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¿Cuál es la postura de Alberto Fernández sobre Venezuela?

Alberto Fernández, ganador de las elecciones presidenciales en Argentina, no se ha escondido al momento de hablar sobre Venezuela; sin embargo, su opinión ha cambiado con el paso de los meses, moldeándola cada vez más a favor de lo que espera el chavismo de un posible nuevo aliado. 

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Foto: AP
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Venezuela es noticia en todo el mundo y en la región suramericana existen posiciones divididas sobre la histórica crisis motivada por los desaciertos políticos del fallecido presidente Hugo Chávez y su heredero en el poder, Nicolás Maduro, a quien desde el sur desconoce el aún jefe de Estado, Mauricio Macri.

Pero Alberto Fernández tiene una postura distinta a la del mandamás de su nación desde todo punto, incluida Venezuela, caso que no escapó de la agenda del kirchnerista, quien estará al frente de su nación a partir del 10 de diciembre de este año. Desde entrevistas en plena campaña hasta el debate presidencial, el representante de Frente Para Todos mutó su juicio sobre un tema inevitable.

29 de julio: en desacuerdo con su fórmula

Para el vencedor de la cita electoral, su llave de mandato es la expresidenta Cristina Fernández. Con un pasado político exitoso pero también polémico, la peronista fue cercana al chavismo mientras estuvo al frente de su país, retratándose del lado de los funcionarios oficialistas en su lapso como mandataria (2007-2015); no obstante, la crisis venezolana encuentra pocos defensores, llegando a ser un punto de comparación negativo.

En julio, la expresidenta hizo mención a un informe de la ONU que mostraba la subalimentación en su país en un 5%, mucho menos que el 21% en Venezuela; sin embargo, la futura vicepresidencia expresó que “con la comida estamos igual que Venezuela”.

Sus palabras causaron desagrado en Alberto Fernández, quien hizo público su desacuerdo con su compañera: “Está claro que no son comparables, pero Cristina lo dijo en esos términos. Lo hablé con ella”, indicó en entrevista para el medio local La Nación. “Está claro que la condición de Venezuela es mucho más grave que la argentina”.

25 de agosto: rechaza los gobiernos autoritarios

Dos semanas después de dar el primer paso a la presidencial cuando comandó las primarias, el representante de Frente de Todos ganó mayor peso en la política regional y eso llevó a que sus palabras llegaran más lejos.

Aunque el 29 de julio calificó como «autoritario» al gobierno de Maduro, la repercusión no fue la misma que después de convertirse en un obstáculo que Macri no logró superar este domingo. En entrevista para La Cornisa, por América TV, dijo que en Venezuela no había dictadura, “pero muchas veces las democracias, por abuso de quien gobierna, se convierten en autoritarismos, que es lo que yo digo que ocurre en Venezuela”.

A su juicio, esa corriente era todo menos admirable, por lo que señaló que “lo peor que me podría pasar a mí como gobernante es que alguien me llame autoritario. A usted le parece un discurso más atenuado, pero que un gobierno democrático sea calificado de autoritario, es gravísimo”.

7 de octubre: comienza a mostrar los colores

Sus declaraciones no cayeron bien en el seno del chavismo, lo que causó un cambio gradual en su política enfocada en Venezuela. Maduro manifestó semanas después en entrevista para el diario brasileño Folha do Sao Paulo que “Venezuela es una democracia sólida, amenazada, asediada. En el momento en el cual Venezuela sufre su mayor asedio, atacarla desde la izquierda o la centroizquierda es una cobardía contra un pueblo noble, que supo resistir y va a seguir resistiendo y venciendo con los votos”.

Desde ahí, el próximo mandatario argentino se acercó un poco más a lo que espera el chavismo, asegurando que sacaría a su país del Grupo de Lima, coalición regional que ha denunciado en repetidas ocasiones las constantes agresiones del chavismo contra la sus adversarios nacionales e internacionales, si resultaba electo presidente.

Luego de una reunión con Daniel Martínez, candidato a la presidencia uruguaya, Fernández comentó que se ceñiría a la posición de Uruguay y México, naciones de la zona que no se sumaron al grupo, pues, a su juicio, “es la correcta y demuestra la enorme dignidad de ambos países para afrontar un problema que todos vemos”.

“El mejor modo es ayudar a que los venezolanos encuentren una salida. En eso siempre dije que Argentina debía ser parte del grupo de países, junto a México y Uruguay, de los que queremos encontrar una salida y ayudar a que los venezolanos encuentren una salida. Estar en el Grupo de Lima se contradice con lo que estoy diciendo”, siguió.

13 de octubre: contra una posible invasión

En el debate presidencial previo a su triunfo, prefirió alejarse de la opinión de la mayoría de las naciones de la región, los cuales van en una vía distinta a la del fallido socialismo del siglo XXI, y quienes esperan una salida pacífica del chavismo. La ansiedad ha llevado el caso de Venezuela a puntos en los que unos pocos han apostado por una eventual intervención militar, pero sigue siendo una opción que unos pocos abrazan.

En su discusión contra Macri, Fernández señaló que “Venezuela tiene problemas. Más problemas tienen los problemas tienen los venezolanos que están adentro de ese país y más problemas lo que tuvieron que emigrar. Pero a diferencia del presidente, yo quiero que los venezolanos resuelvan el problema, no quiero intervenir en Venezuela”.

El de Frente de Todos advirtió al presidente sobre posibles acciones: “Espero, presidente, que ningún soldado argentino termine en tierra venezolana”.

Con los números sobre la mesa y la victoria asegurada para el kirchnerista, el chavismo recupera un nuevo aliado en el sur, uno que mostró más cautela que admiración.

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