3 mujeres en Corea del Sur murieron ahogadas en su propia casa
Vivían en una "banhija", una casa subterránea con unas ventanas tipo alcantarillas. Se inundó tan rápidamente que nadie las pudo ayudar a salir. Una de ellas tenía solo 13 años
Sucesos
La galardonada película coreana Parásitos le reveló al mundo la existencia de las banjiha, sótanos habitados como precarias viviendas. Uno de los grandes riesgos de esos lugares son las inundaciones por fuertes lluvias, pues el agua se mete, daña todo e incluso causar muertes.
Así ocurrió con tres mujeres, entre ellas una adolescente de 13 años, que vivían en una de estas viviendas que se inundó de tal manera que ni siquiera pudieron abrir la puerta para tratar de salvarse.
Según reportes de Meteored, las lluvias que azotan a Corea del Sur en los últimos días son las más intensas de los últimos 80 años. Hasta hoy, 11 de agosto, han provocado la muerte de 19 personas.
Para darse una idea de las proporciones, Meteored dice que en un período de 12 horas, llueve lo equivalente a un mes, según el promedio pluviométrico en Corea del Sur.
Las víctimas, cuyos nombres no trascendieron, eran la joven de 13 años, su madre de 48 y su tía de 47. Las tres vivían allí hace 7 años.
Según informó el diario Clarín, que contó lo sucedido, las mujeres intentaron comunicarse con los servicios de emergencia pero no atendieron sus llamadas. La policía explicó que tenían mucha demanda de personas que también tenían sus casas inundadas.
Los vecinos también trataron de ayudarlas, y rompieron las ventanas, pero las rejas de seguridad instaladas impidieron que las mujeres pudieran salir.
Un vecino, de nombre Jeon Ye-sung, aseguró que la casa se llenó muy rápido de agua. «Fue imposible ayudarlas a salir».
Las banhija son casas subterráneas, construidas en los bajos de los edificios de Seúl, que solo tienen pequeñas ventanitas a ras de calle. Cuando hay muchas lluvias, las ventanitas funcionan como si fueran alcantarillas drenando el agua hacia el interior de las viviendas.
Para protegerse, algunos de los inquilinos de las banhija fijan sacos de arena en la parte de afuera de las ventanas, para tratar de desviar el agua. Y cuando pasan las inundaciones sacan todos sus muebles mojados a la acera para que se sequen.
Para el gobierno surcoreano son un problema. Han intentado disminuir los riesgos comprando bombas de achique y mejorando el sistema de alcantarillado de las calles para que el agua no termine en las ventanas de las banhija, pero sigue siendo insuficiente. De hecho, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol visitó la casa donde vivían las mujeres, pidió perdón por la tragedia y se comprometió a seguir trabajando para reducir el riesgo de inundaciones.
