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Evo Morales la tiene cuesta arriba a un mes de elecciones bolivianas

El presidente izquierdista Evo Morales, que gobierna Bolivia desde 2006, afronta un camino cuesta arriba a un mes de las elecciones en que pugnará por un cuarto mandato que la oposición considera inconstitucional.

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A Morales, que ganó las tres elecciones anteriores con abrumadora mayoría, le juegan en contra esta vez el natural desgaste de su imagen tras 14 años de administración, un incontrolable incendio forestal que dura ya cinco semanas y la sombra de su principal adversario, el centrista Carlos Mesa.

Aunque lidera todas las encuestas, el gobernante, de 59 años, que nacionalizó el petróleo en 2006 y expulsó al embajador estadounidense en su primera gestión, enfrenta nuevos obstáculos, de acuerdo a analistas locales.

«No es segura la victoria de Evo Morales en primera vuelta», según el politólogo Carlos Cordero, respaldado por el abogado y analista político, Carlos Borth , que refrenda: «No está asegurada la elección de Evo Morales en la primera vuelta».

Ambos coinciden en que el gobernante no la tiene fácil: En 2006 arrasó con el 54% de los votos. Sus dos reelecciones sucesivas (2010-2015 y 2015-2020) fueron 64% y 61%, respectivamente, en primera vuelta.

Morales compite a pesar de que la oposición elevó quejas ante organismos como la OEA de que su postulación por cuarta vez es ilegal. Además perdió en 2016 un referendo que consultaba sobre ese punto.

No obstante, el Tribunal Constitucional avaló en 2017 su cuarta candidatura, refrendada un año más tarde por el Tribunal Electoral, que le reconoció como candidato válido.

Todas las encuestas vislumbran un probable balotaje. Una última, vetada por el Tribunal Electoral por asuntos administrativos y difundida por la universidad estatal TVU, le asigna una ventaja de seis puntos sobre Mesa (31,1% contra 24,9%). El diario El Deber difundió su estudio a principios de septiembre: 34% para Morales y 27% para Mesa.

«Hay una pérdida significativa de votos y de popularidad», grafica Cordero, que ve «un deterioro de la imagen y cuestionamientos a la gestión y políticas públicas del presidente».

Sumado a esto, incendios incontrolables en la Amazonía y Pantanal, en el este de Bolivia, que arrasaron desde principios de agosto 4,1 millones de hectáreas (similar al territorio de Suiza), también han motivado la crítica ciudadana.

Las ONGs ambientalistas lo responsabilizan por haber autorizado el uso de fuego para el desmonte con el fin de ampliar la frontera agropecuaria.

Nada de esto, sin embargo, amilana al oficialismo.

«Hay una tendencia de crecimiento del voto de Evo que se ha ralentizando un poco a partir del tema de los incendios de la Chiquitanía, pero que es una tendencia ascendente», señaló estos días el vicepresidente Alvaro García, que también va a la reelección.

Sin embargo, Morales ya no presume vaticinios optimistas de rutilantes victorias. En diciembre de 2018, dijo públicamente que «debemos ganar con más del 70%, ese es el desafío que tenemos».

¿Perdería Morales en una segunda vuelta ante Mesa?. Cordero cree «Mesa lograría el apoyo de la mayoría de los ciudadanos y ganaría la presidencia», aunque también la experiencia de otros balotajes en la región sudamericana le recuerda que la tendencia es ratificar la victoria del primero.

Borth señala que deben esperarse los números de la primera vuelta del 20 de octubre: «Por ejemplo, si Evo Morales saca 39% y Mesa 26%, es una brecha difícil de remontar en segunda vuelta».

Según la nueva Constitución (en vigencia desde 2009), un candidato puede ganar la presidencia en primera vuelta si obtiene 50% más uno de los votos válidos o logra el 40% con una ventaja de 10 puntos de diferencia sobre el segundo.

Si la votación en la primera vuelta hace casi imposible avizorar que Morales retenga el poder en el balotaje, algunos analistas no descartan que imite a su aliado venezolano Nicolás Maduro convocando una Constituyente, aunque eso dependerá de la relación de fuerza en las cámaras resultante de las urnas.

El balotaje está fijado para el 15 de diciembre.

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