Opinión

Betancourt-Prieto: una diatriba política del siglo XX

Dos líderes históricos venezolanos iniciaron su vida política con la fundación del Partido Democrático Nacional (1937) y Acción Democrática (1941). La crisis surgida en AD por la candidatura presidencial de 1968 entre Gonzalo Barrios y Luis Beltrán Prieto Figueroa, generó un encarnizado enfrentamiento de este último con el ex presidente y líder fundamental de la tolda blanca, Rómulo Betancourt

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El 19 de octubre de 1945 se constituyó la Junta Revolucionaria de Gobierno, tras el derrocamiento de Isaías Medina Angarita. La presidió Rómulo Betancourt y la integraron los civiles Raúl Leoni, Gonzalo Barrios, Luis Beltrán Prieto Figueroa y Edmundo Fernández, junto con los militares mayor Carlos Delgado Chalbaud y capitán Mario Ricardo Vargas.

La propuesta educativa de la Junta, basada –según Betancourt– en las tesis de sociólogo alemán Karl Mannheim, postulaba que la sociedad puede ser planificada en forma de una jerarquía lo mismo que en forma de democracia, y que el antiguo ideal de libertad solo puede alcanzarse mediante la técnica de planificar la libertad. La escuela se orientó, desde sus escalones inferiores hasta el superior, atendiendo al concepto “democrático, activo, agresivo y militante”.

El Estado docente: 1945-1948

El criterio que guió la política educacional de la Junta fue expresado por Luis Beltrán Prieto Figueroa. Este aseveraba que “la escuela de los pueblos democráticos” no puede ser neutral ante la doctrina democrática misma, ni frente a los postulados de organización del Estado democrático que forma su esencia, le dan validez y dentro los cuales se desenvuelve. Si la escuela educa para la libertad, ha de enseñar a los niños a ser libres, a practicar la democracia.

El concepto de Estado docente se expresó en la Constitución de 1947 y en la Exposición de Motivos del Proyecto de Ley Orgánica de Educación Nacional, que Prieto Figueroa presentó ante el Congreso de la República en 1948. Presentaba como objetivo principal formar al hombre en la plenitud de sus atributos físicos y morales, ubicado perfectamente en su medio y en su tiempo y siendo un factor positivo del trabajo de la comunidad, como meta de un sistema educativo moderno.

Todo Estado responsable y con autoridad real debía asumir como función la orientación general de la educación. Esta expresa su doctrina política y, en consecuencia, moldea la conciencia de los ciudadanos. El concepto de Estado docente no se reducía simplemente al accionar estatal. Regulaba también los actos de los particulares, si bien definía el proceso educativo como una función eminentemente pública.

Anticlericalismo

Betancourt reconocería años más tarde que la propuesta educativa de Prieto era conflictiva, pues el nombramiento de este como ministro de Educación de la Junta fue objetado, incluso, por militantes de AD. Ello, porque se consideraba un reto lanzado a la Iglesia Católica. Prieto, admitiendo esa inconveniencia, propuso ser sustituido por Humberto García Arocha. Así sucedió, dándose como excusa el interés de Prieto en centrarse en la dirección política del Estado, como secretario general de la Junta.

Betancourt había expresado, con relación al cargo de ministro de Educación, posteriormente ejercido por Prieto, que quien “estaba ubicado en la posición justa eras tú, por tu sólida formación pedagógica y tu larga trayectoria de educador”.

Para la época se originó un movimiento anticlerical considerado como una derivación socialdemócrata, particularmente representado por algunos dirigentes de AD que alzaban voces en todo el país contra la institución eclesiástica. Esta reaccionó pidiendo cautela frente al positivismo y el comunismo, exaltando los principios religiosos como forma de preservar el legado del cristianismo.

El decreto 321

Prieto defendió decididamente el decreto 321, promulgado por el Ministerio de Educación Nacional en mayo de 1946. Este descartaba evaluaciones de las pruebas de julio o finales para alumnos con un promedio de 15 o más puntos, por decisión del maestro o del consejo de profesores. Según los expertos en materia educativa, la educación privada quedaba en segunda categoría, debido a ese decreto. La jerarquía católica y las escuelas dirigidas por religiosos lo tildaron como expresión de anticlericalismo.

Tiempo después, el decreto sería considerado por Betancourt como una “provocación política y un adefesio pedagógico”. Fue visto como un obstáculo expuesto por el sector militar de la Junta, particularmente por Mario Vargas y Delgado Chalbaud, cuando se produjo un cambio del Gabinete ejecutivo y se planteó la designación de Prieto Figueroa para el cargo ministro de Educación, por considerarlo un representante de la tendencia anticlerical.

Divisiones en AD

Iniciado el período de la democracia representativa, a partir de 1958, con la segunda presidencia de Betancourt (1959-1964), en Acción Democrática se produjeron dos divisiones. Estas dieron origen al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (1960) y Acción Democrática Oposición, mejor conocido como Grupo ARS (1962).

Se habían manifestado en AD, desde el gobierno de Rómulo Gallegos, facciones en contra de la “vieja guardia” o liderazgo histórico y “octubrista”, que personificaba Rómulo Betancourt. El golpe de Estado de 1948 congeló la pugna, que resurge en 1958 tras el clima de concordia partidista animado por los sucesos del 23 de enero. Esta tendencia se agrupa en torno a la figura de Raúl Ramos Giménez, quien ocupaba un puesto en la Dirección Nacional de AD. Igualmente, se vio fortalecida por el conflicto con la fracción marxista del partido, encabezada por Domingo Alberto Rangel, que se separa de la organización.

Se consideró a Ramos Jiménez como líder de la unidad interna, logrando la facción por él representada la mayoría de puestos principales en la Dirección Nacional de AD (1962). Este sector se mostró abiertamente contrario a la política de coalición con la presencia de Copei en el gobierno de Betancourt, lo cual llevó a la división. Electoralmente, esta disidencia fue conocida como AD- Oposición.

La candidatura presidencial de 1968

Para el proceso electoral de 1968, la disputa por la candidatura presidencial de AD se dio entre dos líderes octubristas de 1945, que habían sido integrantes de la Junta Revolucionaria Cívico-Militar. Gonzalo Barrios representaba la corriente betancourista, siendo su contendiente Prieto Figueroa. Además, de manera tangencial, se asomaron las candidaturas de Luis Augusto Dubuc, Carlos Andrés Pérez, Eligio Anzola, Reinaldo Leandro Mora y Leopoldo Sucre Figarella.

Prieto ratificaba los principios germinales del Partido Democrático Nacional (PDN) y de AD. Se incliba hacia la izquierda, con mucha influencia en el sector sindical, particularmente en el movimiento gremial de la docencia –maestros y profesores–. Afirmaba Prieto que AD surge a la vida política con un nombre, el de PDN, un partido con un programa y tesis socialistas en el que estaban enrolados los líderes principales, incluido él mismo.

Posición de Prieto Figueroa

Prieto, quien ocupaba la Presidencia de AD, consideraba que era su turno de ser candidato. Incluso, alegaba su calidad de fundador y el hecho de contar con el apoyo mayoritario del partido. Manifestó que a AD le quedaban dos caminos: perder las elecciones con un candidato que no levanta confianza ni fe, porque no había estado nunca cerca de sus masas y de la devoción popular –en alusión a Gonzalo Barrios– o ganarlas con un candidato capaz de aglutinar al electorado alrededor del partido, refiriéndose a sí mismo.

Consideraba que su candidatura era “un río incontenible”. Reprochaba a Betancourt hacerse eco  de “… los que se llaman tus amigos” y  lo habían persuadido de que su candidatura estaba auspiciada y aupada por sus enemigos personales: “¿Piensas, honrada y lealmente, que a mi lado puede crecer y desarrollarse alguna forma de enemistad, de inquina contra ti?”.

Posición de Rómulo Betancourt

El riesgo de que la candidatura y una eventual presidencia de Prieto Figueroa pudiera haber revertido el proceso de consolidación y estabilidad del sistema democrático representativo, hizo que Betancourt propiciaría la división de AD.

Rómulo Betancourt. Archivo
Rómulo Betancourt. Archivo

Rechazaba el apoyo a la candidatura de Prieto de “la maquinaria fraccionalista” o “neoarista” –refiriéndose al Grupo ARS– y de Jesús Ángel Paz Galarraga secretario general de AD. Advertía, desde 1964, sobre el peligro que significaba para el país y para AD la existencia evidente de la corriente fraccional montada por Paz Galarraga. Tras la salida del partido de quienes habían formado el Grupo ARS, calificaba a Paz como “el arsista que no dio el paso al frente con Ramos Giménez y su gente”.

Betancourt le recordaba a Prieto su personalidad anticlerical: “Te has jactado…de una especie de enemistad personal con Dios y con la Iglesia Católica”. En consecuencia, le advertía “lo negativo” de la injerencia del clero en la política. Por eso, en las elecciones de 1958 y 1963, la Iglesia se mantuvo al margen de la disputa partidaria.

El interés nacional

Denunció Betancourt la “verborragia guerrillera” de los militantes que apoyaban a Prieto, demostrándose públicamente su “filiación douglasbravista” (en alusión a Douglas Bravo, líder izquierdista que persistía en la lucha armada) al manifestar Prieto que “Castro (Fidel) no es nuestro enemigo, sino el imperialismo yanqui”. Consideraba Betancourt que tal posición le hacía un daño inmenso al país, al gobierno de Raúl Leoni, al partido y a sí mismo. Nada ayuda para superar la dependencia petrolera los “estribillos” de tan típica filiación comunista y seguir cumpliendo el deber, nunca eludido por los gobiernos de AD, de la defensa de los intereses nacionales en las relaciones políticas y comerciales con los Estados Unidos.

No se podía obviar el carácter asustadizo de la clase empresarial, previendo Betancourt que esta reaccionara desinvirtiendo y sacando el dinero del país, o incluso estimulando conspiraciones.

Reconoció que el partido estaba dividido y dándole al país un “feo ejemplo” de anarquía interna. Con dos candidatos, AD perdería las elecciones y ambos grupos, por “el carnaval de injurias” que escenificaban, quedarían estigmatizados por el descrédito.

Nueva división de AD

Sendas solicitudes fueron remitidas al Consejo Supremo Electoral (CSE) por ambas tendencias, encabezadas por Prieto Figueroa y Gonzalo Barrios. Cada cual reclamaba para sí la denominación y los símbolos de Acción Democrática. El fallo fue favorable al bando Barrios-Betancourt, lo que marcó la ruptura y el surgimiento del nuevo partido: el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), durante la Convención Nacional celebrada en diciembre de 1967. Fueron expulsados de AD Prieto Figueroa y Paz Galarraga, en ese momento presidente y secretario general del partido, respectivamente.

Prieto llevaría la situación del proceso interno de escogencia del candidato presidencial de AD a la Corte Suprema de Justicia. Alegaba que habían sido violados violado los estatutos del partido y adoptado decisiones contrarias a los intereses de la organización, contraviniendo la voluntad de la mayoría. La CSJ se abstuvo de emitir opinión, al considerar que fue una decisión interna del partido.

Nacimiento del MEP

Prieto argumentó que Betancourt le impidió ser presidente en 1968 porque quería tener una persona a través de la cual pudiera seguir mandando, cosa que no iba a lograr con él. Paz Galarraga enfatizó en que el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) nacía con una serie de características propias. Una de ellas, el gesto de la protesta contra “el golpe de Estado” que dio Betancourt contra Prieto. Estuvo también presente el oportunismo o negación de la ideología. Muchos creyeron que Prieto lograría ser elegido presidente de la República en ese proceso electoral.

Se señalaba que el MEP era solo el resultado del fraccionalismo suscitado por la lucha preelectoral de 1968, al no ser designado Prieto Figueroa candidato presidencial con la venia de Betancourt. Se calificaba a Prieto de socialista, nacionalista, antiimperialista y radical, rasgos que lo acercaban al Partido Comunista, mientras que AD y Betancourt eran declaradamente anticomunistas.

Ideología de la nueva organización

Se señaló que la propuesta doctrinaria de socialismo democrático –Paz Galarraga– o de humanismo socialista –Prieto Figueroa– tenía un fuerte componente marxista. La convocatoria del MEP se concentraba en tres sectores: laboral, magisterial y juvenil. Prieto proclamaba el “humanismo democrático”, dentro del marco de las concepciones del “socialismo democrático”, que tendía a poner los bienes de la cultura al servicio de la sociedad. Asimismo, defendía la tesis de que ese ideal no puede llevarse a la práctica sino mediante una política democrática, en un Estado democrático, con una economía regida por normas que se pongan al servicio de los intereses colectivos.

Paz Galarraga aseveraba que el MEP, por el solo hecho de definirse como partido socialista, se situaba en contra del sistema capitalista. Afirmaba que los partidos socialdemócratas lo que hacían era procurar reformar el capitalismo, pero no radicalmente. Postulaban que, en la historia mundial, la contradicción fundamental es entre capitalismo y socialismo. La solución de los problemas de la sociedad, del desempleo, de la independencia cultural y tecnológica, no puede hallarse dentro del sistema capitalista. El socialismo es un concepto de carácter universal, pero cada país tiene sus características particulares, en vista de lo cual no hay un modelo único. A partir de esa idea de socialismo, se edificaría en Venezuela un régimen distinto, esencialmente anticapitalista.

El MEP y las elecciones de 1968

En los comicios celebrados en diciembre de 1968, la candidatura de Luis Beltrán Prieto logró 719.461 votos, lo que representaba 19,34 % del universo electoral, situándose en cuarto lugar. En aquella ocasión, tuvo el apoyo adicional del Partido Revolucionario de Integración Nacionalista (PRIN), formado por ex militantes del MIR, ARS, FDP, URD y algunas figuras independientes; de Opina y de Unión Para Avanzar (UPA), esta última integrada por disidentes de la lucha armada pertenecientes al Partido Comunista, proscrito para ese momento.

Fuentes:

Betancourt, Rómulo. Venezuela Política y Petróleo. Editorial Seix-Barral. Primera Edición 1978.
ÍMBER, Sofía; RANGEL, Carlos; Entrevistado: Prieto Figueroa, Luis Beltrán, candidato presidencial del Movimiento Electoral del Pueblo (MEP); Programa: Buenos días Canal: Venevisión. Fecha: 21-07-77. Centro de Investigación de la Comunicación Sala Virtual de Investigación Sofía Ímber y Carlos Rangel. UCAB.
PRIETO FIGUEROA, Luis Beltrán. CARTA A ROMULO BETANCOURT. Caracas. 26-07-1967.
BETANCOURT Rómulo. CARTA A LUIS BELTRAN PRIETO FIGUEROA. Berna 06-11-1967.
HIPPOLYTE ORTEGA. Nelson. Entrevista/ Luis Beltrán Prieto Figueroa. El Nacional. 13-03-198.
PEÑA, Alfredo. Entrevista/Paz Galarraga. 25-05-1981. Referencia. Danny Leguizamo. Paz Galarraga: Los gobiernos socialistas cometen desviaciones totalitarias en el ejercicio del poder. Kon Zapata. 09 de marzo de 2015, 09:34h

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