Opinión

Todo sería más sencillo

Eduardo Porcarelli sostiene que "todo sería mas sencillo si algunas personas que hacen vida en el país y que tienen el poder en sus respectivas esferas de propiciar cambios positivos para la sociedad no se prestaran al juego perverso y maléfico de pensar en si mismos, en sus beneficios y no en el de la sociedad"

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todo sería más sencillo eduardo porcarelli
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La filosofa inglesa Janet Radcliffe Richards explica la diferencia y confusión entre explicaciones desacreditadoras y no desacreditadoras. Las explicaciones desacreditadoras sustituyen una explicación por otra. Las explicaciones no desacreditadoras pueden dejar intactas otras explicaciones de un suceso, de una problemática. Cuando tratamos de reducir el análisis de un problema a su mínima expresión, a lo más sencillo, no necesariamente estamos desacreditando. Radcliffe señala que hay explicaciones reduccionistas que no tienen porque ser desacreditadoras, más bien obligan a reducir el problema para poder comprenderlo mejor.

Tengo la impresión de que a veces en los debates para explicar lo que sucede en Venezuela hay cierta dinámica de explicaciones desacreditadoras, a veces por manipulación, otras veces por una dinámica de abrillantamiento de egos, de ser el dueño de la verdad única e indiscutible.

La situación que vive Venezuela a veces es compleja explicarla, sobre todo al que pregunta y nunca ha vivido en el país. Algunos analistas hacen sesudos estudios de lo que acontece en Venezuela. Otros se van por el camino sencillo. Unos dicen la corrupción. Otros responden el conformismo. Unos agregan la ignorancia. Otros explican la maldad humana. Otros al mejor estilo del monje medieval inglés, Guillermo de Ockham, que desarrolló el principio de la Parsimonia o Navaja de Occam, favorecen su postulado: la mejor hipótesis es la que explique en forma más sencilla las observaciones o que al menos sea compatibles con ellas.

Yo le aplico al caso venezolano la navaja de Ockham. 1. No es normal lo que vive el país. 2. La maldad humana es la causante.

Rudiger Safranski en el prólogo de su libro sobre El Mal o El Drama de la Libertad nos dice:

No hace falta recurrir al diablo para entender el mal. El mal pertenece al drama de la libertad humana. Es el precio de la Libertad…La con­ciencia hace que el hombre se precipite en el tiempo: en un pa­sado opresivo; en un presente huidizo; en un futuro que puede convertirse en bastidor amenazante y capaz de despertar la preocupación. Todo sería más sencillo si la conciencia fuera simple­mente ser consciente.

Si, todo seria mas sencillo si la conciencia fuera simplemente ser consciente. Ser consciente que el país por el derrotero por el que navega no va a llegar a puerto seguro, sino a una fosa más profunda.

Venezuela todo los años cae en más posiciones en los índices sobre medición mundial sobre cualquier tema que uno escoja. Lo cotidiano, lo normal, lo que se da por descontado en cualquier país del mundo, en Venezuela, con todo y sus riquezas ya muy mermadas por cierto, no ocurre.

¿Qué es lo normal? Percibir un sueldo que permita cubrir las necesidades básicas. Conseguir un empleo digno. Tener derecho a un sistema de salud y educativo que funcione. Caminar por una calle sin el temor de ser asaltado o peor aún, asesinado. No vivir todo el día esperando cuando llegará el agua, la electricidad, el internet, la caja de comida, la gasolina o la cristalización de la esperanza de un mínimo y decoroso futuro, y encima avergonzarse un poco, cuando cae un mendrugo al cual como ciudadano del siglo XXI, y no de la Edad Media, se tiene derecho.

Todo sería mas sencillo si algunas personas que hacen vida en el país y que tienen el poder en sus respectivas esferas de propiciar cambios positivos para la sociedad no se prestaran al juego perverso y maléfico de pensar en si mismos, en sus beneficios y no en el de la sociedad.

En estos últimos años la pobreza se ha hecho un lugar común en Venezuela. Mas del 87% de la población es pobre. Me duele creer que ese sea el destino de los venezolanos y de las generaciones futuras. Por eso creo que la maldad es la mejor y la más reducida explicación de todo lo que pasa en el país.

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