«Ashley Graham, la reina de las curvas, es un soplo de aire fresco en la industria de la moda. Con una personalidad tan brillante como sus trajes de baño en tecnicolor, nunca deja de deslumbrar en la pasarela o frente a la cámara. Ella no es solo una modelo, es un movimiento, y estamos aquí para eso», así comienza la presentación que hizo la revista Maxim sobre esta modelo a la que nombraron ganadora en su listado Hot 100 World’s Sexiest Women que publican en su edición de mayo/junio.
En un texto en el que se repite unas cuantas veces la palabra «curvas», la revista no se ahorra elogios: «Desde sus deliciosos mechones hasta sus dedos de los pies impecablemente cuidados, es una obra de arte que camina y habla, y si Botticelli viviera hoy, se desharía de la Venus de Milo y la pintaría como su obra maestra».
Ashley Graham es estadounidense, tiene 35 años, está casada y tiene tres hijos. Su carrera formal de modelo comenzó a los 14 años -en 2001- al firmar con la agencia Wilhelmina Models. Y desde entonces no solo ha experimentado el sueño de hacer vida en el mundo del modelaje, sino que ha logrado transformarlo con su presencia, su actitud y su inteligencia. Más allá de las 90-60-90 o las figuras que lucen consumidas por la cocaína, Ashley abrió paso firme a la belleza «curvy», a los cuerpos reales y a la autenticidad, por supuesto, junto a otras modelos de esto que etiquetan como «talla grande».
En 2007 ya ella estaba en las páginas de Vogue y a partir de entonces, poco a poco, ganó presencia en el resto de las publicaciones importantes que se ocupan de la moda. Ha hecho campañas para Levi’s, Marina Rinaldi, Nordstrom, Bloomingdale’s, H & M; ha desfilado para Dolce & Gabbana, Michael Kors, Fendi; es embajadora de Revlon desde 2018 y fue la primera modelo plus size -aunque el término no le gusta porque generaliza- en aparecer en la portada de la muy codiciada edición Sports Illustrated Swimsuit Issue.
Eso, entre otras muchas cosas más, entre las que destaca su incansable trabajo dentro de la corriente del body positive: “Creo que mi cuerpo ha cambiado la vida de muchas personas. He usado el cuerpo como herramienta para hablar de asuntos tabú, como la celulitis o la inseguridad que puede provocar la grasa abdominal. Y también de cómo darle vida y construir la autoafirmación. Sé qué vidas han cambiado: chicas jóvenes, también de mi edad, me han escrito y me han dicho ‘nunca amé mi propia piel hasta que escuché tu historia’”, contó al ser entrevistada por Vogue en 2017 a propósito del lanzamiento de su libro A New Model.
También ha aparecido en numerosos programas de televisión, hizo su propia charla Ted y tiene -incluso- su Barbie Ashley Graham. La siguen más de 20 millones de personas en su cuenta de Instagram y es algo que se toma con mucha responsabilidad, explica en Maxim: «Me recuerda que si alguien como yo puede ser parte de algo que está cambiando globalmente, todos podemos hacerlo. En muchos sentidos, me veo a mí misma como una chica normal de Nebraska que tiene mucho empuje y ambición, entonces, ¿por qué no cambiamos el mundo juntas?».
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