Entrevista UB

Connie Ballarini: "Mi show es un descontrol"

La comediante argentina Connie Ballarini tiene dos fechas en Venezuela: 4 y 5 de julio. Una con mucho alcohol -su segunda vez en EntreGrados- y otra con posible ratón: su show de stand-up

connie ballarini
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Si pudieras fijarte bien, verías que detrás del brillo de sus ojos mirando desde el escenario se asoma la chispa de las ideas que se atropellan, se cruzan, se unen para convertirse en otras y producir la frase y la expresión precisa para el momento y luego vendrá otra y otra y otra. Pero es difícil atisbar bien el proceso de esa maquinaria por una razón sencilla: la mayor parte del tiempo te vas a estar riendo con lo que dice y hace Connie Ballarini. Es así.

Si revisas su agenda de presentaciones, ahí sí podrás darte cuenta de dos cosas evidentes: no para nunca y las funciones se agotan en horas. ¿Pero es que acaso eres Connie Ballarini o te igualas a Taylor Switf?

Y en ese largo listado de ciudades ahora aparece Caracas con dos fechas y es cosa que hay que agradecerle a Manuel Ángel Redondo y a su empeño por emborrachar a la gente: la comediante argentina fue su «víctima» en EntreGrados y ahora viene con ella a Venezuela para hacer -el martes 4 de julio- un nuevo episodio en vivo en Teatrex y al día siguiente Connie presentará su show de stand-up en el Centro Cultural BOD.

-Cuando vi el anuncio de que venías, me alegró mucho. Es fantástico. Pero al ver el detalle surgió una preocupación: la noche antes de tu show unipersonal tienes un EntreGrados. ¿Vas a estar bien? ¿Qué van a hacer para que te recuperes de la borrachera y la resaca y logres estar decente en tu show?

Tu preocupación es la mía. Porque además te voy a decir una cosa, tuve dengue hace dos meses y después del dengue no tomé más alcohol. Un día tomé una sola copa de vino y cómo me pegó. O sea…

-Perdiste la práctica, el entrenamiento.

¿Pero sabés cómo me va a pegar cuando tome? Muchísimo. Así que voy a salir y decir boludeces y decir cualquier cosa. Creo que no sé que puede llegar a pasar. Pero después te dan el cóctel ese mágico, que te dicen toma esto y esto y al otro día te levantás sin resaca, que no lo puedes creer. Así que yo creo que voy a estar bien. Y si no, voy a hacer el unipersonal con resaca.

-¿Te dan ahora un cóctel para recuperarte al final de EntreGrados? Eso no lo sabía, ¿qué tiene ese cóctel?

No sé. Estaba muy borracha cuando lo tomé. No presté atención a lo que me estaba tomando.

-Todo lo que te daban te lo tomabas… 

Es hermoso porque está todo preparado en una bolsita. Como diciendo, la bolsita que te va a salvar la vida. Y te dicen tomá y tomate esto. Y es increíble. Hace unos años también grabé Drunk History, para Comedy Central, que es un programa en el que tenés que tomar, tomar, tomar y contar una historia y estás cinco horas tomando, contando la misma historia y ya después, la última vez, ni sabés lo que decís… y me dieron también la bolsita mágica. Es muy lindo porque te pasa que el pedo -no sé si ustedes le dicen pedo- me pega y me pongo muy emocional y empiezo a querer a la gente. Empiezo a abrazar a todos y es como que no se corte, cuándo nos vamos a volver a ver, es como que quiero hacer reencuentros… Todo el sentimiento que no tengo yo en la vida, me sale cuando estoy borracha. Así que soy una persona sensible, borracha.

-No eres una borracha belicosa, sino sensible…

Pues, pará, capaz que me pega agresivo… ¿eh? También puede ser, no sé.

-Depende de la bebida… ¿Cómo te fue con el ron en EntreGrados?

Es que a mí me decían probá esto, probá esto… y dale, genial. Y en un momento me dieron anís… ¿anís puede ser? Y claro, era dulce y a mí me gusta lo dulce y le decía dame más, dale… Y además me desafían. No me gusta que me desafíen. O sea que me digan «no te animaás» ¿Qué no me animo? ¡Dame eso!

-Pero además tú llegaste al programa ya con unas copas encima, ¿no? En plan, voy a tomar desde el minuto cero aquí…

Porque soy una persona muy responsable y yo no sabía cuánto alcohol íbamos a tomar. Pensé que íbamos a ir tomando como un brindis. Y entonces dije, la verdad es que si hay que tomar un poquitito… digo, bueno, entonces tomé antes en mi casa, de copada, como que hice la tarea, ¿entendés? Como que fui con la tarea hecha.

-Si quieren que yo esté ahí rascada, voy de una vez…

¿Vos no me habías pedido supuestamente una entrevista para estar borracho? Bueno, yo ya llegué borracha. No te voy a defraudar. Entonces, claro, yo no pensé que era tal y me dijeron qué querés tomar, ¿Campari? Pero pensé como que.. bueno, cualquier cosa, ¿viste? Y cuando me empezó a decir «¿te animás a esto?» Y sí, me animo, me animo y me tomé un no sé qué tomé. Pero fue espectacular. Igual tuve que decirle fíjate qué dije, al otro día. Me dice ¿querés que corte alguna parte? Cuidame un poco, cuidame…

-Y ahora te metes en esto de volver a hacerlo…

Sí, parece terrible…

connie ballarini

-¿Qué aprendizaje te dejó la primera vez que vayas a aplicar ahora en Caracas?

No, aprendizaje… aprendizaje… nada aprendí. No sé si nada o todo, en realidad… Qué linda es la vida con un poquitito de alcohol, tendría que venir la sangre con glóbulos rojos y un poquitito de ahí de alcohol dando vueltas.

-Ya instalado…

Sí, ya instalado, que venga parte del cuerpo. Así que no sé, aprendizaje no, pero parece que les gusta mi versión borracha. Y si quieren eso, les voy a dar eso.

-Voy con todo..

Voy con todo… Voy borracha desde Buenos Aires ahora.

-Hablemos de tu show, sin borrachera y ojalá que con poca resaca… ¿Cómo está estructurado este unipersonal?

Mi show es un descontrol. La verdad, va cambiando mucho. Mirá, hay gente que vuelve a mi show y eso es porque voy cambiando. Cambio un montón, porque como que yo me voy aburriendo, ¿viste? Y hoy tengo ganas decir esto, otro día tengo ganas de hacer otra cosa. Hablo mucho con el público y es muy genial lo que pasa ahí porque es como una construcción de comedia en el momento, ¿viste?, con la gente. Yo siempre agradezco porque digo que vienen a jugar conmigo realmente, son muy generosos. Empiezo a preguntar cosas y empezamos a jugar en un lugar muy de diversión y de cero juzgar. Eso es lo que yo siempre propongo. Es como «acá nos vamos a divertir». Creo que hay un grado de, no sé si de confianza o qué realmente porque no soy muy consciente y me gusta también este grado de inconsciencia que tengo con la gente, porque me cuentan cosas que yo lloro de risa. Entonces, la verdad es que tengo un montón de material mío, pero voy y vengo, ¿entendés? Es como que abro el juego, después voy a mi material y veo también en función de lo que me dijeron con qué voy. Mi cabeza es un es un lío, es un descontrol hermoso. Y lo que se genera en cada show es único.

connie ballarini

-La gente te cuenta cosas que no se las contarían ni a su mejor amigo, o que quizá solo lo harían con su psicólogo. Es como, «quiero abrirme aquí delante de Connie a ver qué me dice». Es una locura eso, ¿no?

Cuando subo los videos, vos ves mis caras, mis reacciones y son muy genuinas porque yo a veces no lo puedo creer y digo esta persona me está contando esto -más allá de que está con la luz apagada y a veces ni siquiera veo bien- desde un lado obviamente que es súper generoso, pero súper íntimo. Capaz que hay 800 personas y me está contando algo que decís guaooo… yo no sé si me animo, ¿entendés? Pero me parece que hay algo muy lindo. Yo tengo una libertad arriba del escenario que es como «está todo bien conmigo» y me animo a decir cosas que capaz que no sé si tengo esa cabeza tan abierta en la vida realmente, ojalá, ojalá… Digo, está bien como un aprendizaje para mí. Es como, ah, mirá, mirá, estoy aprendiendo todo el tiempo de la gente. Y creo que de alguna manera, con las cosas que me cuentan, hay algo de esto de no juzgar y de divertirnos y decir ah, existe… ¿Viste como cuando viajas, que decís hay otras cabezas que piensan distinto? Porque es como algo que nunca se me hubiera ocurrido… Y me cuentan cosas sexuales y decís «ah, nunca se me había pasado por la cabeza» y capaz que no la voy a hacer, ponele, pero me parece hermoso habilitar el «mirá qué bien», el «está todo bien». Eso me parece súper rico para mí y para la gente que está ahí.

-De pronto esa gente que te cuenta estas cosas se libera un poco… 

Una vez me pasó que una chica, de la nada, me empieza a contar… estamos hablando de las bombachas, no sé como le dicen… (hace un gesto señalando dónde van las bombachas). ¿Bombachas se dice allá?

-No…

¿Pero se entiende?

-Sí, claro. Además ese movimiento fue muy gráfico… 

Ah, ya, se entendió… Te digo que en el show voy a hacer muchas cosas así…

-Lo imagino…

Voy a hacer un «dígalo con mímica», o sea que se va a entender… Estábamos hablando de esto de las bombachas y dice «ay, sí siempre mi amiga, la que me acompaña a comprar bombachas, es esta que viene acá». Eran cuatro amigas. Después seguimos hablando y las dos amigas decían «ay, siempre va con esta, siempre va con esta amiga» y la mina, termina confesando, va confesándome, contándome porque ella quiso contarlo, que estaban juntas. O sea garche. ¿Garchar, se entiende? (pone los dedos de una mano como una tijera, en horizontal) ¿Se entendió?

-Quedó claro, quedó claro…

Hacía dos años que estaban juntas. Y lo mejor de todo, es que las dos otras amigas que estaban ahí en un momento dicen «¿qué? nos acabamos de enterar de esto». Y sí, es hermoso, realmente es hermoso. Porque, digo, primero, un espacio que habilite a «está todo bien» y a tener ganas de contarlo y que capaz también habilitó a que lo hablen con las amigas. Me pareció hermoso.

-Hay una cosa que te he visto repetir un poco. Creo que sueñas con que eso pase, que una pareja termine, rompa en medio de tu show.

¿Que se separen en mi show? No, no, no es que quiero así de re forra «quiero que se peleen acá en vivo, sería un muy buen video». No, no, pero lo que a veces pregunto es si lo tienen pensado. ¿Viste que a veces uno dice, che, me tengo que separar? Lo tenés en la cabeza. Entonces sí, hay gente que tiene esa idea de «me tengo que separar» y que a veces dura toda la vida. Capaz que es tu motor para seguir con la persona, pero lo mirás todos los días y  decís: ¿qué hago con este tipo? ¿qué hago con esta mina? Entonces, es como que habilito cosas que me pasan a mí y lo comparto con la gente. A mí me pasa que -digo mucho de esto- por lo menos una vez al día lo miro a mi novio y me baja la idea de «me tengo que separar». Y entonces pregunto si me pasa solamente a mí… y qué lindo que nos pasa a todos, uno se siente bien cuando le pasa todos.

-Entonces el show cambia constantemente, se nutre mucho de la interacción con la gente, ¿pero sí tiene alguna columna que lo estructura o vas sobre la marcha?

Sí, obviamente tengo todo mi material. Y es muy picante. Sin querer, puliendo y sacando cosas, quedó todo muy picante.

-¿Esa estructura es la que más o menos mantienes en todos los shows?

A ver, mantener, la mantengo. Lo que me pasa a veces es que se hace más largo.

-Te desvías a otras historias en función de lo que pasa ahí con el público…

Sí. Y a veces digo, che, me fui un montón, y corto. O también capaz aparecen cosas que no tenía pensado. Cuando uno habla a veces esto me dispara cosas. Y más allá de lo que pase en el momento, capaz que material mío viejo o que no lo pensaba hacer, aparece. Es como una charla. ¿Viste que dicen mucho monólogo? Pero lo que siento que tengo en realidad, es un diálogo con la gente. La gente lo está hablando, está ahí. Y está hablando también. Más allá de la risa, del silencio o de las las acotaciones que pueden hacer, es un diálogo que tengo con la gente. Entonces cada show es único y yo salgo flasheada, de verdad. Y agradecida porque me divierto mucho.

Connie Ballarini

-Eso se nota… Tus giras siempre son por el sur… ahora que saltas hacia acá, ¿sientes que tienes que adaptar algo, traducir cosas?

La verdad es que… por ejemplo, la última vez que fui a Chile, eran un montón, pero casi la mitad o más, de venezolanos. Fui a Miami con mi grupo, con Las Chicas de la Culpa y lo mismo, un montón. Así que no sé si tengo que adaptar mucho porque nos entendemos. Me parece que hay algo, que hay países con los que te entendés muy bien, ¿viste? Yo siento de corazón, siento como una conexión muy especial con Venezuela. Y me pasa también cuando voy a otro lugar y veo y pregunto de dónde son y… nos entendemos. No sé. Y digo también si tenés que adaptar, es como si estoy charlando con vos y yo digo bombacha y vos me decís acá le decimos tal. Eso es adaptar en el sentido de entendernos, de comunicarnos. No es que yo hablo de cosas que pasan solo en Argentina y que la gente está como re ajena, ¿no? También fui a España y me pasó lo mismo. Así que yo no voy a adaptar nada. Si me preguntás esto, yo no adapto nada…

-¡Qué se adapten a mí!

A veces pregunto palabras y eso como para para entrar en código, pero no mucho. Y además, por otro lado, mucha gente creo que me conoce por redes y hoy eso es una gran ventaja, porque están acostumbrados a escucharte, al acento o mi manera de hablar, entonces eso es una recontra ventaja.

-Además tienes la ventaja de esta relación de amor que hay entre los venezolanos y los argentinos desde hace algunos años. Ahora hay como una lengua franca, todo el mundo entiende lo que dices…

Sí, sí, sí. Yo que sé… me ha pasado que tengo tan hermosas experiencias con venezolanos, ¿no? Como que tienen una calidez… ¿Sabés qué me encanta? Lo demostrativos, no sé, tienen una manera que decís «son un amor». Es hermoso. Viste, como una expresión muy cálida que yo solamente la logro cuando estoy borracha. Si no, no.

-Volviendo a los temas de tu show… Me corriges si estoy hablando estupideces: hay un sostén fundamental, el gran tema universal, que es el amor y las relaciones de pareja. En buena medida es la base de lo que planteas en cada show…

Sí, a ver… el amor es el motor de la vida casi, en todo, en pareja, en hijos -y cuando digo hijo pueden ser hijos humanos o como mi perra que es mi hija- entonces, en las relaciones estamos vinculados por el amor, es imposible que no te atraviese y no hablar de eso. Pero a veces hay situaciones en las que no hay tanto amor y también hablo de eso.

-Claro, pero tienen que ver con eso, con asuntos de pareja, de convivencia… 

De los vínculos.

-De vínculos. Exacto. Esa es la palabra

De los vínculos, absolutamente. Sí, re, re. Porque es también lo que me encanta. De hecho, ahora que me estás diciendo, también yo creo que es lo que genero: el vínculo con el público. De alguna manera es encontrar ese vínculo en cada función. Así que sí, re, recontra que voy para ese lado.

-¿Qué te han dicho los productores de este viaje sobre lo que te vas a encontrar acá? ¿Qué expectativas traes?

A mí lo único que me agarra cosita es que no voy a poder estar tantos días como me hubiese encantado estar.

-¿No te van a llevar a la playa?

Me dijeron, el primer día vos llegás a la playa. Yo no sé si es verdad o no, pero me dijeron eso. Así que creo que me voy a ir con la bikini puesta en el avión. Y me dijeron que no mezcle muchas cosas, «si te dan esto con esto, ojo»… Pero yo voy a probar todo. Cuando viajo yo quiero probar todo. No sé, no me acuerdo ahora bien, pero me decían «si le pedís esto con esto, ojo»… Yo lo voy a probar. No me importan las recomendaciones porque las ignoro.

-¿Cuántos días vas a estar en Venezuela?

-Viajo el domingo. Son un montón de horas de vuelo, no sé ni cuántas, no quiero ni pensar. El lunes lo tengo todo libre para adaptarme y por el jetlag… El martes tengo EntreGrados y el miércoles tengo mi unipersonal. Y el jueves creo que me voy. Después dije, ¿por qué no me pude quedar? Pasa que, la verdad, estoy con mucho laburo, mucho trabajo y llego y tengo función al otro día y después tengo función de vuelta y después sigo. Porque estoy con mi unipersonal y también con Las Chicas de la Culpa, entonces, tengo muchas funciones… Después, en octubre me voy de gira con Las Chicas de la Culpa a España todo un mes. En diciembre voy a Estados Unidos también, entonces es… pero estoy re feliz.

-No paras de hacer y deshacer maletas…

-Y mirá, es la primera vez que voy a Venezuela y hace un par de años fui a México. Tengo ganas de ir a otros países. Este año también voy a Paraguay con mi unipersonal por primera vez. Y es lindo. Es un gran desafío ir con con tu unipersonal a otros países y ver qué onda. Así que voy a ver cómo viene Venezuela. Capaz el año que viene vuelvo. Ojalá. Ojalá que nos enamoremos con los venezolanos y vuelvo siempre.

-¿Te contaron cómo es la sala donde te vas a presentar?

Sí. Bueno, me lo contó Manu y mi productor también. Y después justo grabé un podcast con Nanutria y entonces le digo ché, boludo, voy para allá, no sé qué y le cuento… Y me explicó que es como que tiene un ángulo.

-Son como dos salas que convergen en un escenario… como una V

Sí. Rarísimo. Bueno, vamos a ver. Mirá, yo he actuado en cada lugar también… Si pude competir con comida, porque hace unos años eran shows en bares y era como ir a un bar y la gente ni siquiera sabía que había show de standup y de repente salía diciendo «hola»… y competía con una milanesa. Si pude contra una milanesa, voy a poder con un ángulo.

La función de EntreGrados es el próximo 4 de julio en Teatrex El Bosque, y la unipersonal de standup es el 5 de julio en el Centro Cultural BOD. Entradas en ticketplate.com.

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