Sucesos

Giro total en el caso del alemán acusado de secuestrar a su esposa: es inocente

El hombre fue detenido por presunto secuestro, violación agravada y actos de tortura y barbarie en base a las acusaciones de su esposa, de 53 años y nacionalidad española y alemana. ¿Qué pasó? Esta es la explicación

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AFP

Ningún elemento» permite procesar al alemán acusado por su mujer de mantenerla secuestrada desde 2011, por lo que será puesto en libertad, anunció el martes el fiscal de Sarreguemines, en el noreste de Francia.

La policía detuvo el lunes de madrugada a un ciudadano alemán de 55 años en el apartamento que compartía con su pareja en Forbach, en la frontera con Alemania.

«Será puesto en libertad a última hora de la tarde o en la noche», indicó el fiscal, Olivier Glady, para quien «la situación de secuestro (…) es una realidad inexistente«.

El hombre fue detenido por presunto secuestro, violación agravada y actos de tortura y barbarie en base a las acusaciones de su esposa, de 53 años y nacionalidad española y alemana, que fue encontrada medio desnuda, desnutrida, con la cabeza rapada y supuestamente con fracturas.

El médico que examinó a la mujer, tampoco halló pruebas de violación ni heridas, señaló Glady.

El marido explicó a los investigadores que su mujer, con la que está casado desde 2001, sufre reumatismos de naturaleza autoinmune, con complicaciones «invalidantes» desde hace unos 10 meses, y que es él quien se ocupa de atenderla.

Los reumatismos le provocaron «alergias» y se «combinan con proceso de alopecia«, lo que explica la pérdida del cabello de la esposa, que fue encontrada «con la cabeza rapada».

La mujer, por su parte, continúa asegurando «que no está enferma», señaló el fiscal, pese a que su relato está salpicado de «incoherencias».

Las fuerzas de seguridad intervinieron en la casa después que la mujer llamara a una asociación alemana de protección de víctimas, que informó a la policía de Wiesbaden (este de Alemania), y esta avisó a la policía francesa.

El lunes por la noche el fiscal ya desmintió ciertas afirmaciones iniciales aparecidas en medios, como la presencia de una «cama de tortura» en la vivienda.

Pese a que los primeros indicios hicieran pensar en un escenario de violencia, constataciones in situ evidenciaron que la mujer tenía acceso a «una televisión, un ordenador y un teléfono móvil» desde el cual pudo realizar la llamada de petición de auxilio.

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