Tailandia, Malaui, Rakai (Uganda), Sídney (Australia), Londres (Inglaterra) y San Francisco (Estados Unidos) son los primeros sitios a nivel global que han alcanzado el objetivo 90-90-90 planteado por Onusida para 2020, según un reporte presentado durante la 10 Conferencia Mundial Científica sobre VIH (IAS 2019) en Ciudad de México, en la que participan expertos de 160 países.
De acuerdo con el reporte «Trasladando el progreso en éxito para acabar con la epidemia del sida», estas ciudades han logrado, o rebasado en algunos casos este programa que contempla un 90 % de diagnósticos, un 90 % de personas con VIH en tratamiento y un 90 % con carga viral indetectable.
«Este reporte muestra que terminar con el VIH no debe estar limitado a aspectos geográficos o demográficos», señaló Greg Millett, vicepresidente y director de políticas públicas de la Fundación Americana para la Investigación contra el Sida (amfAR).
Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, aseveró que «ahora tenemos las herramientas y lo importante es ponerlas al alcance de todos».
El reporte exalta las acciones más importantes que han tomado estas ciudades en la búsqueda para erradicar esta enfermedad, las cuales se basan, principalmente en cuatro ejes.
Uno de ellos son las campañas de promoción y acceso de la prueba del VIH, especialmente entre los grupos más afectados.
Además de asegurar el acceso gratuito al tratamiento tras el diagnóstico, la ampliación de prevención basada en evidencia como circuncisión masculina, profilaxis previa a la exposición (Prep) y reducción de daños.
Aunado a ello, sus políticas públicas de salud están basadas en los derechos humanos y apoyo social junto con programas para combatir el estigma y la discriminación.
Entre los lugares que han logrado estos objetivos está Malaui, un país con pocos recursos que ha logrado que un 91 % de las personas conozcan su estado y estén en tratamiento, gracias a la innovación y la adopción temprana de medidas de prevención.
«Para eliminar el VIH a nivel mundial, necesitamos no solo grandes herramientas de prevención, sino inversión estratégica y políticas públicas», dijo Adeeba Kamarulzaman, presidente electa de la Sociedad Internacional del Sida (IAS).
De acuerdo con los especialistas, este reporte será clave en la lucha contra la enfermedad, sobre todo para que sea tomado como un modelo para otras ciudades y países en cómo tener éxito en la lucha contra este padecimiento.
En el marco de esta conferencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó un informe sobre la eficacia y seguridad del Dolutegravir, un medicamento antirretroviral que es más efectivo, fácil de tomar y con pocos efectos secundarios para los pacientes, incluidas las mujeres embarazadas y mujeres en edad reproductiva.
Hasta hace un año, el uso de este fármaco durante el embarazo solía generar dudas, ya que se pensaba que generaba defectos en el tubo neural de los fetos, además de defectos congénitos graves del cerebro y la columna vertebral.
Sin embargo, ahora se sabe que este medicamento combinado con otros antirretrovirales es seguro y por ello la OMS urgió la implementación de esta terapia en todos los países.
Meg Doherty, coordinadora de tratamiento y cuidado del departamento de VIH/Hepatitis y enfermedades sexualmente transmisibles en la OMS, señaló que ahora el gran reto será hacer accesible este tratamiento a toda la población.
En ese sentido, Deborah L. Birx, representante de Estados Unidos de la Diplomacia Global en Salud, señaló que en regiones como África, por ejemplo, unas 9 millones de personas requieren tratamiento, pero la gran mayoría no tienen acceso al mismo.
«Tenemos que hacer un mejor trabajo en los grupos vulnerables. Los tomadores de decisiones tienen que garantizar el acceso al tratamiento», indicó.
Por su parte, Jacque Wambui, miembro del Consejo Consultivo de la Comunidad Africana (Afrocab), dijo que si bien los avances en tratamientos es un gran hito para la población en general y, en especial para las mujeres, «hay que garantizarles siempre el acceso al tratamiento».