Internacionales

Ley húngara rechaza noción de diversidad sexual y de género

Víctor Madrigal-Morloz, experto independiente de la ONU en el tema denunció que la ley aprobada en Hungría "conecta de forma desafortunada homosexualidad y pedofilia". La norma, que utiliza a los niños como excusa, también se interpreta como estrategia política del primer ministro Viktor Orbán

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Olivier Matthys / POOL / AFP

El costarricense Víctor Madrigal-Morloz, experto independiente de la ONU sobre violencia contra la orientación sexual y la identidad de género, destacó hoy que la polémica ley de pedofilia y homosexualidad adoptada en Hungría «perpetúa estereotipos y estigmas» que la educación podría frenar.

El abogado costarricense, quien hoy intervino ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, señaló en rueda de prensa posterior que dicha legislación, que prohíbe hablar de la homosexualidad en colegios y medios de comunicación, «conecta de forma desafortunada homosexualidad y pedofilia, algo que ya he denunciado».

La ley que esta semana entró en vigor en Hungría impedirá «una educación completa sobre sexualidad y género que permitiría neutralizar los estigmas» y, entre otras cosas, «facilitaría a los profesores atajar el acoso escolar, un problema muy presente en todo el mundo».

Madrigal-Morloz indicó que ya en meses anteriores expresó a las autoridades húngaras su preocupación por iniciativas legales que, entre otras cosas, restringen el concepto de familia a aquella formada por un matrimonio de personas de sexo opuesto, o mantienen que la identidad de género sólo puede ser la dada al nacer.

Utilizan argumentos supuestamente basados en «valores cristianos» o en «identidad nacional» que según el experto independiente «rechazan la noción de diversidad de orientación sexual o de género».

En su intervención hoy ante el Consejo de Derechos Humanos, el costarricense defendió que es obligatorio que los gobiernos «reconozcan de forma legal la identidad de género basada en la autoidentificación» (es decir, que una persona pueda elegirla).

«Sólo así podremos progresar en la lucha contra la violencia y la discriminación, especialmente aquella dirigida contra personas transgénero», aseguró en la rueda de prensa.

Madrigal-Morloz admitió la posibilidad de debatir en torno a estos temas, en lo que actualmente se suele denominar la «guerra cultural», aunque afirmó que ess discusiones «no pueden descansar en prejuicios y estigma, sino en evidencias y análisis legales».

La estrategia del poder

La inclusión a última hora de referencias a la homosexualidad en la ley contra la pedofilia está sirviendo al Gobierno ultranacionalista húngaro para reforzarse al provocar fisuras en el bloque opositor y reafirmar su discurso de soberanía frente a las supuestas injerencias de la Unión Europea.

Lo que era un proyecto de ley, apoyado por todos los partidos, para aumentar las penas contra la pederastia, ha estallado en un agrio debate que ha provocado las críticas de 17 países de la UE y de la Comisión Europea, e incluso ha trascendido al mundo del fútbol, tras prohibir la UEFA un gesto solidario en un estadio.

Fracturar a la oposición

El 10 de junio, cinco días antes de la votación de la ley, el Fidesz, el partido con el que el primer ministro, Viktor Orbán, gobierna con mayoría absoluta desde 2010, añadió enmiendas para, entre otras cosas, prohibir hablar de la homosexualidad a los menores, tanto en el colegio como en los medios.

Esa vinculación ente homosexualidad y pederastia rompió el consenso en una oposición que, desde la izquierda ecologista a la ultraderecha, se ha unido para tratar de parar el rodillo electoral de Orbán en las elecciones que se celebrarán la próxima primavera.

Así, la oposición liberal y de izquierdas se abstuvo en la votación, mientras que el ultraderechista Jobbik apoyó al Fidesz.

Aquí mando yo

Con esa enmienda, Orbán buscaba, según algunos analistas, recuperar el control del discurso político tras semanas de ataque de la oposición por el polémico proyecto de abrir en Budapest la primera sede europa de la universidad estatal china Fudan, en terrenos destinado a dormitorios para alumnos de centros húngaros.

Bulcsú Hunyadi, analista del laboratorio de ideas Instituto Political Capital, opina que con el asunto de la buena marcha de la vacunación ya agotado, «el Fidesz necesitaba un tema» para recuperar la iniciativa.

La polémica por la ley homófoba ha eclipsado las críticas por el proyecto chino, rechazado por la mayoría de la sociedad e incluso por muchos votantes del Fidesz.

Con todo, este ataque a la comunidad LGTB+ no es nuevo en el Gobierno y el Fidesz, que cuentan con un largo historial de declaraciones y leyes aprobadas contra sus derechos, como la definición legal del matrimonio como la unión de un varón y una mujer o la prohibición a cambiar de nombre a los transexuales.

La oposición ha aumentado su cooperación desde que en 2019 logró derrotar al Fidesz en las elecciones locales en Budapest y decenas de otras ciudades, hasta el punto de que esa cooperación es «actualmente es la mayor amenaza» para el partido gubernamental, según Hunyadi.

Los niños como excusa

Más de 131.000 personas pidieron, sin resultado, que el presidente del país, János Áder, no firmara la ley.

Los partidos progresistas se han unido en su oposición a una ley que tachan de homófoba, así como los pocos medios independientes que siguen funcionando.

Desde IKEA y Magyar Telekom hasta empresas como RTL, WarnerMedia, HBO o festivales como el Sziget Festival han expresado su rechazo de la polémica legislación, mientras que el Gobierno y su entorno insiste en que la ley se limita a proteger a los menores y defender el derecho de los padres a decidir sobre su educación sexual.

«Tenemos una ley sobre la defensa de los derechos de los niños y los padres», aseguró hoy el propio Orbán antes de la cumbre de líderes de la UE en Bruselas en la que se espera, aunque no está en la agenda, que se trate el asunto.

«Fui un luchador de la libertad contra el régimen comunista, la homosexualidad estaba castigada y combatí por las libertades y los derechos, y estoy defendiendo los derechos de los homosexuales», afirmó con vehemencia.

Dieciséis países de la UE, entre ellos, Alemania, Francia, Italia y España, expresaron en una declaración conjunta su «grave preocupación» por la normativa y pidieron a la Comisión Europea (CE) que use «todas las herramientas» para garantizar el respeto de los derechos de todos los ciudadanos de la UE.

La presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, opinó que la ley es «una vergüenza».

«Nos atacan»

«Las reacciones internacionales servirán a Orbán para decir a sus votantes que están atacando a Hungría desde Occidente, mientras que el Gobierno solo defiende a los menores», añade Hunyadi.

Desde que está en el poder, Orbán ha ido encontrando siempre un «enemigo político» al que acusar de ser una amenaza para el país, desde los refugiados que huyen de la guerra en Siria, al magnate George Soros.

Según el analista, la CE iniciará un nuevo procedimiento de infracción contra Hungría y el «Fidesz hará todo para que el tema se quede vigente hasta las elecciones».

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