juche, también se pronunció. En ese sentido, un comunicado de la Cancillería norcoreana exhortó a la solidaridad y cooperación socialista con el régimen de Maduro, añadiendo que Pyongyang ampliará los lazos con Caracas.

Por otro lado, el más reciente comunicado de la Cancillería de Japón reitera la preocupación por el deterioro de la situación económica y social en Venezuela, y el impacto interno y regional de la crisis humanitaria.

El comunicado deplora que el gobierno venezolano no ha respondido a las repetidas solicitudes de la comunidad internacional con respecto a la legitimidad de las elecciones presidenciales efectuadas en mayo de 2018, y en tal sentido, hace un llamado a la celebración de elecciones libres y limpias a la brevedad posible, respetando la voluntad del pueblo venezolano de recuperar la democracia basado en su orden constitucional.

A pesar de una política exterior cautelosa que tiende a no inmiscuirse o hacer comentarios sobre desarrollos internos en otros países, la posición nipona ha ido cambiando en el último año. Durante una visita a varios países sudamericanos el pasado mes de agosto, el Canciller japonés declaró desde Perú que comparte la visión del Grupo de Lima en relación a que Venezuela debe rendir cuentas a la comunidad internacional sobre los problemas del país, agregando que es prioritaria la restauración de la democracia con una mayor participación ciudadana.

Estos comentarios suscitaron una airada respuesta por parte de las autoridades venezolanas. Como miembro del bloque de democracias liberales, y en un afán de recuperar espacios económicos perdidos a China, Tokio probablemente percibe con simpatía la actual transición, y reconocerá un futuro gobierno elegido democráticamente.

En un mensaje vía Twitter enviado por la Cancillería, Taiwán señaló que es esencial la restauración del orden democrático en Venezuela, añadiendo, además, que está dispuesta a proporcionar asistencia humanitaria. El texto contendría un sutil cálculo político. Taiwán mantiene una guerra de reconocimiento diplomático con China, guerra que la isla está perdiendo a medida que un creciente número de países cierran sus embajadas en Taipéi para abrirlas en Beijing. Es de señalar que Taiwán conservó durante décadas una Oficina Económica y Cultural en Caracas hasta su cierre en 2009 por presión del régimen chavista. A pesar de la ausencia de relaciones diplomáticas formales, Venezuela y Taiwán tuvieron hasta ese momento vínculos económicos dinámicos. Taipéi probablemente buscaría la forma de reactivar su presencia en Venezuela, y que la solidaridad brindada a la causa democrática repercuta en la reapertura de dicha oficina.

Es interesante que el gobierno de Corea del Sur no ha emitido comunicado alguno en torno a la crisis venezolana.

Sudeste Asiático

Los diez países que conforman el Sudeste Asiático son tradicionalmente cautelosos en pronunciamientos de esta naturaleza. La diversidad de sistemas políticos –desde monarquías islámicas a regímenes comunistas– obliga a mantener posturas tradicionales de no injerencia en los asuntos internos de otros países, sobre todo entre ellos. En los portales de las respectivas cancillerías no aparecen comunicados sobre la crisis en Venezuela.

Cabe mencionar dos cosas: un artículo en un periódico de Yakarta señala que el gobierno indonesio hizo un llamado a la moderación en Venezuela. Este, como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, se abstuvo de votar sobre la propuesta estadounidense de discutir la crisis venezolana. Por otra parte, es interesante que el régimen comunista vietnamita no ha emitido comunicado en apoyo a Maduro.

Oceanía

La Canciller de Australia declaró que su país reconoce la presidencia interina de Juan Guaidó e hizo un llamado para una transición democrática lo más pronto posible. Nueva Zelanda, por su parte, se ha abstenido de pronunciarse. En tal sentido, el Canciller neozelandés aclaró que su país no acostumbra emitir declaraciones de reconocimiento de gobiernos, reiterando que ha expresado su preocupación por las elecciones de Venezuela de 2018, así como la continua erosión de las normas democráticas y las instituciones en ese país.

El Canciller subrayó que los venezolanos deben decidir su futuro a través de elecciones libres y limpias. A pesar de las distintas perspectivas, se considera que tanto Australia como Nueva Zelanda, que forman parte de la constelación de democracias liberales de Occidente, apoyarán un futuro gobierno democráticamente elegido en Venezuela.

Lo que dicen los medios

Desde el Medio Oriente hasta el Este de Asia, la cobertura mediática de los acontecimientos en desarrollo en Venezuela ha sido coherente con la magnitud de libertad de prensa existente. Tanto la agencia de noticias iraní (Irna), como la siria (Sana) reiteran el apoyo oficial al “gobierno legítimo” de Maduro. En Turquía, el periódico Hürriyet Daily News, hoy en día alineado con Erdogan –la otrora prensa libre está sujeta a un creciente control oficialista- contiene declaraciones del Canciller turco señalando que cualquier intervención extranjera en Venezuela solo profundizará los problemas del país.

En los portales de noticias de las monarquías del Golfo tales como arabnews.com (Arabia Saudita) y gulfnews.com y gulfbusiness.com (Emiratos Árabes Unidos), han aparecido regularmente artículos sobre la crisis en Venezuela. Estos provienen principalmente de agencias noticieras internacionales. No obstante, la gulfbusiness.com publicó un artículo de autoría propia donde la firma de inversión de Abu Dhabi, Noor Capital, reconoce la compra de 3 toneladas de oro al Banco Central de Venezuela, añadiendo que se abstendrá de futuras transacciones hasta que la situación en Venezuela se estabilice. Por su parte, el canal de noticias árabe, Al Jazeera, con sede en Qatar, ha ido alterando su cobertura de la crisis venezolana. De reportajes ambiguos e incluso favorables a la “Revolución Bolivariana” –los programas del canal entrevén simpatía por Cuba– la cobertura es ahora más balanceada, con artículos independientes críticos y reportajes in situ y entrevistas a expertos que relatan el deterioro del país.

Por otra parte, en los grandes periódicos en idioma inglés del sur y este asiático como The Japan Times, el South China Morning Star (Hong Kong), The Korea Herald, The Times of India e Indian Express han publicado artículos regularmente sobre los eventos ocurridos en el país. La mayoría de las veces consiste en reproducciones de agencias noticieras internacionales como AP, Bloomberg, Reuters, AFP, UPI y AFP, las cuales intentan reportar objetivamente, no sin algunos gafes, los mencionados eventos. También en la prensa japonesa han aparecido numerosos artículos de periodistas, expertos y exdiplomáticos; aunque las opiniones tienden a ser imparciales, el contendido esboza la hecatombe que sufre Venezuela. En la agencia de noticias china, Xinhua, figuran reportajes reflejando la posición del gobierno de Maduro; pero CGTN, un canal de noticias estatal chino de alcance global, sacó un reportaje recientemente citando al portavoz de la Cancillería china, quien señaló que cualquiera que sea el desarrollo de los acontecimientos en Venezuela, la cooperación entre ambos no será afectada, y que Beijing está en contacto con todas las partes involucradas.

Reconocimiento

Finalmente, la vastedad territorial que es Asia contiene 48 países y 4.5 mil millones de habitantes, aproximadamente 60% de la humanidad. Y, sin embargo, hasta la presente fecha, ninguno de ellos ha reconocido la presidencia interina de Juan Guaidó -Taiwán no es considerado un Estado por la ONU, y mantiene relaciones diplomáticas con solo 17 países pequeños.

A corto plazo, el nuevo gobierno venezolano, democráticamente elegido, deberá desplegar una intensa labor diplomática entre la gran diversidad de sistemas políticos y económicos del continente, a países aliados, neutros y contrarios por igual, para explicar la magnitud de la destrucción del país. A mediano-largo plazo, Venezuela deberá desplegar una diplomacia económica más dinámica para acercarse a una vital región que, hacia 2030, tendrá cinco de las diez mayores economías del mundo, y las de mayor crecimiento. De las inversiones, comercio y tecnologías de punta de Asia provendrán mucho de los insumos que el país necesitará.

José Clavijo estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Nueva Orleans, Estados Unidos, y en la Universidad Americana del Cairo, Egipto; especialidad en el Medio Oriente. Maestría en Políticas Internacionales, Universidad de Bristol, Reino Unido. Es diplomático venezolano de carrera jubilado. Sirvió en Túnez, Dinamarca, India, Japón, República Dominicana, Filipinas, Senegal y Marruecos. Fue jefe de la División de Asia y Oceanía en la Cancillería.

Publicidad
Publicidad