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¿Quién era Raisi, el recién fallecido presidente de Irán?

Hoy lunes se confirmó la muerte de Ebrahim Raisi, el presidente iraní considerado como un defensor de la "ley y el orden", pero al que sus adversarios llegaron a conocer años atrás como "el carnicero de Teherán"

Irán
AFP
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Ataviado siempre con un turbante y un largo abrigo negro religioso, el difunto presidente Ebrahim Raisi, fallecido en un accidente de helicóptero, dirigía Irán desde 2021 en un contexto tenso en el plano internacional y de protestas dentro del país.

Raisi, un ayatolá de 63 años, era considerado un ultraconservador y un firme defensor de la ley y el orden. Eso, desde la perspectiva oficial y de la descripción que sobre él hace la agencia AFP. Desde otra aproximación, hay que recordar que a Raisi se le llegó a conocer como «el carnicero de Teherán», por su participación en una serie de asesinatos sistemáticos ocurridos a finales de la década de los años 80, cuyas víctimas se estiman entre 2.800 a 30 mil personas, en su mayoría disidentes políticos.

En 1985, el hoy fallecido presidente, fue nombrado vicefiscal de Teherán. Estando en esa posición, entraría a formar parte de los tribunales secretos que se constituyeron en 1988 para juzgar a prisioneros políticos. Era, de hecho, uno de los cuatro jueces que ordenaron la muerte de miles de iraníes.

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El lunes, tras largas e intensas búsquedas, los socorristas anunciaron haber encontrado el cadáver de Raisi y el de las otras personas que viajaban con él en el helicóptero que se accidentó el domingo.

Raisi fue elegido el 18 de junio de 2021 en primera vuelta en unos comicios marcados por una abstención récord para unas presidenciales, y en ausencia de ningún rival de peso.

Sucedió al moderado Hasan Rohani, que lo había derrotado en las presidenciales de 2017 y que, tras dos mandatos consecutivos, no pudo volver a presentarse.

Raisi había salido reforzado de las legislativas celebradas el pasado marzo, que fueron las primeras elecciones a nivel nacional desde el estallido del movimiento de protesta que sacudió Irán a finales de 2022 a raíz del deceso de Mahsa Amini, una joven que fue asesinada por no respetar el código de indumentaria que rige en la República Islámica.

Tras esos comicios, el presidente iraní se mostró satisfecho por el «nuevo fracaso histórico infligido a los enemigos de Irán tras los disturbios» de 2022.

Tras su deceso, la constitución iraní prevé que el primer vicepresidente, Mohammad Mokhber, lo remplace hasta la organización de una nueva elección en un plazo máximo de 50 días. El gobierno de Irán aseguró el lunes que la muerte de Raisi no provocará «la mínima perturbación en la administración» del país.

Firme adversario de Israel

En los últimos meses, Raisi se había mostrado como un firme adversario de Israel apoyando a Hamás desde el 7 de octubre, cuando ocurrió el ataque terrorista de Hamás en territorio israelí.

Irán lanzó un ataque inédito el 13 de abril contra Israel, con 350 drones y misiles, la mayor parte de los cuales fueron interceptados por los sistemas de defensa de Israel, con la ayuda de Estados Unidos y de otros países aliados.

Raisi figuraba en la lista negra estadounidense de dirigentes iraníes sancionados por «complicidad» en «graves violaciones de los derechos humanos», unas acusaciones que las autoridades de Teherán rechazan. En 2019, durante la administración de Donald Trump, Estados Unidos impuso sanciones en contra de Raisi -quien entonces era fiscal general- por la ejecución de menores de edad y por su responsabilidad en la represión contra las protestas ocurridas en 2009.

Nacido en noviembre de 1960 en la ciudad santa de Mashad, en el noreste, Raisi fue nombrado fiscal general de Karaj, cerca de Teherán, con tan solo 20 años, tras la victoria de la Revolución Islámica de 1979.

Formó parte del engranaje judicial durante más de tres décadas: fiscal general de Teherán de 1989 a 1994, jefe adjunto de la Autoridad Judicial de 2004 a 2014, año en el que fue designado fiscal general del país.

En 2016, el guía supremo Ali Jamenei lo puso al frente de la poderosa fundación benéfica Astan Quds Razavi, que gestiona el santuario del Imán Reza en Mashad además de un enorme patrimonio industrial e inmobiliario.

Raisi, hombre poco carismático de barba canosa, gafas finas y siempre ataviado con un turbante negro de «seyyed» (descendiente de Mahoma), cursó las clases de religión y de jurisprudencia islámica del ayatolá Jamenei. Su llegada a la presidencia en 2021 representó el arribo al poder del sector más ultraconservador de Irán.

Casado con Jamileh Alamolhoda, profesora de Ciencias de la Educación en la Universidad Shahid-Beheshti de Teherán, con quien tuvo dos hijas -ambas con títulos de educación superior-, Raisi era yerno de Ahmad Alamolhoda, imán de la oración y representante provincial del guía supremo en Mashad, segunda ciudad del país.

Los solidarios

Varios dirigentes enviaron mensajes de condolencias, como el presidente ruso, Vladimir Putin, quien rindió homenajea un «político notable» y «verdadero amigo de Rusia», y el presidente sirio, Bashar al Asad, proclamó su «solidaridad» con Teherán, que le apoya en la guerra civil en su país.

Venezuela expresó su «profunda consternación» la muerte de Raisi, un aliado clave del gobierno de Nicolás Maduro.

El presidente chino, Xi Jinping, calificó su muerte de «gran pérdida para el pueblo iraní».

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas guardó este lunes un minuto de silencio y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, decretó un día de duelo nacional en su país.

El Departamento de Estado en Washington envió un mensaje de condolencias a Irán, pese a la enemistad entre ambos países y a que Raisi estaba en la lista negra de sancionados por Estados Unidos.

El portavoz de la Casa Blanca, John Kirbi, afirmó por su parte que Raisi «era un hombre con las manos manchadas de sangre» y que había sido responsable de abusos «atroces» a los derechos humanos en Irán.

Con información de AFP, CNN y National Geographic España

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