Opinión

La zona de confort como destino para el reencuentro

Entiendo en cierta medida que los gurús del bienestar buscan crear conciencia en los «peligros» que supone estancarse en algún punto de la vida pero ¿no es justamente la zona de confort lo que buscamos lograr a través del trabajo y el esfuerzo?

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Mucho se habla en estos últimos años de la importancia de salir de la zona de confort para crecer. Cientos de libros de autoayuda aseguran que la incomodidad nos hará exigirnos y permitirá que logremos un progreso en nuestras vidas. Es un concepto -la zona de confort- que se ha usado tanto, hasta desgastarlo y hoy es casi despreciable.

Hace poco se dio una de las mejores noticias de lo últimos tiempos en la Liga FUTVE, que fue el fichaje de Juanpi Añor con el Caracas. Antes de tomar la decisión de ir a Venezuela, conversamos en varias ocasiones lo que suponía el volver al país y todos los pros y contras que una decisión como esta podrían tener sobre su carrera.

Aunque con muchas diferencias, habían ciertos parecidos en la situación en la que él se encontraba con la mía en 2017, cuando decidí volver al Caracas. El principal argumento que utilicé para convencerme en su momento y convencerlo a él ahora, es precisamente la zona de confort. El estar en un lugar conocido, con la gente que queremos cerca, donde te sientas querido y respetado, con dosis suficientes de diversión al alcance, que nos aporte sensación de seguridad, es un escenario perfecto para uno poder desempeñarse en su máximo esplendor.

En este lugar no partes de cero, porque la confianza que te transmiten todos estos elementos hacen que te sientas bien, y eso es fundamental para que uno tenga la tranquilidad necesaria para poder enfocarse en el trabajo, sea cual sea.

No quiero decir con esto que estas condiciones sean una necesidad para poder rendir, porque no es así. Lo que quiero decir es que el desecho de la zona de confort es algo con lo que no se debe vivir para siempre, porque hay momentos en los que es justamente volver a dicha zona es lo que necesitamos. Cada quien tiene la suya y a su manera, porque en esto tampoco hay una regla.

Entiendo en cierta medida que los gurús del bienestar buscan crear conciencia en los «peligros» que supone estancarse en algún punto de la vida, en el que el conformismo puede impedir el progreso de la persona, pero ¿no es justamente la zona de confort lo que buscamos lograr a través del trabajo y el esfuerzo? El tener un hogar que te guste, con todas las necesidades básicas cubiertas, rodeado de seres querido, disfrutando de la vida social y laboral, me parece que son las cuestiones que perseguimos. Entonces, ¿cuál es la necesidad de salir huyendo de eso a las primeras de cambio como si fuera algo negativo?

Me parece peligroso y hoy es la tendencia a nivel mundial. Por eso y por otras razones que no vienen al caso, detesto los libros de autoayuda, que simplifican todo al máximo basados en las experiencias de quien los escribe, que además generalmente se vende como una persona exitosa y feliz.

Hay que exigirse, claro, pero ir en contra de la zona de confort equivale, en muchos casos, a despreciar a la vida misma porque sería reducirla al campo laboral, cuando es mucho más amplia que eso.

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