Política

Carlos Ocariz: "Sé ganarle a los chavistas y sé cobrar"

Hasta una nueva moneda indexada incluye la propuesta de Carlos Ocariz en lo que define como su "contenido". Al exalcalde y dirigente de Primero Justicia le toca sortear un paso previo a la primaria: que el partido decida quién será su candidato

Ocariz
Fotos: Alejandro Cremades
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En una franela amarilla y escrita a mano con marcador negro presentó Carlos Ocariz a Primero Justicia su decisión de participar en el proceso interno que definirá al candidato de ese partido a la primaria de la oposición el próximo 22 de octubre.

Ocariz tiene ya un recorrido en las lides electorales. Fue uno de los fundadores de Primero Justicia en el año 2000 y desde esa plataforma destacó primero como diputado y luego como alcalde del Municipio Sucre entre 2008 y 2017. Su evolución natural, podría decirse, era el paso a la gobernación del estado Miranda, pero -como se sabe- la entidad quedó en manos del chavismo mientras todavía Primero Justicia y Fuerza Vecinal se reparten las culpas por no lograr una candidatura de unidad en las regionales de 2021.

Ahora quiere dar el salto a la presidencia, confiando en la elección primaria como mecanismo y en el contenido de una propuesta con la que va delineando las bases de un programa de gobierno. Pero primero debe ganarse el puesto de candidato.

-¿Hasta cuándo va a esperar Primero Justicia para definir quién será su candidato a la primaria?

-Hay un procedimiento, que es escuchar a la dirigencia de las regiones y también una encuesta. Con la mezcla de esas dos cosas esperemos que a finales de marzo tengamos candidato.

-¿Quién toma la decisión?

-El reglamento establece que es el Comité Político Nacional, que son representantes de todos los estados. Pero hay una metodología donde los presidentes y vicepresidentes de todos los municipios del país pueden opinar. Creo que es interesante. Eso, más la opinión pública a través de la encuesta.

-¿Ve algún riesgo de fractura en Primero Justicia como consecuencia de este proceso?

-Yo espero que no. De mi parte no lo hay, yo voy a acatar lo que salga de ahí. Obviamente estoy haciendo todo lo que tengo que hacer para ser el candidato.

-¿Y ve riesgo en la unidad opositora por las primarias o no lo hay porque ya no existe la unidad?

-Creo que sí existe. Es un reto y tenemos que entender que la única manera de tener legitimidad es pasando por las primarias. Yo creo profundamente en las primarias y soy contrario al consenso. La peor primaria es mejor que el mejor consenso.

-En el caso de PJ se habla de tres aspirantes, ¿qué pasa si uno de ustedes decide lanzarse por su cuenta?

-Sería un costoso error. Las candidaturas son todas válidas, ojalá sean más. El que quede ahí todos tenemos que apoyarlo.

-En este momento se escucha mucho que “hay que asumir responsabilidades” en relación al hecho de que no se ha conseguido el cambio esperado, pero en realidad nadie dice “yo la embarré en esto y en aquello”… Usted como parte de esto, ¿en qué siente que falló en este sentido?

-Yo sí lo he dicho. Nosotros hemos cometido muchos errores. Y lo he dicho de manera muy descarnada. ¿Qué errores hemos cometido? Por ejemplo, hemos pecado de soberbia. La soberbia ha dañado mucho a la oposición. Hemos sido muy prepotentes, no hemos reconocido errores ni hemos aprendido de esos errores. Uno de ellos también ha sido no haber aprovechado las oportunidades. Pelearnos en público, esa discutidera en público es fatal. En lo personal también he cometido errores. Por ejemplo, en 2017 cuando fui candidato a gobernador en el estado Miranda, la noche anterior cuando el CNE cambió a 350 mil electores opositores y los mandaron a votar para Aragua, Guárico, para otros estados, esa noche yo he debido retirarme. Y no lo hice.

Y en el 2021 cuando propuse que hiciéramos primarias en todo el país y algunos se opusieron y querían que solo se hicieran en Miranda, me opuse. Creo que a pesar de que era injusto, fue un error mío: he debido aceptar que se hicieran primarias en un solo estado.

En fin, creo que lo más leal, lo más honesto, es decirle a la gente sí, hemos cometido errores y pedimos perdón por esos errores. Hay que darse la oportunidad de aprender de esos errores y avanzar, porque seguimos luchando por Venezuela.

-Usted en particular carga con un peso, que es el caso Caguaripano. ¿En qué medida tuvo que ver o no con la captura de este militar disidente? ¿Por qué le endosan esa responsabilidad?

-Acabo de decir que he cometido errores, pero ese no es un error. No fue un error porque estaba ausente. Y lo cuento de forma muy breve: mi hijo tuvo una enfermedad y ese día yo estaba fuera del país. Están los registros de migración, están los registros del hospital donde estaba mi hijo. Yo estaba con él cuando eso sucede. ¿Por qué me han culpado a mí? Porque fue la policía de Sucre. Hubo un incidente con una alcabala en La California, la policía le da el pare a un carro, el carro se va a la fuga, la policía lo persigue, el señor nunca dijo quién era y se lo llevan al coliseo, donde está la sede de la policía. Eso pasa mucha veces en Sucre, en Petare eso pasa sesenta veces al día, imagínate que las sesenta veces llamen al alcalde… Cuando llegan a la sede de la policía, allí hay representantes del Ministerio de Interior, como en todas las policías del país, y obviamente lo identifican. Yo me entero es cuando este señor ya estaba en manos del Ministerio de Interior.

Esto lo he contado mil veces, pero hay una agenda muchas veces propiciada por el mismo gobierno y otras por una parte pequeña de la oposición que simplemente repite como loro. A mí nadie me llamó, nadie me consultó, yo nunca di una orden porque simplemente fue un procedimiento policial ajeno a mi responsabilidad.

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-Hablemos de elecciones: dígame tres razones por las cuales debería votar por usted

-Creo profundamente que para ganar la elección no hace falta solamente unirnos, sino que hay que unirnos con contenido. Y estoy presentando propuestas que pongan a la gente a soñar: propuestas reales. Esa es la primera razón. Cuando hablo de un país de propietarios, es una propuesta real: 80% de los venezolanos son pisatarios. Estoy hablando de una gran transformación del Estado para ser propietarios y no pisatarios. O cuando hablo de democracia directa, que las comunidades puedan construir sus propias obras sin meterse la política no lo digo desde la teoría, eso lo hicimos en Petare. En Petare dimos más de 30 mil títulos de propiedad e hicimos más de 8 mil obras al año comunitarias, con los vecinos, sin mirar color político. Hablamos de la ruptura del modelo educativo y la incorporación de un nuevo modelo. Propuse la creación de una nueva moneda indexada que se llama “el nuevo real” para sustituir al dólar y para que tengamos una moneda propia, fuerte, hablo de una propuesta real. Cuando hablamos de los servicios públicos, creo que hay que darle espacio al sector privado en el manejo de los servicios públicos.

Es decir, una de las razones es que estoy claro en las propuestas y no solamente en la teoría, sino en la práctica porque lo implementé en un monstruo como Petare.

Lo segundo, la sinceridad. Voy por la calle del medio siendo muy honesto, con la verdad y también con lo que considero que debemos hacer.Y lo tercero, es que hay un compromiso permanente con que esto cambie y que dentro de mí no existe la palabra venganza. Creo que hay una gran posibilidad de poder realizar una transición entre lo que vivimos y lo que viene sin angustias.Cuando gané Petare me decían nunca vas a poder gobernar en Petare. Y goberné en Petare, también vamos a poder gobernar a Venezuela.

-En 2021 usted intentó ganar la gobernación de Miranda y no se pudo y la oposición perdió en ese estado, ¿qué le hace pensar que sí podría derrotar a Nicolás Maduro en una elección presidencial?

-Lo de 2021 fue una continuidad de errores a nivel nacional –y también en Miranda-, de indecisión, de mensajes dobles, etcétera. Sin embargo, yo di una demostración de desprendimiento y puse por encima de mis intereses los intereses de mi estado y de mi país cuando estando adelante me retiré porque no iba a haber unidad. No fue la primera vez. En 2012, cuando yo gano las primarias en Miranda contra Enrique Mendoza por una ventaja importante y se da la elección Capriles-Chávez, “gana” Chávez y me pidieron que me quedara en Sucre, y lo hice sin pedir nada, porque creo en el desprendimiento.

El actuar con sinceridad, ser muy honesto y ser desprendido, pero también el aprender muchas cosas en estos veintipico de años en la administración pública, en el trabajo público, me ha hecho no solamente tener la posibilidad de tener propuestas que enamoren a la gente, sino que yo sé ganar y sé cobrar. Le he ganado a los chavistas en su nido y sé ganarle a los chavistas cuando estamos unidos, organizados y con contenido.

La mayoría de la gente quiere cambio, pero la mayoría de la gente cree que no vamos a cambiar. Nuestro trabajo es transformar el querer en creer. Y yo soy especialista en eso.

-¿Cómo se puede creer que un gobierno al que se le califica de dictatorial, de autoritario, va a entregar el poder en unas elecciones?

-Es que no creo que va a entregar, hay que quitárselo. Hay que quitárselo con los votos, que es lo que más le duele. Y por eso hay que transformar ese sentimiento de desesperanza y de rabia en esperanza y lucha. Y esa lucha es, primero, lograr tener candidatura única. Esa candidatura única hay que apoyarla, yo me comprometo a eso. Al que gane lo tenemos que apoyar. Voy a hacer lo que tenga que hacer para ser yo, pero si no gano voy a ser el primer soldado que va a estar ahí apoyando. Sobre los hombros de esa persona que gane va a estar la esperanza de un pueblo que quiere cambio. Yo sí creo que a pesar de todos los obstáculos que van a poner, persecuciones, mentiras, inventos… al final se va a imponer esa sed de esperanza que tiene el pueblo venezolano.

-Dígame tres razones por las cuales un chavista debería votar por usted en contra de Maduro

-Porque en el fondo, el chavismo como concepción ideológica buscaba la equidad. Ahora tenemos una sociedad con mucho más inequidad: los ricos son más ricos y los pobres son más pobres. Lo ves en el modelo educativo: en los colegios privados los niños van cinco días a clases, en las escuelas públicas los niños van dos días y los maestros están mal pagados, con escuelas que se están cayendo, etcétera… Eso no es equidad. Prometieron que iban a dar oportunidades para todos y no hay oportunidades para nadie. Prometieron un Estado pequeño y eficiente y lo que hay es un Estado grande, gordo y que no funciona.

Lo que nosotros estamos ofreciendo es realmente transformar en equidad la inequidad, con propuestas muy claras. Lo que estamos proponiendo es participación real del pueblo a través de la democracia directa, pero sin color político, para todos por igual. Estamos proponiendo un país de propietarios. Ser propietario, tener buenos servicios públicos, tener una buena educación para sus hijos o para sus nietos y tener un país distinto de oportunidades: es lo que nosotros estamos ofreciendo.

-En materia de candidaturas estamos viendo básicamente las mismas caras. Usted ha hablado en otras ocasiones sobre la desconfianza de la gente ante los políticos. ¿Cómo se recupera esa confianza siendo ustedes los mismos personajes a los que hemos visto durante los últimos veinte años?

-Hay nuevos también… y por eso creo que esto tiene que ser abierto, que todo el mundo participe. No estoy con ese cuento de que este sí y este no, todo el mundo. Ahora, el cómo la gente nos vuelve a escuchar… La gente ni nos escucha, no escucha a la política. Creo que parte importante es admitir los errores. Si seguimos con la prepotencia de pensar que nos la estamos comiendo y que nos van a seguir en automático, eso es mentira. Uno de los principales fundamentos es admitir errores e ir más allá, pedir perdón por los errores y aprender de los errores. E ir con la honestidad. Por supuesto, eso va a acompañado de propuestas, de acciones, de denuncias porque hay que visibilizar las cosas que no están bien. Y todo eso puede ser junto a un llamado a la esperanza. Si la gente nos ve sinceros, honestos, creo que la gente va a poder confiar otra vez.

-¿Cómo le va con las encuestas? Hace unos meses vimos su nombre en algunos sondeos, pero ya no aparece en los que están rodando por ahí más recientes…

-Sí y me parece muy sospechoso. No es que salgo bajo, es que me quitaron… al menos en una que vi. Ahorita van a salir nuevas encuestas de empresas reconocidas, Consultores 21, Datanalisis –obviamente no sé los resultados porque no soy quien las hace- pero son empresas muy serias, muy establecidas, y en esas yo sí confiaría. En las últimas que vi de esas empresas antes de Navidad estábamos bien. Creo que el mensaje que estamos haciendo está calando y va a seguir calando. Eso lo vamos a ver en los números. Yo creo profundamente en los números, soy ingeniero, no soy de aquellos que desprestigia a las encuestadoras. Cuando son serias -y las hay- son muy válidas. Por eso la encuesta es un mecanismo para tomar decisiones.

Todavía falta más de un año para las elecciones, pero hay varias cosas allí. Está el tema de la intención de voto, que es importante, pero lo más importante es la tendencia. Es fundamental el porcentaje de agrado o rechazo, porque eso te da un techo en cuanto a las posibilidades. También te lo da por quién nunca votarías. Si la elección es mañana, entonces lo importante es la intención de voto hoy, pero como no es mañana hay que ver qué capacidad de crecimiento tiene cada quien. En las últimas que yo vi mi capacidad de crecimiento era muy alta, con una intención de voto ya bastante visible.

-¿Qué lectura le da al hecho de que alguien que no está vinculado a la política como Benjamín Rausseo, aparezca con tan buen perfil en este momento?

-Es válido. Creo que es válido…

-Pero más allá de válido, ¿qué nos dice eso del clima político y de la gente?

-Que hay mucha decepción. Obviamente, cuando la gente empieza a buscar personajes que no han estado directamente involucrados en la vida política como una opción de solución, creo que habla de la decepción ante la política. Y es válida esa decepción. No hay que señalarlo ni juzgarlo, hay que entenderlo. Que haya personajes como Benjamín Rausseo es un mensaje y es válido que él también quiera competir. Creo que eso fortalece y ayuda a la oxigenación de la política. Lo respeto mucho a él como persona, respeto mucho también a María Corina, a Manuel Rosales, a todos los candidatos. Ahora, la gente tiene que escoger al final el que más le guste en base a su propuesta, a lo que es, a lo que transmite y a lo que quiere.

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