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El indultado expresidente peruano Alberto Fujimori sale de prisión

A pesar de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos pidió a Perú detener la liberación, se confirmó el indulto concedido por razones humanitarias en la noche del miércoles

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El expresidente peruano Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión por crímenes contra la humanidad, recobró la libertad este miércoles 6 de diciembre bajo el amparo de un indulto concedido por razones humanitarias, pese a la objeción de la justicia interamericana.

Fujimori, de 85 años y quien padece varias enfermedades, abandonó el penal Barbadillo, en el este de Lima, a las 18H29 locales (23H29 GMT) en un camioneta gris, según periodistas de la AFP. El exmandatario llevaba chaleco negro y una mascarilla blanca.

Más temprano, la Corte Interamericana de Derechos Humanos había pedido a Perú que se abstuviera de liberar al expresidente hasta revisar si la orden del Tribunal Constitucional del país andino cumple con sentencias previas de la justicia continental.

Se pide a Perú que «se abstenga de ejecutar la orden del Tribunal Constitucional del Perú de 4 de diciembre de 2023, en donde se ordenó la ‘inmediata libertad’ de Alberto Fujimori Fujimori, hasta tanto la Corte Interamericana de Derechos Humanos cuente con todos los elementos necesarios para analizar si dicha decisión cumple con las condiciones» de sus sentencias previas, dice una resolución publicada en su sitio web.

La resolución del tribunal interamericano, con sede en San José, fue firmada el martes 5 de diciembre por el presidente, Ricardo Pérez Manrique.

El expresidente Fujimori gobernó Perú con mano de hierro, derrotó a la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso y está preso por crímenes de lesa humanidad, antes de que el máximo tribunal del país ordenara su liberación «inmediata», a sus 85 años.

La decisión del Tribunal Constitucional peruano es inapelable y restituye el indulto que le habían otorgado a Fujimori en 2017 por razones humanitarias, y que luego fue revocado por la Corte Suprema en 2019.

El expresidente de ancestros japoneses cumple desde 2009 una condena por «crímenes contra la humanidad» en el penal Barbadillo, una pequeña cárcel para expresidentes al este de Lima, por la muerte de 25 personas en dos matanzas perpetradas en 1991-1992 por un escuadrón del ejército.

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