Las autoridades estadounidenses descartaron este viernes un suicidio o un traumatismo en la muerte de Prince, aunque insistieron en que la investigación sobre la repentina muerte de la leyenda del pop está todavía en sus primeros estadios.
«No hay motivo para pensar que Prince se suicidó» y tampoco «se encontraron signos obvios de traumatismo en el cuerpo» del artista, dijo el sheriff del condado de Carver, Jim Olson, en una rueda de prensa celebrada cerca de Minneapolis (noreste de Estados Unidos).
Prince, de 57 años, fue hallado muerto dentro de un ascensor de su estudio. Su desaparición conmocionó al mundo entero y dejó huérfanas a varias generaciones que crecieron al ritmo de «Purple Rain», «Kiss» y «Boys & Girls».
El artista fue visto por última vez el miércoles alrededor de las 20H00 locales (01H00 GMT del jueves) y falleció solo en su propiedad, según las autoridades.
Las pesquisas no han permitido establecer todavía una causa de la muerte, pero «por ahora no hay indicios» que apunten a que el cantante consumió o sufrió una sobredosis en el momento de su muerte, de acuerdo con la portavoz del instituto forense que hizo la autopsia este viernes, Martha Weaver.
«Varios datos que hemos recopilado serán enviados al laboratorio para realizar más pruebas, pero la respuesta todavía no es definitiva», precisó.
Los resultados de la autopsia tardarán en llegar varias semanas, algo «nada inusual» para el sheriff. Los exámenes toxicológicos son los que más se demoran.
Olson tampoco pudo confirmar si el artista estaba tomando algún tipo de medicación, tal y como informó un medio estadounidense.
«Esta es una investigación en curso y no voy a hablar de esto ahora», señaló el oficial durante el encuentro con la prensa.
El sitio de noticias sobre celebridades TMZ, que dio en exclusiva la noticia del fallecimiento, aseguró que Prince fue tratado hace menos de una semana de una sobredosis de Percocet, un analgésico que contiene opio.
Su avión privado tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia el viernes 15 de abril, tras dar un concierto en Atlanta (Georgia, sureste), para que fuera atendido en un hospital de Moline (Illinois, noreste).
Sus representantes dijeron entonces que la fuerte gripe contra la que llevaba varias semanas luchando había empeorado en pleno vuelo y que necesitó tratamiento para paliar la crisis.
Pero TMZ lo puso en duda. «Varias fuentes en Moline nos dicen que Prince fue llevado de urgencia al hospital y que los médicos le dieron un ‘save shot’ (inyección de neutralización, NDLR), que generalmente se administra para contrarrestar los efectos de un opiáceo».
– Todos cantan «Purple Rain» –
Los homenajes «púrpura» en honor al cantante de «Purple Rain» se sucedían alrededor del mundo, desde gobernantes como Barack Obama, celebridades como Bono, Madonna, Mick Jagger, Stevie Wonder y Paul McCartney, hasta miles de fans anónimos.
El cantante se convirtió en un referente del pop en la década de 1980 gracias a su don por la música. Su destreza con el piano y la guitarra eléctrica deleitó a sus fans durante 40 años.
El «Kid de Minneapolis» –como cariñosamente se le conocía– editó 39 discos, vendió más de 100 millones de copias y ganó siete premios Grammy.
La industria se empeñó en compararlo una y otra vez a Michael Jackson, otro grande de la música muerto en 2009 a los 50 años.
Inconformista y rebelde, siempre dio que hablar por su forma de vivir y ver la vida. Su 1,60 m de estatura no le impidió demostrar siempre su gran personalidad, con la que marcó tendencia dentro y fuera del escenario.
Fiel a su estilo dandy y a su aspecto andrógino, Prince combinó como nadie la música y la moda y regaló algunas de las actuaciones más espectaculares de las últimas décadas.
En su ciudad natal, que iluminó en morado uno de sus puentes principales, seguidores destrozados recordaban sus míticos temas como «Kiss» y «Girls & Boys». Su casa, convertida ya en un lugar de culto, acogía a decenas de fans que, en completo silencio, dejaban ramos de flores, cartas y globos de color lila para honrarlo.
Los homenajes espontáneos también se sucedieron a lo largo de la noche en todo el país, como la «fiesta» que el cineasta Spike Lee organizó frente a su casa en Nueva York para despedir a su «hermano». Por su parte, la actriz Jennifer Hudson cantó a capela «Purple Rain» sobre el escenario de «The Color Purple», el musical que protagoniza en Broadway, una actuación que puso la piel de gallina a más de uno.