El suceso, que comenzó a las 5.30 de la mañana hora local (8.30 GMT), ocurrió sobre el emblemático puente Río-Niteroi, que comunica esas dos importantes ciudades de la región metropolitana de Río de Janeiro y provoca un gran embotellamiento de tráfico desde las primeras horas de la mañana.
La portavoz de la Policía de Carreteras Federal, Sheilla Sena, dijo a los periodistas que según los primeros testimonios el hombre se identificó como policía militar, «poniendo a los pasajeros en peligro al amenazarlos que iba a incendiar el autobús, pero se desconoce cuál es el propósito real».
La Policía Militarizada (PM), que negocia la rendición del secuestrador, indicó a periodistas en el lugar de los hechos que la acción parece haber sido premeditada, aunque se desconocen los motivos que llevaron al individuo a secuestrar el autobús.
El vehículo había salido minutos antes desde Sao Gonçalo, el segundo mayor municipio del estado y también localizado en la región metropolitana de la capital fluminense, con destino al centro de Río de Janeiro.
El secuestrador liberó, casi dos horas después, a tres mujeres y un hombre, todos adultos y liberados individual,ente con intervalos de tiempo, y con una máscara en su rostro lanzó un objeto incendiario desde el interior del autobús para ratificar sus amenazas.
Las autoridades están interrogando a los cuatro rehenes liberados para obtener más información sobre la cantidad de personas retenidas por el secuestrados y otros detalles que permitan la acción policial.
El tránsito en el puente, que está ubicado sobre el mar, fue interrumpido sentido Río de Janeiro y helicópteros de la PM apoyan la acción policial.
El Batallón de Operaciones Especiales (Bope), el grupo elite de la Policía en Río de Janeiro y que cuenta con francotiradores, desplazó varias unidades al lugar de los hechos, informó Mauro Fliess, portavoz de la PM.