Sexo para leer

#SexoParaLeer: Doble disfrute

A la luz de las estrellas, sobre el césped y bajo árboles caímos los dos en un doble disfrute

FOTOGRAFÍA: MONTSE MONMO (@MONMO), VÍA UNSPLASH
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Mis piernas rodeaban su torso, sus brazos mi espalda. Su cuello coincidía con el mío. Estaba sentada a horcajadas sobre él. Un abrazo mutuo nos unía mientras nos besamos suavemente. Con sus manos me acercaba hacia su cuerpo apretándome con fuerza hacia sus músculos. Los siento debajo de mi a pesar de nuestros ropajes. Mis manos encerraban su cara haciéndola mía, acarician su cabeza, mis labios sellan su boca. Con delicadeza suelta mi sujetador, me alza la camisa y me besa las tetas. Nos comemos en la hierba y a la par de nuestras ganas nuestros cuerpos rotan sobre el césped.
Cambiamos de posición, mi cuerpo de espaldas sobre el suyo. Sus brazos abrazan mi cuerpo y sus besos me arropan la cara. Somos tres: él, yo y el deseo. Su lengua acariciaba la mía con afán. Su respiración en mi cuello, y sus manos masajean mis pechos. Mis ojos se cierran. Estoy sentada sobre su entrepierna, siento su virilidad en mi espalda. Me excita. En silencio me imagino toda cantidad de guarradas: estar en el parque, a la luz de la luna, un lugar público…él. Qué morbo. Este hombre me enciende. Sus besos recorren mi cuello y evado las cosquillas que me generan. Con las ganas se aligeraban de a poco, se entorpecen, se apabullan.
Nuestros corazones palpitan a la par, cada vez más fuerte. Al oído me susurra: “me encantan tus pechos” -Sonrío- y continúa besándome. Me abstraigo, me deleito. Nuestros corazones unen su palpitar, se aceleran. Sus manos descienden por mi barriga, desabotonan mi pantalón lentamente, yo estoy mojada. Ellas se escabullen por debajo de mis pantys hasta coronar mi entrepierna. Sus dedos jueguetean dentro de mi, su lengua en mi oreja, la respiración se me entrecorta, me dejo consumir por este placer. Quiero gritar mi satisfacción y no puedo.
De repente, de la boca de él escucho, como un soplido: “fuera”.
Abro mis ojos y descubro que en realidad somos tres. Frente a nosotros, a unos pocos metros, un hombre se satisface mientras nos ve. Parece que el disfrute es doble: nuestro y de otro.

Puedes leer este y otros relatos en: ‘Que pase el próximo’.]]>

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