Pride

Isadoro, un ciudadano americano

En 2019 comenzó a compartir desde UB algunos aspectos de su proceso de transición. Ha pasado el tiempo y ahora Isa es Isadoro en su nuevo documento de identidad. Nos toca actualizar su firma pronto... Así vivió el momento de jurar ante la bandera

isadoro
Publicidad

Ahí con la mano derecha levantada me obligaba a pensar que estaba cruzando una línea de llegada. Pero lo que no llegaba era ese sentimiento. Mientras pasaban los cortos segundos que dura una ceremonia que hace sus mejores esfuerzos, yo estaba profundamente confundido con el llanto entre los dientes repitiendo las palabras de un juramento que merece, al menos, un rebranding. Qué era lo que me ardía / me sigue ardiendo. El problema de fondo igual es claro: toda línea de llegada es otra de esas mentiras.

Esta foto que tomó Calla salió perfecta, pero no describe para nada lo que en verdad estaba ocurriendo. Le agradezco la prueba física de otro recuerdo, de otra persona, que también soy yo mismo: esa es la sonrisa de alguien que hizo una transnaturalización, un viaje simultáneo a dos polos: se volvió un hombre gringo y se llamó: Isadoro Yurubí Saturno Pérez, de SEX: M.

¿Entonces quizás el desgarro, ese dolor tan chirriante, fue por asistir a esta ceremonia que más bien hedía a funeral? ¿…a este funeral de Isabella? Damn girl! Ahí estaba su cuerpito, tendido entre las banderas y las águilas, mientras todos cantábamos I hereby declare, on oath, that I absolutely and entirely renounce and abjure all allegiance and fidelity to any foreign prince, potentate, state, or sovereignty… Ser participante de mi propia muerte, no lo vi venir.

Mientras caminaba por DC con mi amiga Melissa, hace un par de semanas atrás, le vomité: es que migrar es un monstruo que muta / cuando yo pensaba que me faltaban los vasos y fui y los compré, es que ya no eran los vasos. Y uso los vasos como una metáfora sencilla pero quisiera recurrir a su expansión; me refiero a que en la migración uno está como en un estado de perpetua falta. Encandilamiento por falta. Ayer en terapia lo hablamos. También comentamos sobre mi ansiedad persecutoria porque yo pensé que algo me iba a faltar, un papel, un proceso, que no me iban a dejar entrar a la oficina del USCIS y que nuevamente iba a poner todo en peligro [hablemos más de nuestros monstruos colectivos]. Pero esta vez no estuve en falta y unos muchachos simpáticos me dieron mi certificado diciendo: congratulations.

Yo recuerdo cómo celebraría Isabella. Creo. La veo pasar como una película muda: va en la moto de Bello Campo a Los Ruices, por la autopista, sobrevolando la bola de Soto, esquivando el hueco, llegando a la oficina donde vendíamos celulares por internet pero lo que realmente hacíamos era política. Otra historia. O mi pequeña cúspide inventada. O mejor: el recuerdo de Isabella que atesoro, pero que no me da pistas sobre cómo celebra hoy Isadoro.

Volviendo a la línea de salida…

Publicidad