Dos días después de declarar ante un juez y un fiscal anticorrupción, con la intención de manifestar su intención de cooperar con la justicia, el cuerpo de Márquez Cabrera fuera hallado ahorcado en una oficina situada en el número 12 de la avenida de Mirasierra, en el municipio madrileño de San Sebastián de los Reyes.
El venezolano de 48 años fue secretario general de Entes Corporativos. Era una de las personas de confianza del entonces ministro de Energía Petróleo, Rafael Ramírez, ahora perseguido por el gobierno de Maduro.
Márquez Cabrera había salido del país con rumbo a Estados Unidos, pero fue regresado España a raíz de su investigación por lavado de dinero.
Con su firma y con el aval de este la petrolera movió durante el chavismo decenas de millones de dólares. Entre ellos, los 4,5 millones pagados a Alejandro Morodo, hijo del exembajador en Caracas Raúl Morodo entre 2004 y 2007, a cambio de ficticias asesorías en Europa. El supuesto pago fraudulento de este dinero es el que investiga en la Audiencia Nacional de Madrid.
Con información de El País