Una muestra retrospectiva en Tokio repasa ahora la historia del reproductor de casetes de Sony que cambió la manera de escuchar música décadas antes de la aparición de la música digital y las plataformas en línea.
«Cuando compré el Walkman con mis ahorros, estaba tan feliz que iba a explotar. Llevaba los auriculares incluso al baño y a la mesa, y mi madre me reñía», recuerda el arquitecto Nobuo Araki en un texto que forma parte de la exposición que acoge el Ginza Sony Park este julio y agosto.
Como Araki, decenas de celebridades niponas han prestado sus memorias para esta exhibición interactiva que permite a los asistentes leer sus historias y escuchar la misma música que ellos a través de distintos modelos del icónico reproductor de casetes.
Con su debut en 1979, el producto de la compañía nipona introdujo la idea de que la música ya no era algo que debía ser experimentado entre paredes, podía ser una vivencia personalizada y para llevar a todos lados.
«Walkman es la marca que crea la cultura de sacar la música afuera. Los jóvenes pueden disfrutar de la música en el exterior, pueden disfrutarla de forma más sencilla», cuenta a Efe Ryoichi Numata, del equipo de comunicación de Sony.
El modelo azul y plateado TPS-L2 salió a la venta el 1 de julio de ese año en Japón por unos 39.000 yenes, que en aquella época equivalían a unos 130 euros, y vendió más de 50.000 unidades en sus primeros dos meses.
Una segunda versión de este modelo terminó convirtiéndose en el más vendido de la historia de Walkman, superando los 2 millones de ventas en todo el mundo.
La retrospectiva recorre la historia del célebre aparato desde su salida al mercado, pasando por su adaptación al cd y al minidisc, y concluyendo con los modelos más recientes que funcionan mediante la reproducción digital.
Una vitrina recoge cerca de 230 modelos de Walkman que han salido a la venta, algunos de ellos tan emblemáticos como el Walkman Sports WM-B52, conocido por su distintivo color amarillo, y otros menos conocidos que fueron lanzados como versiones limitadas.
«Es una marca muy importante para nosotros, que todavía producimos actualmente», explica Numata. El foco de Sony hoy en día está en mejorar la calidad de la experiencia musical.
Con audio alta resolución, hasta 256 gigas de memoria interna, y un precio que supera los 3.000 euros, el modelo WM1Z producido en 2016 ha recorrido un largo camino desde los días del casete, y está dirigido a un público más selecto.
Después de tres décadas de recorrido y más de 200 millones de unidades vendidas en todo el mundo, en 2010 Sony retiró del mercado los Walkman que reproducían casetes, incapaces de sobrevivir a la competencia que supuso primero el cd y luego el nacimiento de la música digital.
Aunque la música portátil es un placer del que todos disfrutamos desde hace años, Sony quiere recordar a los nostálgicos que todavía pueden desempolvar su antiguo Walkman y revivir aquellos años en los que salir de casa con los auriculares fue un privilegio.