Entrevista UB

Karina: "Estoy entrando en el grupito de las viejas locas"

Regresó a las tablas para interpretar a una mujer bipolar en el musical “Casi normal” y confiesa que le calza al dedo porque ella es “multipolar”. Los años le han hecho ganar en dinamismo, confianza y chispa: más allá del drama de sus canciones, es capaz de hacer chistes de todo. Karina ha vuelto a conquistar su espacio en el público venezolano

karina
Publicidad

“Yo ya fui moda”, dice Karina. “Es decir, tuve ese momento álgido, bello, efervescente, de luz, color y escarcha”, conjuga los verbos en pasado la cantante, quien admite sin embargo que hoy vive uno de los momentos más interesantes de su carrera profesional que está a punto de alcanzar las cuatro décadas si se cuenta a partir del elepé “El taller del orfebre”, en el que grabó el tema Zapatos de tacón alto para el Papa Juan Pablo II.

El año pasado, por ejemplo, editó “11/11”, el décimo disco de su carrera, en el que incluyó unas cuantas baladas y hasta se atrevió a añadir una pieza a ritmo de merengue. Cero reguetón, aclara rápidamente.

Recientemente, Karina regresó a las tablas para interpretar a una mujer bipolar en el musical de Broadway «Casi normal», con libro y letras de Brian Yorkey y música de Tom Kitt.

Y ahora va por más. No solo abarrotó la Concha Acústica de Bello Monte: dejó a miles de personas afuera. Y ahora está a punto de un nuevo Guinness que ni María Corina: llenar la avenida Francisco de Miranda este sábado 25 de mayo con miles de personas que seguro van a corear sus canciones frente a la Plaza Francia de Altamira.

-¿Cómo has hecho para que todos nos sepamos todas tus canciones?

-Eso ya fue. Es decir: Yo ya estoy sembrada. Y ocurrió en dos etapas. En la primera etapa, esa generación dorada de la música en Venezuela quedó instalada en el subconsciente de millones de personas. Y después vino una segunda etapa, que fue la del tormento de los padres. Porque mientras estaban limpiando el carro o planchando la ropa, esos padres le fueron metiendo mis canciones de manera intravenosa a los muchachitos. En estos días un chamo hizo un TikTok en el que decía: “Esto es lo que yo escucho cuando plancho, porque mi mamá me puso esto toda la vida”. Y entonces cantaba: “Desde mi ventanaaaaa”. Así que ya yo voy de generación en generación, siendo instalada como un software.

-Eso es maravilloso, porque siempre te estamos escuchando

-No es que yo no paso nunca de moda, no. Yo ya fui moda, es decir, tuve ese momento álgido, bello, efervescente, de luz, color y escarcha. Y ahora soy un pedazo en la vida de la gente.

karina

-¿Te preocupa algo específico a estas alturas de la vida? Digo, más allá de la paz mundial…

-Coye, ¿ves? (Risas) Eso es justamente lo que te iba a responder. Aunque sin echar broma, cabe destacar que me preocupa mucho la paz mundial por mis raíces del medio oriente. Pero, ¿qué me preocupa? Nada me preocupa demasiado a estas alturas de la vida. Ya estoy en otra etapa en la que como que me importo yo. Me preocupa mi salud mental, mi alegría. Ya me queda claro que los días no se repiten y que lo que no pasó, no va a pasar y punto. Entonces tengo una urgencia de vivir. Y en esa urgencia, trato de hacer todo lo que falta. Tengo una apertura increíble. Estoy haciendo cosas que nunca hice. Y lo mejor: tengo la valentía de hacerlas.

-¿Qué me dices de la vejez? En estos días Catherine Fulop hablaba acerca de eso y….

-Si supieras que no me preocupa tampoco. Es horrible, claro. No es que eso va a llegar, eso ya está llegando. Eso está presente. Hoy estamos más viejos que ayer y nadie va a escapar. Ahora, ¿cómo lo vamos a entrompar? Hay que buscar un hobby, cultivar las amistades, hacer todo eso que está pendiente. Fíjate: ahorita tengo la rodilla buena, pero en dos meses a lo mejor no, porque ya estamos “crocantes”.

-¿Crocantes?

-Que uno se despierta y le suena todo. Así que ya sabes que la vejez viene. Y si quieres ir al Everest tienes que darle ahora, hermano, porque no sé si después puedas hacerlo. Ya no hay: “Vamos a tomarnos un café uno de estos días”, no. Ahora es: “¿Cuándo puedes tomarte un café? ¿Ahora mismo? Bueno, vamos a hacerlo”. Lo que te quiero decir es que ya no estoy en ese dilema de “¿será que le digo?”. Y ese tipo de cosas te dan la flexibilidad, te dan calma, ligereza. Ya no me preocupo por tonterías. Eso: Hay que cultivar las amistades, las relaciones, momentos maravillosos, leer, tener un hobby, una ocupación…

-Pero no tienes ni canas…

Sí tengoooo, full… Me abro aquí –Karina se abre la melena como Moisés con el mar negro – y eso es patético.

karina

-Hablando del miedo a la vejez. Comenzaste tu último concierto contando que te habías hecho una cirugía bariátrica…

-(Risas) Bueno, porque seguro alguien va a salir con ese chisme y entonces yo lo reviento primero. Primero que tú, yo. Yo soy la más sapa de todas, Pero además… ¡Las cosas se notan! ¿Quién es el ícono de eso? ¡Cher! Y para allá es para donde vamos todos. Yo quiero ser Cher, ya tengo el hijo trans, tengo…

-Tienes que hacer stand-up, porque el humor se te da…

-Te lo tengo también. Lo comencé a hacer hace un mes en mis redes. Es un stand-up musical, en el cual la música es la columna vertebral. Es como la traducción de lo que yo hacía en los live. Cuento anécdotas, es como un programa de televisión. Hay juegos, sorteos, cápsulas de humor, me meto con la gente.

-Y sin embargo, nos has puesto a sufrir durante décadas con tus canciones. Que si Sé cómo duele, que si Desde mi ventana… Una sufridera… ¿Tú eres así?

-Yo soy así. Soy una tipa trágica, dramática. A mí cualquier cosa me pone: “Ayyyy, Dios”. Todo lo mío es un drama. Yo soy escorpio. Soy mil y cero, soy los extremos constantemente. Y soy muy intensa, incluso demasiado para mi propio gusto y a veces digo: “Ay, no, ya me fastidié”. Pero como ya solté lo que tenía que soltar y como la vida me hizo soltar cosas que no quería soltar, eso me ha dado otros niveles de entendimiento, de conciencia. He tenido que aprender. A golpes. Ahora hago yoga, hago cosas que no me gustan pero que me ayudan a navegar en un mundo donde las cosas no van a ser como yo quiero a pesar de mi afán. Porque hay que cambiar la forma de hacer las cosas. No puedes seguir dándote con la misma pinche pared, porque no… no la vas a atravesar.

-Por cierto, estás haciendo el musical “Casi normal”, en el que interpretas a una mujer bipolar. ¿Te has sentido así?

-En todos los momentos. El mundo es bipolar y hasta multipolar. Nosotros tenemos mucho de eso. El mundo nos ha empujado a tener esta cantidad de caras, de ocupaciones, de formas. Así que hay que adaptarse sin dejar de ser uno. Yo lo vivo a diario con mi hijo. La gente me dice: “tú eres una maldita”, “una aberrada”, y todo tipo de cosas así. ¿De dónde viene eso? De la maldad, de la ignorancia. Yo me veo reflejada constantemente en “Casi normal” y en Diana Goodman. Por ejemplo, soy compulsiva para limpiar (risas). A mí me gusta la aspiradora. Mi marido me preguntó en estos días: “¿Y tú allá tienes aspiradora?”. Y yo: “Clarooo”. Si no, ¿cómo voy a empezar el día? Porque la gente amanece y se toma un café. Yo en cambio amanezco y busco mi aspiradora y empiezo a aspirar. Para mí la aspiradora es como una meditación (risas). La enciendo y empiezo con mi afirmaciones: “yo no persigo, yo atraigo” –en este momento Karina comienza a hacer el ruido de su aspiradora-. “Todo lo que está para mí, viene hacia mí”, y ruuuuuuuuu ruuuu. “Eres grande, eres trabajadora”, y ruuuuuuuu ruuuuu. Y me meto por las esquinas para que todo quede limpio. Tengo esa compulsión con la aspiradora.

-¿Eres diva? ¿Te calza el adjetivo?

-A esta edad, lo reconozco. Me gusta que me consientan, que me presten la atención que me he ganado. No quiero nada extraordinario. Me encanta ser parte del grupo, pero creo que me he ganado algunos privilegios por todo lo que he trabajado. Me merezco algunas cosas. Y las exijo. Estamos acostumbrados a eso de que “la confianza da asco” y entonces dejamos que nos toquen una nalga. Pero yo digo “espérate, conmigo eso no va”. No es que soy exigente. Pero a la gente le gusta pasarse de maraca y no lo permito y pongo el parao. No me gusta que se pasen conmigo porque yo no lo hago. Yo soy la primera que llega, soy la que no paro…

-En Brasil los cantantes editan un disco anualmente. En Venezuela eso nunca ha sucedido. Son muy contados los casos. Tú vas a México y grabas…

-Creo que es un proceso personal, creo que depende de cada artista. Fíjate que ahora los cantantes urbanos sacan canciones una vez al mes. Yo no. Cuando quiero hacer algo, lo hago. Pero no urbano. Hice un merengue que nunca había hecho y me pareció cheverísimo, porque es que el merengue está escrito por Jeremías y entonces tiene un poquito más de contenido. No, no voy a hacer reguetón, me resisto. Nadita de eso.

-¿Osea que no te vamos a ver nunca “hasta abajo”?

-Me vas a ver en todas las fiestas hasta abajo, pero hasta ahí. No voy a cantar reguetón.

¿Ni que Chino y Nacho te digan que tienen una canción?

-Ni que Chino y Nacho…. Bueno, mira, si Maluma me lo pide… Así lo puedo considerar, pero no creo que llegue hasta allá. No se me da, no me veo en eso. Y no estoy dispuesta a pagarlo todo. Yo creo que si tú te pones un precio, siempre habrá alguien que te lo pague o que incluso lo supere . Pero si no te pones ese sticker del precio, sencillamente no tienes precio. Y como yo nunca he tenido precio, nadie puede… ni la música. Además, no quiero hacerlo y no lo voy a hacer. No creo que esa generación se vaya a conectar conmigo a través de una cosa que a mí no me nace. Porque siempre he vendido mi verdad. Y mi verdad tiene un lugar importante. Yo tengo un público que me sigue y me compra. No lo digo para presumir. Me lo he ganado.

-¿Hablas con Rudy La Scala, el autor de muchos de tus éxitos?

-Muy poco. Rudy y yo siempre vamos a tener una relación. Lo tuve en mi casa, le dije que cantara conmigo, hicimos un live bellísimo. Yo siempre he querido cantar con él, pero él es una persona muy particular.

-¿Qué te falta? ¿Hacer cine?

-Es lo único que me falta. Y el cine me interesa. O una serie de Netflix.

-¿Con quién? ¿Con Almodóvar?

-Con Almodooovar, puede ser. Yo pego fácilmente, porque a él le gustan así, las viejas locas, y yo estoy entrando en el grupito.

Publicidad
Publicidad