Venezuela

Delgado Chalbaud: Luces y sombras del único magnicidio en Venezuela

“En nombre del Gobierno de Los Estados Unidos de Venezuela cumplo con el doloroso deber de informar a la Nación que en la mañana de hoy fue cometido un hecho alevoso (…) que privó la vida a Carlos Delgado Chalbaud”. Así Marcos Pérez Jiménez confirmó en una trasmisión radial el asesinato del presidente de la Junta Militar de Gobierno. El único magnicidio de la historia republicana que cumple este viernes 65 años y que puso a Venezuela en un tobogán que lo llevó de una accidentada transición democrática a la dictadura del cemento.

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El coronel Chalbaud fue asesinado brutalmente en Caracas luego de haber sido secuestrado cerca de su casa en el Country Club junto a su edecán, Carlos Bacalao Lara y su chofer en un trayecto que debió culminar en Miraflores.

El cuerpo del militar, de 41 años, apareció con cinco tiros acostado boca abajo y en medio de un charco de sangre en el patio de una casa de la naciente urbanización de Las Mercedes donde ahora se encuentra un moderno edificio residencial.

El crimen de Delgado Chalbaud generó, como es sabido, estupor en la sociedad venezolana y desató un auténtico terremoto en el escenario político nacional al despojar su principal actor del rol de conducir a Venezuela hacia una modernidad “sin cachucha”, contó a El Estímulo, Ocarina Castillo, autora del libro “Un hombre, un dilema, un magnicidio: Carlos Delgado Chalbaud” (2011).

Castillo considera que la muerte de Chalbaud truncó la aspiración del Jefe de la Junta Militar de concretar el anhelado estatuto electoral, con el que se buscaba sentar las bases para unos comicios presidenciales libres y democráticos.

“Lo que sí se perdió con el crimen fue ese estatuto que buscaba restablecer la institucionalidad democrática en Venezuela”, explica la doctora en Ciencias Sociales.

El asesinato ha causado toda una serie de conjeturas sobre las verdaderas causas del crimen, el autor intelectual y el rol que cumplió la cúpula castrense en este hecho, a pesar de la ascendencia que tenía Chalbaud dentro el ámbito civil y militar venezolano.

Pero las lamentables coincidencias entre algunos de los autores del asesinato y el azar contribuyeron  a tejer una especie de “leyenda negra” en torno a los actores de este episodio, incluso a los familiares de la víctima y los victimarios.

Militar o civil

Construir un perfil de Carlos Delgado Chalbaud es difícil, debido a las contradicciones y decepciones que sufrió el personaje durante su truncada vida.

La separación forzada de su padre, su reencuentro con él a los 18 años en Francia, las desventuras económicas vividas en el exilio y hasta una esposa rumana que no sentía a gusto en Venezuela, impactaron en el carácter complejo de esta persona.

Su formación académica también incidió en su forma de ver el mundo. Chalbaud fue formado como todo un militar pero cultivado intelectualmente en el mundo civil, añade Castillo.

El escritor Federico Vegas hace una aproximación sobre el presidente de la Junta Militar en su libro Sumario (2010): “No era francés ni venezolano, ni civil ni militar, ni dictador ni demócrata. Francamente, así no se puede gobernar ni vivir (…) ni siquiera está claro si vivía en Chapellín o en el Country Club. Era un hombre que no estaba con la derecha ni con la izquierda. Se juraba ambidextro y resultó que era mocho de las dos manos”.

Lo que era evidente era  la marcada influencia que tuvo Chalbaud con su padre Román Delgado Chalbaud. Ambos se embarcaron en la fallida expedición del buque Falke para derrocar a Juan Vicente Gómez. El tirano fue su padrino de bautizo en la capilla del Palacio de Miraflores.

Chalbaud también fue un producto de las circunstancias  políticas y militares de la época. Mucho se ha especulado sobre su actuación en el golpe militar de 1948 contra su amigo Rómulo Gallegos, quien años antes le había dado cobijo en Barcelona (España) como exiliado político.

Último viaje en Cadillac

Documentos oficiales dan fe que en la mañana del lunes 13 de noviembre de 1950, Chalbaud salió tarde de su habitación y como era su costumbre pidió un periódico antes de meterse en Cadillac que lo trasladaba a diario a Miraflores. En una calle encumbrada, el vehículo es interceptado por un Ford de donde salen un grupo de hombres “violentos, amanecidos y borrachos”, precisa la escritora y periodista Milagros Socorro.

El militar, el edecán y el chofer son llevados a la fuerza en el vehículo usado por los captores.

Chalbaud se percata que los atacantes son dirigidos por Rafael Simón Urbina, un viejo conocido suyo desde la dictadura gomecista y a quien la Junta Militar de Gobierno había despojado sus bienes por un caso de corrupción.

Cuenta Vegas que entre insultos y amenazas de muerte, el militar fue conducido en 15 minutos hacia la quinta Maritza, propiedad del millonario petrolero venezolano Antonio Aranguren, quien paradójicamente había estado vinculado con Román Delgado Chalbaud por intentar financiar la expedición del Falke.

Hay distintas versiones de investigadores y periodistas sobre quién fue el que disparó contra el militar. Lo cierto es que el edecán Bacalao Lara, quien sobrevivió al ataque y ofreció su versión de los hechos ante un jurado, escuchó gritar al Presidente a sus captores antes de ser abaleado: “¡Asesinos, cobardes, así no se matan a los hombres!”

De Óscar Yanes a Hugo Chávez, las tesis del magnicidio

Más de seis décadas han pasado del magnicidio y no se sabe cuál fue realmente su causa. Las primeras versiones apuntan a motivos personales de Simón Urbina contra el mandatario. Pero el fallecido periodista Óscar Yanes, autor del libro «La verdad sobre el asesinato de Delgado Chablaud», tuvo siempre otra versión que involucraba directamente a Pérez Jiménez y Luis Llovera Páez en la muerte de su compañero de armas en el golpe contra Gallegos.

Otra versión es la del expresidente Hugo Chávez. En uno de sus programas “Aló, presidente” en 2010, aseguró que Chalbaud fue asesinado por sus acercamientos con el régimen iraní de Mosadeh, con quien buscaba conformar a la futura OPEP. “La mano del imperio yanqui, no tengo duda, estuvo detrás del asesinato de Carlos Delgado Chalbaud”, afirmó. 

Ciertas o no estas conjeturas, el magnicidio de Delgado Chalbaud intentó ser resuelto casi seis años después con un juicio que condenó a los 23 implicados en el magnicidio, excepto Rafael Simón Urbina, quien apareció muerto al día siguiente del crimen a las puertas del Hospital Vargas.

Vegas recuerda con una frase escrita en su libro el impacto que tuvo el magnicidio entre los venezolanos: “Nos metieron un magnicidio por la garganta y a la semana a nadie le dolía”.

Aunque en  años recientes se ha denunciado centenares de veces magnicidios, en Venezuela solamente han asesinado a un Jefe de Estado.

“Hasta ahora el único magnicidio de la historia política venezolana ha sido el de Chalbaud. Ha sido un caso único», afirmó Yanes en una entrevista a El Universal.

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