La pandemia puede duplicar el número de personas que sufre hambre extrema
Desde 2017 las cifras de personas que sufren hambre extrema no han dejado de crecer y la pandemia del coronavirus la podría duplicar.
Internacionales
La ONU advirtió que el impacto económico de la pandemia del coronavirus durante el año 2020 puede elevar a 265 millones el número de personas expuestas a una inseguridad alimentaria aguda, una cifra que casi dobla la de 2019, cuando se contabilizaron 135 millones de personas en esta situación.
Desde 2017, las cifras de personas que sufren hambre extrema no han dejado de crecer, según el informe de la Red Mundial contra las Crisis Alimentarias. La de 2019 es la cifra más alta documentada desde la primera edición y supone un aumento de 22 millones de personas respecto al año 2018. Debido a esta situación, 75 millones de niños sufrieron retraso en el crecimiento y 17 millones una delgadez excesiva por falta de alimentación, una situación que puede empeorar gravemente por las consecuencias económicas del coronavirus.
Ante este «espectacular aumento», esta agencia humanitaria de la ONU considera «fundamental» la necesidad de mantener los programas de asistencia alimentaria, entre ellos los propios de la organización, que sirven para ayudar a casi 100 millones de personas vulnerables en todo el planeta.
La pandemia, una catástrofe humanitaria
El Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley, ha afirmado que con la crisis de la Covid-19 «no solo nos enfrentamos a una pandemia de salud mundial, sino también a una catástrofe humanitaria mundial«. «Todavía no hay hambrunas, pero debo advertirles de que, si no nos preparamos ahora mismo para asegurar el acceso, evitar la falta de financiación y las interrupciones, podríamos enfrentarnos a múltiples hambrunas de proporciones bíblicas en unos pocos meses», dijo.
Para frenar esta situación, la ONU considera necesario aumentar y expandir los sistemas de vigilancia a distancia de la seguridad alimentaria, mantener la asistencia humanitaria crítica en forma de alimentos para los grupos vulnerables, reforzar y ampliar los sistemas de protección social para estos grupos y aumentar el apoyo a la elaboración de alimentos, al transporte y los mercados locales de productos.
