Salud

El susto de dar a luz en las arruinadas maternidades de Venezuela

Corre la tarde del 23 de febrero de 2016. Un apagón cubre la mayor parte del oeste de Caracas y un grupo de doctores y enfermeras de la Unidad de Terapia Intensiva de la Maternidad Concepción Palacios corre a darles respiración manual a cinco pacientes que se encuentran delicadas luego de dar a luz. Por 10 minutos los respiradores eléctricos se apagaron, y a punta de coraje y fuerza de brazos, parte del personal sostuvo unas pequeñas bombas con boquillas sobre el rostro de estas mujeres para ventilar sus pulmones. Esperando que se activara la planta de emergencia que tiene el hospital para estos casos.

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Por Jefferson Díaz @Jefferson_Diaz

«Fue un momento crítico. Uno cree que está preparado para estos apagones por su regularidad, pero nada es seguro cuando se trata de la vida de una persona», se desahoga una de las enfermeras que estuvo durante esa emergencia.

Si bien los cortes de electricidad son una constante para el venezolano, sobre todo fuera de Caracas, en los hospitales puede volverse algo de vida o muerte.

¿Cuánto cuesta nacer en Venezuela?, más allá del dinero. Hablemos de sacrificios.

La Maternidad Concepción Palacios, inaugurada originalmente con el nombre de Casa Municipal de Maternidad Concepción Palacios, data de 1938. Desde entonces, ha sido referencia para las mujeres embarazadas de escasos recursos en todo el país. En 1972 ostentó el récord de ser el hospital con más partos en un solo año a nivel mundial, y en 2010 fue inaugurado el edificio “Negra Matea”, un anexo para incrementar su capacidad de atención.

Hoy en día, cruzar el umbral del recinto es como entrar a una instalación de alta seguridad. Los innumerables puntos de control, anudado al excesivo personal de vigilantes, dan la sensación de que no se busca proteger sino evitar que algo salga.

Con ocho pisos en el edificio de atención primordial -donde están los quirófanos y emergencias-, sólo dos ascensores sirven de los cinco instalados. Uno es para todo público, y otro para la basura. Cuando uno se daña, que por lo general es el que usan los pacientes y médicos, la administración del recinto manda a lavar el de la basura para que se use mientras tanto.

Por otro lado, de siete quirófanos, sólo 2 funcionan parcialmente. Uno está siempre operativo, y el otro se abre sólo cuando hay agua suficiente para realizar los procedimientos del caso.

«Los demás quirófanos los están usando como depósitos. El agua llega al hospital unas dos horas al día. Eso no es suficiente. Las pacientes deben traer sus propios botellones de agua para poder lavarse en los baños», explica a El Estímulo uno de los doctores del lugar. Agrega que pasa lo mismo con los antibióticos y analgésicos. La familia de las mujeres embarazadas debe conseguirlos en farmacias privadas porque en la maternidad no hay.

Para el área de neonatología hay 20 incubadoras que no se dan abasto. Diariamente llegan a esta maternidad unas 600 mujeres embarazadas para controlarse. De las cuáles, 40 dan a luz por cesárea y 90 son partos normales. Un promedio de 130 nacimientos al día, y al menos la mitad requiere de cuidados post operatorios, explican las fuentes.

«Los casos complicados se tienen que referir a otros hospitales como el Clínico, el Domingo Luciani o la maternidad Santa Ana»,  comenta una de las enfermeras de emergencia. En lo que va de año dos bebés murieron en el hospital, luego de que sus madres fueron «ruleteadas» (enviadas de  un lado a otro) por media Caracas para que las atendieran. Eran embarazos de alto riesgo.

En la maternidad hay 240 habitaciones, y en cada una cinco camas que se deben rotar después de las 24 horas de parto, para darle chance a las que están esperando. Los cuartos tienen filtraciones, y nos cuentan las mamás que por las noches los insectos y roedores merodean por las instalaciones.

Mientras tanto, en Valencia…

José Alberto nunca olvidará ese día. Luego de 48 horas pudo ver a su hijo recién nacido dentro de una incubadora. Las enfermeras de la Unidad de Terapia Intensiva Neonatal de la Maternidad de Alto Riesgo “Comandante Hugo Chávez” de Valencia, le pidieron que buscara un vaso con hielo para mantener una muestra de sangre de su hijo, y con eso hacer unos exámenes de urgencia. Entre ir y venir con el mandado, el niño murió de un paro respiratorio.

«Solo pude verlo una vez. En la maternidad no hay neveras o un laboratorio que atienda estos casos de inmediato. Además, me costó demasiado entrar a verlo porque hay muy poco espacio para pacientes y familiares. Nada más dejan entrar a la madre», cuenta José. El embarazo de su esposa se complicó y el bebé nació con problemas respiratorios en la semana 33 de gestación. En el rostro de este padre frustrado asoma una expresión de dolor y tristeza, mientras nos muestra una foto guardada en su celular: un niño, dentro de una caja de plástico, luchando por vivir.

Se llamaba Sebastián. Como él, hay un promedio de 16 casos a la semana en esta maternidad valenciana. Dieciséis infantes que nacen y mueren por complicaciones que, según los médicos de la maternidad, no se atendieron correctamente por falta de insumos o porque adquirieron una bacteria imposible de combatir.

Por afuera, el hospital aparenta estar a la par de una clínica privada. La pintura es relativamente nueva, los frisos están intactos y no hay ventanas rotas. Pero cuando entras, la situación es diferente.

El hacinamiento se confirma cuando encuentras a dos parturientas durmiendo en la misma cama, una con la cabeza hacia un borde y la otra hacia el otro. Solo hay 64 camas disponibles en todo el edificio, y con un promedio de 20 a 25 embarazos de alto riesgo al día, no hay espacio para tanta gente.

«A las mujeres antes de internarlas se les pide un kit de atención. Tienen que traer dos uniformes quirúrgicos: uno para ella y otro para el médico que la atiende. El Pitosin, para inducir el parto, el Kuetoprofeno, y dos soluciones fisiológica: una de 0.45% con Dextrosa y otra de 0.9%» explica una de las doctoras del lugar, que ya perdió la cuenta de las veces que ha reclamado esta situación.

Este recinto nació en abril de 2014 con la idea de atender a todas las mujeres de bajos recursos que tuvieran un embarazo riesgoso. Pero la premisa se tambalea cada vez que no hay agua corriente en el edificio -solo reciben el líquido por camiones cisterna-, y los dos quirófanos que hay se habilitan cuando llega el servicio. Además, tiene un solo pediatra disponible y la máquina de ecosonogramas está dañada.

«Nosotros somos referencia en el centro del país. Aquí nos llegan casos de Barquisimeto, San Carlos, Maracay y demás ciudades aledañas de Aragua y hasta gente de los llanos. Pero muchas veces tenemos que remitirlos a hospitales de Caracas porque no tenemos camas disponibles o no hay los recursos necesarios para atenderlos», informa una de las residentes médicas del lugar.

También comenta que los quirófanos están contaminados con bacterias como la muy peligrosa klebsiella (Klebsiella pneumoniae) y hongos como cándida (candida albicans), que afectan tanto a la madre como al bebé. Y no hay en este hospital antibióticos de alto espectro necesarios para combatirlas.

A todo esto se une el hecho de que de las 40 incubadoras que hay en el lugar, solo 25 están disponibles.

Entre la Maternidad Concepción Palacios de Caracas y la Maternidad de Alto Riesgo “Comandante Hugo Chávez” en Valencia, se atiende un 25% de los nacimientos del centro de Venezuela, según las estadísticas.

Para el Secretario de Salud de la Gobernación de Miranda, Gustavo Villasmil, en nuestro país se ha desprofesionalizado el nacimiento.

«Venezuela en los años 60 tuvo dos grandes logros: erradicar el paludismo y profesionalizar el parto. Antes, los bebés nacían en sus casas, con matronas que se encargaban del procedimiento. Hoy en día, ante la falta de insumos y el mal estado de los hospitales, vemos como la tasa de mortalidad materna sube sin remedio», afirma antes de soltar unos números que todos deberíamos conocer: durante 2015 por cada 100 mil mujeres embarazadas 76 mujeres murieron después de dar a luz en el país. También, una de cada tres personas ingresadas a un hospital venezolano, murieron.

Según otros datos manejados por la Organización Panamericana de la Salud, en el año 2004 antes de que se profundizara la crisis económica y social que hoy padece toda Venezuela, la cobertura de controles prenatales en el ministerio de Salud fue del 25,5%.

Las cinco principales causas de muertes maternas eran edema (28,6%), proteinuria e hipertensión (22,6%) “otras complicaciones obstétricas” (20,8%), complicaciones vinculadas al momento del parto (13,8%) y complicaciones de puerperio (10,1%).

La mortalidad maternal en mujeres entre 15 y 49 años de edad ha subido en Venezuela, según datos recopilados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicados en sus informes más recientes.

La tasa de mortalidad maternal por cada 100 mil nacimientos fue de 95 mujeres fallecidas en 2015, contra 99 en 2010, y 90 en el año 2000 y en el lejano 1995.

La tasa anual de reducción de este problema había sido bajada en 0,4% entre los años 1990 y 2000, para volver a subir en – 0,4% entre 2000 y 2015.

Solo con fines comparativos, Colombia, un país mucho menos rico en recursos naturales, con una mayor población y sumido en una guerra interna de décadas, ha logrado reducir la mortalidad materna en los últimos años, llevándola desde 118 por cada 100.000 nacimientos en 1990,. Hasta 97 en el año 2000 y 64 en 2015, según el mismo informe internacional de la OMS.

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