Opinión

Cómo vivir el duelo de ver a los padres envejecer

Son humanos, es la primera de las noticias que nos llega de golpe cuando vamos creciendo y descubrimos que nuestros padres no son esos seres casi míticos que nos han acompañado desde que nacemos y que como tales envejecen, nadie nos prepara para ello, verlos envejecer es un duelo y hay que aprender a vivirlo

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Mamá, papá, son las primeras palabras que decimos cuando comenzamos a hablar, no por casualidad sino como consecuencia directa de la relación con nuestro entorno inmediato. Son ellos con quienes construimos a lo largo de nuestras vida unas relación inevitable, parecen inmortales o al menos así lo creemos por un buen tiempo, la mala noticia es cuando nos damos cuenta que no lo son, que su tiempo es finito, nos enteramos que son humanos, que envejecen y ahí puede comenzar nuestro duelo.

La palabra duelo solemos asociarla a la muerte pero resulta que cada vez que hay un cambio significativo de etapa de vida, vivimos un duelo. La psicóloga venezolana Alejandra López, especialista en Tanatología y Terapia Gestalt, explica que el envejecimiento de nuestros padres no es un duelo, son varios duelos al mismo tiempo.

“Nosotros estamos en duelo al ver a nuestros padres cambiar y ellos están en duelo al perder algunas de sus capacidades y el mundo social en el que crecieron y se desarrollaron. Uno de los duelos que va a estar más presente es el duelo de las pérdidas naturales que nos va a traer el paso del tiempo en lo físico, en lo emocional y lo cognitivo, los cambios que inevitablemente vamos a ver en nosotros y en los que nos rodean”, dijo la especialista.

A esto se suma que la sociedad actual se ha obsesionado últimamente con la juventud eterna y ha hecho que la aceptación de estos cambios, que deberíamos abrazar con nostalgia pero con naturalidad, se hagan más difíciles de procesar y aceptar, generando una presión emocional incluso más fuerte en quienes los niegan o los demonizan .

Las etapas del duelo

El duelo de ver a nuestros padres envejecer, tiene las mismas etapas que cualquier duelo. Primero la negación, luego la rabia, la negociación, la tristeza que nos lleva a la aceptación y a poder elaborar el duelo.

“Debemos también ser pacientes con nuestros padres porque van a pasar por momentos emocionales complicados, en los que posiblemente no sepan regular estas emociones y las viertan sobre otras personas. Por eso es importante que busquemos apoyo en profesionales, para ayudarlos a superar estas etapas de la mejor manera posible”, dice la especialista quien lleva la cuenta en Instagram @alejandra_terapiagestalt.

Los padres son las primeras figuras que idealizamos en nuestro imaginario, podríamos decir que son nuestros primeros super héroes, que envejezcan nos contacta con la realidad de que son tan humanos como todos los demás . Sumado a esto no solo hemos pasado desde nuestro nacimiento con ellos a nuestro lado, sino que han sido figuras muy importantes en nuestro desarrollo emocional y nuestra relación con el mundo.

Verlos perder algunas de sus capacidades nos genera mucho miedo e incertidumbre, lo que lleva en algunos casos a una sobreprotección excesiva de los padres o en otros casos a la negación, de que este padre o madre con quienes se han pasado la vida ya no tiene la capacidad de respuesta que tenían antes .

Cómo transitar esta etapa

La especialista en tanatología detalla que lo primero que podemos hacer para hacer más fácil esta etapa vital para nuestros padres, es poder distinguir nuestros propios miedos ante la pérdida de sus capacidades y las condiciones reales en que se encuentran.

Foto Jimmy Chan / Pexels

“A veces estamos tan asustados de perder a nuestros padres que los queremos sobreproteger tanto que los colocamos en una situación de incapacidad más extrema que la que realmente tienen, lo que genera mucha frustración en ellos y trae muchos conflictos. Es cierto que con la edad vamos a perder algunas de nuestras capacidades, pero cada persona vive la vejez de manera muy distinta y a lo mejor mi padre está perdiendo la visión pero su movilidad física se conserva bastante bien, pues entonces no lo puedo tratar como si hubiera perdido su capacidad de movilidad también”, comentó.

Lo que necesitamos es apoyarlo para compensar las capacidades que han perdido con las que todavía conservan.

Por otra lado la psicóloga Alejandra López indica que no se debe desvalorizar la manera de hacer las cosas aunque sean más anticuadas o más lentas. “No lo obligues a cambiar la forma en que han aprendido a hacer las cosas aunque en esta época se puedan hacer mas rápido, esa es la forma en que ellos aprendieron y si quieren continuar haciéndolo de esa manera debemos respetarlos”.

“Hace años que gracias a todos los adelantos de la medicina y la ciencia en general, los seres humanos vivimos mas años y mejor, por lo que la etapa de la vejez ya no es vista como una etapa en la que la productividad se acaba. Existen muchos ancianos que comienzan proyectos nuevos en esas edades, así que si nuestros padres se animan a comenzar algo, no desvalorizarlo o ridiculizarlos”, recomienda la especialista en terapia gestalt.

Existe un dicho que expresa: “Los adultos mayores son como niños” pero la realidad es que no son como niños, son adultos, que han pasado gran parte de su vida tomando sus propias decisiones y sus propios riesgos. Son quienes nos han criado y cuando basándonos en la perdida de algunas de sus capacidades, los tratamos como niños y no respetamos sus propias decisiones, aunque sea por nuestro deseo de protegerlos, estamos quitándoles parte de su dignidad como personas adultas.

Vivir el duelo, también es sano

A pesar de lo que dice esta nueva tendencia social de la “felicidad tóxica” como la llama Rafael Pardo, en que el mandato social es que lo sano es estar felices todo el tiempo y en el que tiene emociones consideradas “negativas” es apartado o marginado y visto como “no sano”, la realidad es que la única forma de elaborar un duelo de manera sana es transitándolo y eso implica vivir sus etapas en el tiempo que nuestro mundo emocional lo necesite.

Foto Marllon Yan Krukov / Pexels

“Cuando tomamos conciencia que las personas que han sido nuestros cuidadores y protectores están viviendo cambios significativos en sus capacidades, tenemos que vivir esa tristeza y esa rabia, tenemos que buscar apoyo y compartirla con nuestros seres queridos, vivirla y procesarla hasta que seamos capaces de aceptarla y desarrollar los recursos emocionales que todos los seres humanos tenemos para enfrentar estos cambios vitales que se nos presentan”, dijo la psicóloga Alejandra López.

“Hay una frase que dice mi profesora Gaby Perez Islas que me gusta mucho que dice: tenemos que vivir la vida despedidos porque sabemos que nos vamos a ir. Entonces vamos a llenar todos los momentos posibles de amor y de alegría, vamos a decir lo que sentimos y agradecer lo que necesitamos agradecer, a perdonar y a pedir perdón si es lo que necesitamos en este momento, que saber que la vida tiene un tiempo de caducidad, no nos llene d miedo a vivir sino que nos de fuerza para vivir intensamente”, agregó .

López nos invita a ser compasivos con nosotros mismos, a entender que somos seres humanos y que por más que queramos resolverlo todo y controlarlo todo , vamos a hacer lo mejor que podamos con los recursos que tengamos.

Hay muchos hijos que se machacan a sí mismos porque quisieran proteger a sus padres de realidades de las que no es posible o para las que ellos no tienen recursos para lograrlo, tenemos que perdonarnos a nosotros mismos por no ser superhéroes y entender que lo importante es que hicimos lo que pudimos, con los recursos que teníamos y eso ya es suficiente.

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