«Todos los países latinoamericanos, todos los del Grupo de Lima (…) deben implementar sanciones», afirmó Almagro durante un debate en una universidad en Washington.
Al respecto, Almagro recordó que, en mayo de 2018, el Grupo de Lima se comprometió a incrementar la cooperación entre países para saber qué individuos y empresas venezolanas podrían estar implicados en actos de corrupción con el objetivo de iniciar procedimientos judiciales y «la aplicación de restricciones financieras».
Hasta ahora, Panamá es la única nación latinoamericana que ha impuesto sanciones contra el círculo de Maduro, al igual que han hecho Canadá, la Unión Europea (UE) y EE.UU.
Washington ha impuesto restricciones al comercio del oro y ha sancionado a la empresa Petróleos de Venezuela (Pdvsa), acciones que han servido para menguar los ingresos a las arcas del Estado.
«Necesitamos más sanciones, no menos -dijo Almagro.- Parece que hay confusión o sesgos ideológicos cuando hablamos de la necesidad de sancionar a los dictadores venezolanos. Algunas personas creen que sanciones dirigidas contra la dictadura corrupta y criminal llevarán a los niños a pasar hambre».
Y añadió que «los niños ya estaban pasando hambre antes de las sanciones. La falta de comida es el resultado de las acciones del régimen de Maduro, desde mucho antes».
El secretario general de la OEA, una de las voces internacionales más críticas con Maduro, señaló al gobierno cubano de Miguel Díaz-Canel como responsable de lo que ocurre en Venezuela y consideró que el «régimen» cubano ha probado ser más cruel que las dictaduras del Cono Sur de América de los años 70 y 80.
A su juicio, La Habana siempre ha dependido de otros poderes para su supervivencia: primero se aprovechó de la Unión Soviética y ahora hace lo mismo con Venezuela.
«Han estado chupándole la sangre a Venezuela. Hoy Venezuela es un cadáver y todavía están chupándole la sangre. Es un caso supremo de parasitismo», aseveró.
La Secretaría General de la OEA, liderada por Almagro, ha celebrado varias conferencias temáticas sobre Cuba en la que han participado, entre otros, la disidente cubana Rosa María Payá, hija del fallecido Oswaldo Payá.
Cuba, miembro de la OEA desde su creación en 1948, fue suspendida en 1962 tras el triunfo de la revolución liderada por Fidel Castro debido a su adhesión al marxismo-leninismo en el marco de la Guerra Fría entre el bloque capitalista encabezado por EE.UU. y el comunista dirigido por la Unión Soviética.
Después de décadas de confrontación, en 2009, la OEA levantó la suspensión a Cuba, pero la isla se negó a volver al organismo.