Melomanía

Nina Romero: "Por ahí vienen mis otras emociones"

Ya no hay secretos: Nina Romero decidió compartir su diario personal en forma de canciones y pronto nos llegará su primer disco

Nina Romero
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Dicen que el arte deja entrever quién es su autor. En el caso de Nina Romero, no sólo muestra quién es, sino también sus más íntimas anécdotas. 

Hace dos años comenzó a dedicarse profesionalmente a la música. Junto a ella, sus oyentes han viajado por reveladores cuentos de amor como “Coartadas” y “A Marte”, hasta llegar a pensamientos extremadamente filosóficos en “La constante”.

Desde ser telonera de Lasso, Okills y La Vida Boheme, hasta tener su propio momento en la tarima del Cusica Fest, la cantante merideña no se detiene. 

-Nunca voy a ser la misma artista todo el tiempo, siempre voy a estar probando cosas nuevas…

Y este impulso por seguir avanzando se le nota. Tras finalizar su año de trabajo musical con Cusica Crew -un proyecto de Cusica a través de una marca de ropa cuyas ganancias van al desarrollo de artistas emergentes- Nina Romero está lista para continuar sola y revelar las confidencias de su diario en su próximo disco, un capítulo y una canción a la vez. 

-Hay quienes dicen que los merideños no son gochos, ¿tú qué dices, eres una cantante gocha?

-Eso ha sido un tema, porque yo antes me consideraba súper gocha. Y en esta parte del país a la gente de Barinas, Mérida y San Cristóbal la consideran gochas. En el Centro (Caracas), todos somos gochos. Para mí eso tiene cierto encanto, me gusta.

Pero empecé a andar con gente de San Cristóbal y estaban ofendidísimos de que les sugiriera aquello. Me decían “No vale, ustedes no son gochos. Ustedes son andinos”. Lo acepté, seré andina, pero cuando vengo a Caracas sí soy cantante gocha. Aunque mi mamá es caraqueña, y eso ya me da otro flow. Llego a Caracas y siento que esa también es mi casa. 

-Pero tu primera casa es Mérida, ¿crees que vivir allá condiciona tu carrera? ¿Qué tan difícil es hacer una carrera musical en el interior del país?

-Es difícil, la verdad, porque acá (en Mérida) el público es bastante cerrado a los artistas que viven en la ciudad. Les gusta mucho recibir artistas de otras partes. Para trabajar a diario es fuerte, porque el ambiente es bastante competitivo. Entonces, es chévere hasta cierto punto. Aunque sí requiere, a veces, moverse hacia otros lados.

Eso sí, también me afecta positivamente: vivir acá es mágico; es una ciudad estudiantil, muy artística, donde siempre están pasando cosas. Y eso hace que te mantengas muy inspirado. Con el clima y las montañas, es inevitable. 

De hecho, una de las últimas canciones que estrené, “La constante”, es muy merideña. Esa canción está inspirada en esas vibras que da el vivir aquí. Así que sí, siento que tiene un gran impacto estar acá. Yo, particularmente, siento que quiero estar más en Caracas, pero a veces es muy complicado ir y venir. 

Nina Romero

-“La constante” es una canción muy personal para ti, ¿no? Trata de no dejar tu pasado atrás mientras persigues tus sueños. ¿Cuál es tu constante, esa raíz que no dejas ir mientras mantienes tu carrera musical?

-Creo que ha sido entender que todo es un cambio, que no siempre voy a estar en el mismo lugar ni con las mismas personas, ni con las mismas oportunidades, sino que todo cambia, constantemente. Incluso, cambia dentro de mí. Nunca voy a ser la misma artista todo el tiempo, siempre voy a estar probando cosas nuevas. Es eso, quedarme con mi esencia, con las cosas que yo soy de raíz, pero entender que la vida siempre va a estar cambiando. 

En los shows lo comento con la gente: que ese cambio es lo que uno tiene que internalizar más. Saber de dónde vienes y hacia dónde vas, pero estar muy consciente de que las cosas no se mantienen fijas, siempre hay que estar preparado para todos los cambios. 

-Uno de tus grandes cambios fue entrar en el Cusica Crew. ¿Cómo fue ese proceso?

-Fue muy lindo. Yo no me lo podía creer. Hablé con ellos y les pregunté “¿por qué yo?” y ellos me dijeron: “Nos encanta el concepto que tienes, tu música y el estilo que traes”. Y yo estuve contenta, la verdad. 

Fue un proceso muy grande y muy transformador porque pude aprender a llevar el proyecto a otro nivel creativo. También pude organizarlo más. A pesar de ser un proyecto propio, aprendí que debe tener un horario, que es un trabajo y que no es cuando uno quiera. No es de vez en cuando, sino que es una constancia todo el tiempo. 

Realmente fue muy lindo porque me dieron oportunidades y me apoyaron muchísimo. Me asesoraron. Siento que es un antes y un después. Veo la Nina de hace un año chiquita, dando sus primeros pasos y aprendiendo. Ahora, que terminé ese ciclo y estoy sola nuevamente, siento que no estoy sin dirección, me siento más clara de cómo hacerlo. 

Y sé que aunque ya no esté con ellos sigo formando parte de esa gran familia de Cusica Crew, y sé que están pendientes de apoyarme y de mi progreso. 

-¿Y cuál consideras que fue tu mayor aprendizaje con ellos?

-Me llevo el cariño de la gente de allá. Aprendí lo importante y lo bonito de relacionarte con gente que no conoces. Hay gente de Caracas que está muy abierta a artistas nuevos, abiertos a apoyarte, a darte un impulso, a creer en ti. También en ese momento conocí gente de la casa de Cusica que son geniales, que son mis súper amigos. Y, gracias a las oportunidades con ellos, conocí a otras personas en el medio. Eso fue hermoso. 

Además, lo que importa, más allá de que todo sea perfecto y de que salga el día que es, es disfrutarlo y que salga bien para ti. Que sea un crecimiento, no sólo “solté una canción” o “solté un video”, sino que sea algo que constantemente esté creando cambios dentro de ti.

-Volviendo al tema de la música, en el concierto de cierre del ciclo de Cusica Crew dijiste que tus canciones eran páginas de un diario que alguien reveló al público, ¿Cómo fue el proceso de pasar tus historias a canciones, especialmente las de amor como «A Marte» y «Antes de las tres»?

-Naguará, fue difícil. Fue difícil porque yo siempre he sido mística, no me gusta que nadie sepa mis cosas. Yo soy muy misteriosa, muy escorpiona. Mis cosas son mías, y ya. Mira, te voy a mostrar que no estoy mintiendo… (se aleja de la cámara a buscar algo. Vuelve con un cuaderno). Este es mi diario, aquí escribo mis cosas, todo el tiempo.

-(Levanto mi cuaderno) Yo también tengo el mío...

-¡Ay, qué cool! ¡Hermanas de diarios! Claro, fue un momento muy duro porque siendo una persona introvertida y que no le gusta contar sus cosas, viene esta persona, lee mi diario y le cuenta a todo el mundo. Eso pasó cuando estaba en el colegio. Yo llegué un día normal y la gente me estaba mirando raro, y me pregunté qué estaba pasando. 

Obviamente, eso me marcó muchísimo porque eran mis secretos. Me dije que tenía que transformar eso, porque dejé de creer. Me decía que más nunca iba a escribir un diario porque si lo leía mi mamá… o cualquiera, no confiaba. Yo lo hice parte de mí, y mientras fui creciendo, escribía más y más diarios. Me di cuenta de que aquello era algo muy mío. Yo, si no escribo, me siento mal, me siento rara y que me faltó algo en el día. Entonces, ahí están mis historias, mis emociones. 

Decidí y me dije “bueno, le voy a dar un lugar a todo esto, que no esté sólo ahí, porque es hora de que salga al mundo y se convierta en algo”. Y fue ahí que empecé a hacer canciones de todas esas cosas. Claro, a través de las canciones se pueden ver las distintas emociones que están pasando en ese diario. Pueden ser filosóficas como “La constante” o de amor como “A Marte”. 

Por ahí vienen otras emociones que están en el disco. Fue un proceso un poco difícil, pero fue mi manera de que no se quedara en ese miedo, de expresarlo y afrontarlo. Entonces, ahora escribo todas mis cosas y mis anécdotas pensando que más adelante van a salir otras canciones nuevas.

Nina Romero

-Dijiste que vienen otras emociones por ahí, ¿qué viene ahora? ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

-Mi mayor proyecto, en el que estoy ahorita enfocadísima, es en mi disco. Eso ya está listo, es lo que tiene toda mi atención y toda mi energía. Es lo que voy a hacer lo que queda de este año y posiblemente el inicio del próximo.

Es mi primer disco, y decidí lanzarme. Normalmente, los artistas lanzan primero un EP para darse a conocer, para hacer algo más introductorio. Y yo quise lanzarme de una vez con el disco porque sentí que el concepto estaba muy armado, junto con las canciones. Ahora estoy en ese proceso de compartirles el disco nuevo. Me he tomado el proceso muy a pecho, de darme el tiempo para que todo sea de la mejor forma. Y creo que pronto van a poder escucharlo. Ya está listo. Por ahí vienen todas las otras emociones y todos los otros secretos. 

-Si pudieras decirnos qué mezcla de artistas inspiran ese disco, tu música, ¿quiénes serían?

-Siento que yo escucho a bastantes artistas de los que no me baso de referencia, sino que me inspiran. Posiblemente, mi música se convierta en algo parecido a la que ellos hacen. Por ejemplo, me impulsa muchísimo Rosalía, que es mi artista favorita del momento. Yo la amo. Amo lo versátil que es y cómo su talento abarca tantas cosas. Además, amo su carisma. 

Una banda que me gusta mucho es The Marías. En ella sí he basado mi sonido porque es muy mágica y siento que se parece muchísimo a mí. Es un proyecto muy sensual, y siento que eso va bastante con mi concepto. 

Otros artistas en los que me he basado han sido Silvestre y La Naranja, Juan Pablo Vega… Son artistas a quienes amo y admiro, y que tienen un estilo y un concepto demasiado completo, del cual me gusta aprender. Como te digo, a veces no tanto de su música, sino de lo que son como seres humanos, y la versatilidad que tienen como productores y escritores. Bandalos Chinos también me encantan, me conecto con ellos. 

-De estos artistas que te gustan, ¿con quién te gustaría trabajar en un futuro? Quizás con uno de los que fuiste telonera…

-Wow, yo sería súper feliz si trabajara con Okills. Me encanta la música que hacen. Es muy divertida y la disfruto demasiado. Ellos son muy panas. Sería genial hacer una canción con Okills, o producir con Arca. Es pana, y lo que hace como productor también es brutal. Y, obvio, Juan Pablo Vega sería increíble, también.

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