Opinión

Yo aquí, de metiche

Nuevamente un contenido en redes sociales de Norkys Batista dispara una discusión, a la que se añade el aporte sorpresa de un inesperado espontáneo. A partir de ahí, Carolina Jaimes Branger va de "metiche" en asuntos de aprendizaje sexual y otras consideraciones

vibrador
Publicidad

Recientemente las redes explotaron con un video de Norkys Batista promocionando un vibrador acompañada de su hijo menor de edad. Nunca he sido pacata, pero me pareció que hacerle publicidad a un vibrador con un menor de edad al lado es, por decir lo menos, de muy mal gusto. “¿Qué opinas, Sebastián?” le preguntó a su hijo. Sebastián tomó el vibrador, lo encendió, lo movió… esa fue su opinión. ¿Qué más iba a opinar (digo yo)?

Yo soy partidaria de hablar de sexo con los hijos. Pero todo tiene su edad y todo tiene su límite. Dicen los sicólogos que cuando un niño hace una pregunta, es porque está listo para recibir la respuesta. Pero la respuesta debe ir acorde con su edad… Recuerdo que una vez venía a Caracas por la Autopista Regional del Centro desde Maracay, donde viví por 21 años. Mi hija Sofía tenía tres años y medio y venía sentada en el asiento de atrás, en su silla. En la radio hablaban del caso Clinton-Lewinsky. Las palabras “sexo oral” las repitieron varias veces. “¿Qué es sexo oral?”, me preguntó Sofi. Recordé a una amiga del colegio, que decía que sus hijas siempre le hacían las preguntas más difíciles de responder justo cuando iba manejando. Pensé rápido y le dije: “Sexo es si eres hombre o mujer… y oral es lo que se hace con la boca, como hablar, por ejemplo”. Ella quedó satisfecha con la respuesta, porque no preguntó nada más.

Siempre les di a mis hijas la confianza y la amplitud de criterio de preguntar todo y de hablar de todo. Pero honestamente, explicarle qué es sexo oral a una niñita de tres años y medio me pareció que era un exabrupto.

Tres días después del video de Norkys, como si no hubiera sido suficiente, me sorprendió un tuit de Ricardo Ríos:

“Mi hijo mayor, a los 7 años, creo, tomó un condón de mi gaveta de noche, lo abrió y me preguntó “¿qué es esto?”. Yo me provoqué una erección y le mostré cómo se ponía mientras lo asociaba con salud sexual y reproductiva. Me dejó, ah, y se fue y allí quedé derrochando una erección”.

¿Será que me estoy poniendo muy vieja? ¡A mí esa historia me pareció de terror! No sé si fue una ironía, aunque asumo que así fue… Pero hasta para ironizar hay que tener cierto tacto. La imagen se me hizo horrenda. El tuit de Ricardo, a quien considero un hombre centrado e inteligente, me pareció y cada vez me parece más repugnante. El sexo es maravilloso, pero es una actividad privada. Y aunque él no haya hecho eso frente a su pequeño hijo y fue, de hecho, una respuesta cínica, como le preguntó la periodista Ingrid Bravo Balabú, no quiero que me lo digan de esa manera. Ya la vida se nos ha vuelto lo suficientemente grotesca para encontrar imágenes grotescas gratuitamente en un tuit.

Hay colegios donde les enseñan a los pre púberes y adolescentes (no niños de 7 años) a usar los condones con palos de escobas y me parece genial. Porque en la etapa del despertar sexual uno busca información en todas partes. Pero es teoría, no práctica. Ya llegará el momento de la práctica. Y estoy de acuerdo en que hay que hablarles a los hijos de métodos de contracepción, porque cada vez más hay niñas embarazadas (sí, niñas, aquí hay casos de algunas de 10 y 11 años en estado, porque en el trópico la edad de la menarquia es menor que en otras latitudes).

Si lo que dijo Ricardo no fue una ironía, que repito, espero y creo que sí lo fue, entonces según ese razonamiento para que los hijos aprendan a hacer el amor sería necesario que sus padres tengan sexo frente a ellos. Todos hemos aprendido de nuestra cuenta. Para unos la experiencia fue gratificante, para otros, no tanto. Pero si no hubiera sido así, el mundo se hubiera acabado hace miles de años. Nuestra naturaleza es intuitiva, y en la época en que las hormonas están alborotadas, solo hace falta tener una pareja. Y a veces ni siquiera eso. La masturbación es una opción magnífica.

Yo aquí, opinando, de metiche…

Publicidad
Publicidad