Internacionales

Guía básica sobre el rollo en Ucrania y la obsesión de Putin

Para el jefe del Kremlin, Moscú tiene que mostrarse fuerte, verse aterrador. Ceder no está en la naturaleza de este yudoka cinturón negro.

Occidente enfrenta a Putin en Ucrania y más allá
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Ucrania, objetivo este jueves de una intervención militar de Rusia ordenada por Vladimir Putin con el pretexto para defender a los separatistas prorrusos del este, ha sido teatro de revoluciones, anexiones de territorio y guerras desde el desmembramiento de la Unión Soviética en 1991.

Cinco cosas que debe saber sobre esta nación de unos 40 millones de habitantes, situada a las puertas de la Unión Europea.

Raíces comunes

Los pueblos ruso y ucraniano están unidos por un milenio de historia, con raíces que se remontan a la Rus de Kiev -un estado eslavo medieval con Kiev como capital, que ocupaba partes de las actuales Ucrania y Rusia- y se prolongan hasta la Unión Soviética, pasando por el Imperio zarista Ruso.

Después de la revolución bolchevique de 1917, Ucrania se convirtió en una república soviética, pero a partir de su independencia en 1991 aumentaron las tensiones con Rusia, que culminaron en 2014 con una revolución prooccidental.

Ese mismo año, Rusia anexó la península de Crimea (sur) y desde entonces ha apoyado a los rebeldes separatistas en el este de Ucrania, un conflicto que se ha cobrado más de 14.000 vidas.

Este año, Rusia concentró decenas de miles de soldados en las fronteras con Ucrania y el presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció el 21 de febrero la independencia de las autodenominadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk y ordenó el despliegue de tropas en esas zonas.

La mayoría de los ucranianos hablan ucraniano y ruso, aunque actualmente una política de «ucranización» exige que los medios publiquen en ucraniano y que el idioma y la literatura rusa desaparezcan de los planes de estudios escolares.

Para Kiev, se trata de revertir la «rusificación» forzada de Ucrania durante la era soviética.

Crisis económica

Con la crisis de 2014, la economía ucraniana colapsó y el PIB cayó casi un 7%. En 2001, se desplomó alrededor de un 10% y la inflación superó el 40%.

Ucrania dio señales de recuperación en los años siguientes, pero sigue siendo uno de los países más pobres de Europa con un salario mensual promedio de 550 euros.

El país depende de los impuestos generados por el tránsito de gas ruso a Europa y por ello ha expresado su preocupación con proyectos de gasoductos que eluden su territorio.

A esto se suma una fuga de capitales y una aceleración de la inflación.

Corrupción endémica

La corrupción en Ucrania es endémica: en su informe de 2021, la organización Transparencia International la ubicó en el puesto 122 de 180. Esto representó una mejora con relación a 2014 (142), pero está muy por detrás de sus vecinos europeos.

El presidente Volodimir Zelenski, un excomediante de 44 años sin experiencia política, llegó al poder en 2019 con la promesa de tolerancia cero con la corrupción.

Pero su lucha en esta área se ha estancado, generando críticas de países occidentales y de donantes internacionales.

Chernóbil

El peor accidente nuclear de la historia tuvo lugar el 26 de abril de 1986 en Ucrania -que era entonces una de las 15 repúblicas soviéticas- cuando explotó un reactor de la central nuclear de Chernóbil, contaminando hasta las tres cuartas partes de Europa, especialmente en la Unión Soviética.

Cerca de 350.000 personas tuvieron que ser evacuadas de un perímetro de 30 kilómetros alrededor de la planta, que sigue siendo zona prohibida. El costo humano aún es controvertido actualmente.

En años recientes, el sitio de Chernóbil se ha convertido en un destino importante para turistas.

Una gran obsesión

Putin tiene una obsesión: que Ucrania vuelva al redil en nombre de la grandeza de Rusia, aunque para ello tenga que invadirlo.

Para muchos rusos de su generación, que cantaron odas a la gloria de la URSS, el fin de la Unión Soviética y su esfera de influencia en tres años (1989-1991) permanece como una herida punzante.

Putin, entonces oficial de la KGB en Alemania Oriental, vivió la derrota de primera mano. Y, según se dice, sufrió las miserias que cayeron sobre tantos de sus compatriotas, obligado a regresar clandestinamente a Rusia.

La humillación y la indigencia de la antigua URSS contrastaron con el triunfalismo y la prosperidad de Occidente.

Eso lo convenció, según ha dicho, de que el fin de la URSS fue «la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX», el cual vivió también dos guerras mundiales.

Ello alimentó en él un deseo de revancha, mientras la OTAN y la Unión Europea (UE) se expandían para incorporar a los antiguos vasallos de Moscú.

Para el presidente ruso, su misión histórica era frenar la invasión de su zona de influencia. En nombre de la seguridad de Rusia, Ucrania se convirtió en una línea roja.

Vladimir Putin, el ex agente de la KGBG que quiere revivir a la grandeza de la URSS.

Golpear primero

En su visión, si Rusia «no resuelve esta cuestión de la seguridad, Ucrania estará en la OTAN en 10-15 años», y después de eso, «los cohetes de la OTAN estarán en Moscú», explicó Alexéi Makarkin, del Centro de Tecnologías Políticas.

Tras la revolución prooccidental de 2014 en Kiev, Rusia anexó la península ucraniana de Crimea y separatistas prorrusos ocuparon el este de Ucrania.

Para Putin, su vecino se equivoca al verse como víctima del imperialismo zarista, luego del soviético y ahora del ruso. Considera que las dos revoluciones ucranianas en 2005 y 2014 contra las élites prorrusas fueron el resultado de conspiraciones occidentales.

Por la fuerza

«Si el combate es inevitable, hay que golpear primero», declaró en 2015. Una de sus institutrices, Vera Gurevitch, contó que a los 14 años, el joven Vladimir, después de romper la pierna de un amigo, proclamó que algunos «solo entienden por la fuerza».

Ucrania, desde su «Revolución Naranja», de 2004-2005, sufrió las «guerras del gas» que la desestabilizaron económicamente.

En 2008, según la prensa rusa y estadounidense, Putin aseguró a su par estadounidense, George W. Bush, que Ucrania «no es un Estado».

En diciembre pasado, proclamó en su conferencia de prensa anual que ese país es un invento de Lenin.

Con sus soldados en las fronteras ucranianas, Putin reclama ni más ni menos que la Alianza Atlántica vuelva a sus líneas de 1997 y renuncie a la arquitectura de seguridad de la Guerra Fría.

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