Diego Rísquez : "Reverón era el loquito de Macuto"

El director de la película “Reverón”, habla sobre el personaje que lo ha inspirado desde los comienzos de su carrera hace casi cuarenta años. Curtido en el oficio del séptimo arte, cree que se ha reconquistado al espectador y vaticina el nacimiento de una verdadera industria cinematográfica en el país. No le molesta que le digan  "patotero" y siempre ha tenido la misma moto, a la que cariñosamente llama “su mujer más fiel”

Alejandro Cremades
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Enceguecidos de luz de mediodía la casa de Diego Rísquez en el Country Club es como un espejísmo subtropical.
Ese lugar que ha sido su residencia desde siempre parece tener una relación simbiótica con su ocupante, ahí los objetos –abundantes, antiguos, insólitos- se mueven en torno a las personas y las paredes respiran casi imperceptiblemente.
Desde ese gigantesco submarino transmutado en vivienda el legendario realizador, artífice de fantasías caribeñas e ícono inequívoco de la vanguardia chic de todos los tiempos, ha tejido la trama creativa de la mayoría de sus proyectos que entre largometrajes, cortos y documentales, suman casi cuarenta años de dedicación a un oficio ingrato y complejo, que trasciende convertido en arte, pero que le ha costado ver la luz en éste país.
Hoy por hoy, en pleno boom del cine nacional, cuando tenemos jóvenes directores laureados en los grandes festivales, actores que rasguñan hollywood y hasta seguidores del gobierno en el jet set internacional, la obra de Rísquez cobra un sentido inédito, su hipótesis artística se vuelve descomunal y sus argumentos aplastantes
Sobre Reverón
Decidido a retomar la esencia narrativa de su cine, lejos del patrioterismo heróico y sumido en el imaginario “reveroniano” que lo envuelve por estos días, Diego me quita el grabador de las manos y lo agarra en un especie de gesto confesionario:
“Lo más importante de Reverón es la luz”.
No dice más nada. Se queda pensando por unos segundos y se quita la benda que le sostiene el brazo desde una reciente caída de la moto que le partió la clavícula. “Si, la luz”, dice.
Y es que desde su primer cortometraje ,“A propósito de la luz tropical (1977)” la sublimación estética pero también filosófica, de la obra de Reverón ha estado presente en su trabajo:
“Siendo cineasta me di cuenta de la importancia de la luminosidad del trópico y como incide en nuestro universo. Reverón es el primer artista que entiende que esta pintando en un lugar del mundo que se llama Venezuela donde la luz tropical se vuelve tan fuerte que elimina los otros colores, por eso mi interés particular en el período blanco de su obra”.
Dinamo creativo y elucubrador de ambiciosos proyectos, luego de terminar Miranda, Rísquez quiso volcarse de lleno al proyecto de esta nueva película y se decidió a reconstruir el mítico castillete de Reverón que fue arrasado por el deslave de Vargas de 1999. Pero no eligió el mismo lugar para levantarlo, sino su propia casa en Todasana, donde ha filmado la mayor parte de sus cintas:
“La idea era reconstruir su mundo, ese universo reveroniano y único de los objetos , las muñecas. Hicimos una réplica muy cercana gracias al gigantesco equipo que trabajó en la película.
EC: ¿Qué descubriste que no sabías sobre su vida?
DR:Es un personaje muy rico, se le hicieron tres documentales en vida que fueron de gran inspiración para mí y para el equipo, yo me paraba y me acostaba viendo esos documentales, además hay mucha bibliografía, esta el libro de Juan Calzadilla, el de Boulton también, pero quizás lo que más me sorprendió fue una entrevista que le hicimos a Oscar Yánes, quien lo pudo entrevistar poco antes de su muerte para la revista Elite y nos dijo cosas que luego pudimos incorporar al guión. Recreamos esa mítica entrevista con Héctor Manrique haciendo del joven Oscar.
Trasmutado el pintor en uno de los grandes valores del arte universal luego de que se obra recorriera los más importantes museos del mundo (la más reciente fue “Armando Reverón: the retrospective, en el Museum Of Modern Art Of New York en 2007) la película surge en un momento idóneo:
“Todavía es un personaje desconocido por muchos venezolanos, la poca gente que sabe de él es bajo el arquetipo del “loquito de macuto”, más que el gran artista que realmente fue, la película rescata eso.
Simpatía por el diablo
EC:¿Eres un soltero empedernido?
DR: No, yo soy un enamorado de la vida y del amor
EC:Pero eres bastante público en tu vida, ¿te gusta hacerte notar?
DR:En mi vida privada soy más bien discreto, no me gusta mezclar una cosa con la otra, no me interesa estar saliendo en el periódico. Yo me meto a “puta”- como digo, echando vaina- cuando tengo que lanzar mis películas, hacer mis presentaciones, si quieres llegar al público tienes que aparecer en los medios.
EC:¿Qué tiene este país que te gusta tanto?
DR:No es una cosa en particular, es algo de la gente, aquí no hay superestrellas, todo el mundo es accesible, tenemos un clima privilegiado. Para mi lo más bello de esta ciudad es la luz de los meses de enero y febrero, aunque más que Caracas me gusta el interior de Venezuela, poder agarrar mi carro e irme dos horas y salirme de este mundo.
EC: ¿Cuales son los lugares en el mapa que debe conocer todo venezolano?
DR: Hay muchos, lugares icónicos, a Canaima tienen que ir, a los Páramos, el Orinoco, toda esa costa negroide desde los Caracas hasta Tacataca, después en Oriente, Mochima, Río Caribe, Maracaibo como ciudad excpecional, con una riqueza cultural enorme.
EC:¿Qué recuerdas de la Caracas de tu juventud que más nunca volverá a ser igual?
DR: La ciudad es dinámica, evoluciona con el tiempo. Yo soy motorizado desde que tengo 12 años y por ejemplo recuerdo que la ciudad llegaba hasta la redoma de prados del este, todo lo demás era monte y culebra
EC: ¿Cuantas motos has tenido?
DR: La última tuvo 36 años conmigo y la vendí hace poco, yo decía que eras mi mujer más fiel, una Susuki 125.
EC: Un sitio que recomendarías para comer
DR:Tenemos una gran oferta culinaria aquí, pero hay una restaurant de cocina marroquí en el Centro San Ignacio que me gusta mucho.
EC:¿Y un lugar nocturno?
DR:Creo que el único lugar que ha sobrepasado la moda y el tiempo es El Maní es Así.
EC: En los ochenta y noventa eran famosas las fiestas open-house que dabas en diciembre, en esta misma casa
DR:Si, yo cumplo años en diciembre, entonces todos los 15 hacíamos esa reunión, un poco en señal de agradecimiento a la gente que había visto durante el año, lo que pasa es que Venezuela era otra.
EC:¿Qué música escuchas cuando trabajas?
DR: No he cambiado mucho. Me gusta Tito Rodríguez, Nat King Cole, Ismael Riviera, Billie Holiday, Edith Piaf, una mezcla.
EC:¿Estás en Twitter?
DR: No he llegado todavía. Ahora para la película se están montando.
EC:¿Qué perdió el cine al pasar a video?
-Se suplantó un formato por otro. Yo vengo del cine super 8 y tampoco hay mucha diferencia en cuanto a bajos costos e inmediatez. Sin embargo, en el celuloide hay mayor materia de densidad pictórica, cosa que no ha logrado el digital, sigue siendo muy electrónico.
EC:¿Qué piensas del boom del cine 3d?
DR: Me parece interesante, ví Alice in Wonderland y me gustó, además la riqueza visual de Tim Burton la disfruto mucho.
EC: Han pasado los años y sigues con el pelo largo, ¿te molesta que te digan patotero?
DR: ¡No chico!.Yo fui de todo en mi juventud, borracho, parrandero, jugador, todo…(risas).
EC:¿Qué proyectos tienes en mente después de Reverón?
DR: Por ahí tengo la idea de hacer una ópera indígena
EC:¿Qué es lo que tiene la mujer venezolana?
DR: Sabol, con “L”.

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EC: ¿Sigue siendo tan difícil hacer una película en Venezuela?
DR: Si, claro, es un proceso largo y agotador como siempre. En el caso de Reverón finalmente logramos ganar el concurso del CENAC y nos dieron algo de presupuesto que se complementó con otros inversores de la empresa privada, empezamos a filmar en septiembre del año pasado y en diciembre ya estaba lista, después hicimos el Dolby en Argentina para estrenar este mes.
EC:¿Cómo quedó el discurso de tus películas de los ochenta y noventa después del tremendo cambió que ha tenido la sociedad venezolana?
DR:Yo entendí que llegué con 20 años de antelación y que no me pueden acusar de oportunista. Desde hace una década para acá todo el mundo quiere hacer cine histórico pero nunca antes se les había ocurrido.
EC:¿Cómo ves el cine venezolano actualmente?
DR:Si algo te puedo decir es que las únicas dos cosas que están funcionando en este país, son la música clásica, gracias al sistema nacional de orquestas y la dedicación del maestro Abreu y el cine, hay que reconocerlo. Si el país fuera como el cine venezolano o como el sistema nacional de orquestas sería una maravilla.
EC:¿Y por qué? ¿que fue lo que cambió?
DR:Nosotros logramos- el gremio de cineastas- que se aprobara en 2005 la reforma de la ley de cine que veníamos planteando desde 1993 y que obliga a la empresa privada a asumir una responsabilidad social con el cine, asi cuando tu vas a ver una película parte del costo de la entrada va par un pote, las productoras de comerciales también tienen que poner ahí y se va creando un fondo paralelo que no depende de la voluntad del gobierno de turno. Eso ha permitido que hoy haya una camada de nuevos creadores que gracias a esa ley han podido desarrollar su obra. Se ha reconquistado al espectador, hay una percepción distinta de nuestro cine.
EC:¿Y del nuevo cine latinoamericano?
DR:Lo que pasa es que la mayoría no hace la reflexión, pero los países que han surgido con su cine en los últimos tiempo son los de mayor tradición. El cine mexicano era una industria enorme en toda América Latina, era lo que veían nuestros padres, igual pasa con el cine argentino y el cine brasilero. En lo particular, lo que más me gusta es el “cine novo” brasilero, es el único que creo tiene una estética propia y un lenguaje autónomo. Aparte hay otros países emergentes como es el caso de Colombia, Chile y Venezuela por decir los más importantes, ahora sí podemos empezar a hablar del nacimiento de una industria.
EC: Sin embargo, no somos un país de talentos en serie. Nuestros fenómenos en el cine son recientes y aislados.
DR:No hay una tradición académica con el cine, mi generación es autodidacta. Aparte de Miguel Curiel o Margot Benacerraf no hay una escuela que forme a cineastas venezolanos. De la nueva generación, por ejemplo Marcel Rasquin estudió Comunicación Social pero hizo un postgrado en Australia, al igual que Diego Velasco – director de La Hora 0- trabaja aquí pero vive en Los Angeles. Cada nueva generación tiene una percepción del mundo diferente y eso siempre se reflejará en el cine
EC:¿Cuál de éstas últimas películas es tu favorita?
DR: Depende mucho del gusto personal, por cierta estética de la pantalla, en virtud de eso a mi me tocó profundamente “Postales de Leningrado” de Mariana Rondón, porque aborda un tema tan fastidioso y manoseado como es el de las guerrillas pero desde la visión de una niña, de una manera muy poética y con un lenguaje muy personal.
EC: Siempe has estado al margen de la confrontación política. No se conoce mucho tu opinión. ¿Crees que es necesario un cambio de presidente?
DR:El artista tiene que ser un personaje crítico de todos los gobiernos. No puede estar aislado en una esfera de cristal. Lo que pasa en este país, es que a todo el mundo le gusta opinar sobre lo que no sabe. Si tu me preguntas a mi sobre las acciones de la bolsa yo me siento incapaz de responderte, ahora si creo que es necesario que se alterne el poder, que hayan distintas visiones del mundo, no estoy de acuerdo con un pensamiento único y que la gente se uniforme de un color. Ahora, al respecto de mi obra, yo hago mis películas para todos, no para una ideología en particular, ni una tendencia partidista. Si te fijas bien, en todas ellas hay un discurso narrativo principal pero siempre tendras un mensaje ulterior. Con los años me he dado cuenta que los gobiernos pasan pero las películas quedan.
EC:¿Cuál prefieres de los directores del momento?
DR:Wong Kar Wai, ese taiwanes me rompió los esquemas.

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