¿Cómo surgió el peronismo?
El peronismo nació en 1945, después de la llamada Década Infame del partido conservador. Fue una reacción al fraude electoral, los abusos patronales y los acuerdos comerciales con Inglaterra que condenaban al país a ser proveedor de materias primas.
Lo formaron decenas de miles de obreros emigrados a Buenos Aires desde las provincias. Eran mestizos que se unieron a hijos y nietos de inmigrantes europeos. Nació en una masiva movilización de trabajadores el 17 de octubre de aquel año. «Es un aluvión zoológico», lo despreció el diputado radical socialdemócrata Ernesto Samartino. Nacía también el antiperonismo.
¿Por qué la central obrera es peronista?
Los manifestantes reclamaban la liberación del entonces coronel Juan Perón, secretario de Trabajo en la dictadura del general Edelmiro Farrell. El dictador lo arrestó temeroso de su creciente poder por haber impulsado leyes y estatutos laborales, indemnizaciones por despido y vacaciones, entre otros derechos.
Los trabajadores idolatraban a Perón y lo llevaron tres veces a la presidencia. Por eso el peronismo logró arrebatarle el control de los sindicatos a los socialistas, anarquistas y comunistas. Desde entonces, la central obrera mayoritaria CGT responde al peronismo.
«Procedemos a poner de acuerdo al capital y al trabajo, tutelados ambos por la acción directiva del Estado», dijo Perón en un discurso histórico.
¿Es de izquierda o de derecha?
Es un movimiento nacional y popular policlasista. Engloba a diferentes ideologías. El ideario peronista defiende la industrialización, el control de las exportaciones, el Estado fuerte, la salud y educación públicas, los subsidios sociales, la neutralidad internacional y la integración política y comercial sudamericana.
De su seno surgieron en los años 1960 y 1970 expresiones extremas: la guerrilla de los Montoneros y a la vez la organización paramilitar Alianza Anticomunista Argentina (Triple A).
«Lo primero que les pregunto a los extranjeros es si en sus países los fenómenos políticos son simples. ¿Es de izquierda o de derecha la rebelión catalana? ¿Y los chalecos amarillos de Francia?», afirma el antropólogo Alejandro Grimson.
Le preguntaron al artista plástico Daniel Santoro como explicaría el peronismo, por ejemplo, a un finlandés: «Hay algo indefinible, pero alimenta el deseo de goce, de felicidad». E incluye a personalidades históricas como el papa Francisco, porque es la doctrina social de la Iglesia de Juan XXIII, o al ídolo futbolero Diego Maradona, un rebelde y transgresor.
Contiene en su seno a un expresidente peronista neoliberal como Carlos Menem y a una centroizquierdista como Cristina Kirchner. Y es un caso atípico en Occidente al haber tenido dos presidentas, Isabel Perón y Cristina Kirchner, además de una líder espiritual que fue Evita Perón.
Ahora llegó el momento de Alberto Fernández, un centro-izquierdista que defiende como Kirchner políticas de aliento al consumo, salarios altos, industrialismo y derechos humanos.
¿El país sigue dividido?
En campaña electoral, Macri reiteró la acusación histórica al peronismo de ser clientelista y populista. En contraste, Fernández asegura que el movimiento saca a Argentina de las crisis que provoca cada gobierno conservador.
Perón instaba a los empresarios a ceder poder económico para construir una sociedad de bienestar. Sus modelos eran la Francia y Suecia de posguerra. Pero generó un antiperonismo feroz.
El más grande escritor argentino de todos los tiempos, Jorge Luis Borges, llegó a decir que «los peronistas no son ni buenos ni malos, son incorregibles».
El antagonismo está vivo, pero también se lo puede ver con humor. Un periodista español le preguntó una vez a Perón cómo era el arco político argentino: «Mire en Argentina hay 30% de radicales (socialdemócratas), 30% de conservadores y otro tanto socialistas». «Pero ¿dónde están los peronistas?», le repreguntó. «¡Ah, no, peronistas somos todos!».